Una de las grandes mentiras que han hecho circular esta semana desde la derecha, a propósito del Caso Zancajo, es que se lo han cargado los sindicatos, acusados de ser marionetas de los partidos de izquierdas para el desgaste gubernamental en su labor de oposición.
No es verdad, pero para mucha gente es creíble esa tesis, especialmente para quienes no conocen que allí la lucha sindical ha perdido mucho fuelle en estos años, entre otras razones y motivos por su colegueo de tres décadas con el poder socialista en la RTVA -salvo puntuales y contadas excepciones- pero sobre todo por el abuso de privilegios de todo tipo, especialmente los relacionados con la militancia sindical y los puestos de trabajo. (Ojo, también los políticos han enchufado a gente allí)
Claro que los sindicatos hoy operativos en el ente han sido la argamasa institucional y legal que, espoleados por el clamor y la indignación interna contra la testosterona importada desde el PP de Madrid, han liderado una huelga (legal) con el llamativo y más que discutible apagón a negro del día de la Lotería y el siguiente. Que el ‘servicio mínimo’ del 22 de diciembre fuese la retransmisión de la sesión parlamentaria de los Presupuestos 2021 por Canal Andalucía, lo dice todo.
Quienes interesadamente dan todo el protagonismo de esta segunda crisis en la RTVA a ‘los sindicatos’ olvidan que éstos poco habrían logrado sin que previamente 600 profesionales de la RTVA, mayoritariamente periodistas, estamparan su firma con nombre y apellidos en un documento donde se exigía el cese del hombre enviado por Génova 13, hace menos de un año, a controlar la línea editorial de la radio televisión pública de Andalucía; «a manipular la información», denunciaron con datos, fechas y pruebas. Hasta el propio Juande Mellado se vio obligado a reconocer en el Parlamento el error de no haber dado cuenta de la sentencia de la Gürtel. Una reacción colectiva numéricamente importante, dando la cara, y que nunca antes se había visto en Canal Sur. Sin olvidar la ola de solidaridad y simpatía generada en la sociedad andaluza, vía redes, especialmente sensibles al papel vertebrador de Andalucía de los medios públicos dependientes de la Junta costeados con dinero de los andaluces.
EL PSOE, a remolque
Junto a la ausencia de ética y estética en la gestión profesional del periodista Álvaro Zancajo al frente de informativos y contenidos de Canal Sur Tv, los trabajadores de la RTVA contemplaron estupefactos como el PP se avenía en el Parlamento a las exigencias de Vox para recortar 14 millones del presupuesto de la RTVA a cambio de que les aprobasen los generales de 2021. A la hoguera que llevaba ardiendo desde hacía meses en San Juan de Aznalfarache le echaron desde Vox, con la aquiescencia del PP, un bidón de gasolina, la guinda que para muchos venía a demostrar cómo la ultraderecha manda en la RTVA que, de momento, se carga un canal.
A los dos años de llegar la derecha y los liberales de Cs al gobierno andaluz, con el apoyo de la derecha extrema, Canal Sur se ha convertido en una china muy molesta en el zapato de los populares. Los de Ciudadanos son convidados de piedra en esta gresca y mientras saquen a Juan Marín cada mediodía, en plan estadista, parece que les importa una higa lo que esté pasando en la RTVA.
En contra de lo que muchos puedan creer, el PSOE de Susana Díaz ha ido a remolque siempre de lo denunciado desde sectores profesionales o sindicales. El diputado socialista malagueño Paco Conejo, portavoz en la Comisión de la RTVA, se ha limitado en estos meses a ser una voz cojonera en el Parlamento, representando a los sectores indignados con la deriva profesional y empresarial de la RTVA en manos del sectarismo de las derechas y la ultraderecha. Sin olvidar que la Iglesia Católica tiene aquí a su servicio una tele más barata y vista que 13 TV.
Tras el inesperado cese del periodista jerezano Javier Domínguez al frente de Informativos nombrado por Juande Mellado – al que nunca nadie le dio una explicación del motivo de su inesperado cese a los seis meses- asistimos al aterrizaje forzoso del tal Zancajo al que mi colega Navarro Antolín ha acabado definiendo como “icono del cambio” en Andalucía. Casi ná.
Pero cuando se publica ese apuntalador artículo en el Grupo Joly a mediados de diciembre a favor del periodista, la puntilla a Zancajo ya se la han dado y no han sido los sindicatos, ni la huelga, ni el Consejo Profesional, ni los periodistas de CCOO, ni el PSOE, ni los periodistas vetados, ni siquiera la pandemia, no.
Era tan evidente el desastre interno auspiciado por el paracaidista de Casado y Montesinos en Canal Sur que quienes aceptaron formar parte del proyecto, de “su equipo”, fueron en realidad los que alarmaron con sus testimonios en San Telmo, acelerando el cese.
A esas alturas, aprobación de los presupuestos de Andalucía gracias a los votos del tripartito de derechas, el presidente Moreno Bonilla tenía perfectamente claro que el agua sucia y maloliente que se estaba derramando en Canal Sur le llegaba a las puertas de su despacho en San Telmo, antigua escuela de mareantes, seminario después y hoy palacio de gobierno.
Poner al día al Presidente
Días antes, cuentan, el presidente fue abordado en San Telmo por varios cargos de la tele pública, parece que responsables de área, todos confirmados en el puesto en esta nueva etapa por la administración PP/Cs. En aquella breve charla Moreno Bonilla pudo escuchar con detalle todo lo que, según sus interlocutores, gente nada sospechosa y de confianza, estaba pasando con el Sr. Zancajo en Canal Sur Tv. Cómo sería la exposición y las barbaridades que -en silencio- estaba soportando el equipo gestor actual, que le llegaron a trasladar al presidente que muchos estaban pensando en abandonar sus responsabilidades dentro del ‘equipo del cambio’ en Canal Sur. Resumen: Zancajo y sus formas son el problema de base, ese tío no sirve, tenéis que echarlo o lo dejamos solo.
De aquella conversación, siguen contando, obtuvieron la impresión de que el presidente de la Junta había encajado todas las piezas que le faltaban para tomar decisiones lo antes posible en Canal Sur. Le notaron preocupado, Bonilla no es un actor y se agradece. Le acabarían dando solución en mitad de la tormenta de finales de diciembre, con los escandalosos nombramientos de 24 delegados más de los que ya tenia el socialismo susanista. El presidente les pidió poco tiempo y mucha paciencia. El rumor de que Zancajo caería empezó a circular muy discretamente, pero nadie daba un euro por la veracidad del chascarrillo. Se lo pregunté a varias fuentes, pero nadie creía que el PP se pegara un tiro en el pie. Solo 24 horas antes, el 27 de diciembre, por vía indirecta de la DG, se filtró la noticia ‘embargada’ a algún sindicalista al que, evidentemente, no sorprendió la ‘inocentada’ del día después desvelada con una increíble primicia por la periodista Silvia Moreno en El Mundo.
No ha trascendido de momento cómo se ha cocinado entre San Telmo y Génova 13 este plato de mal gusto para el PP, pero es fácil imaginar que Moreno Bonilla, que hoy pesa más en el PP que en diciembre de 2018, ha sido capaz de imponer sobre la mesa de Pablo Casado la cruda realidad o lo que es lo mismo, el deterioro de un medio de comunicación, inservible como servicios público y para los fines propagandísticos de cualquier partido en el gobierno. Todo por haber impuesto en su día a la persona equivocada, ordenado por los de Madrid. Zancajo se estaba cargando el juguete de la propaganda, una especie de prolongación de la Oficina del Portavoz pero con platós, focos y cámaras. «San Telmo Televisión», lo ha bautizado certeramente mi colega Ignacio Martínez en un artículo de hoy. Álvaro Zancajo, el hombre enviado desde Madrid por Pablo Montesinos a controlar Canal Sur de parte de Pablo y Teo, no había sido una buena solución, se había convertido en un serio problema para el PP andaluz que parece que se ha quedado como perro al que le quitan pulgas. Tras su cese, nadie ha salido a dar la cara para defenderle y explicar los cambios del día de los Santos Inocentes.
Bendodo, sin reírse, dice que el cese es cosa de Mellado
Hasta el mantra de las audiencias logradas en la etapa zancajil se vino abajo en el breve tiempo de consultar los datos publicados sin manipular ni cocinar. Según Barlovento Comunicación el año pasado Noticias1 en días laborables perdió 1,7% puntos de cuota respecto a 2018 y un 1,1% en fin de semana. Y Noticias2 ganó un 0,1% y perdió 0,7 puntos en fin de semana. Ni siquiera la medalla de un supuesto aumento de audiencia, que muchos le han colocado, ha logrado llevarse a Madrid Álvaro Zancajo, del que dicen que le espera una brillante trayectoria como tertuliano, seguramente en los medios de los obispos.
El titular de Presidencia y Portavoz, Elías Bendodo, se limitó a echar balones fuera declarando solemnemente (y sin reírse) que él no sabía nada, que ese era un asunto competencia de la Dirección General de la RTVA, o sea de Juan de Dios Mellado. Efectivamente, para el que parece que tampoco fue un buen trago decirle a Zancajo en plan Jorge Javier que ‘tenia que abandonar la casa’. Hablan de palabras gruesas durante el despido pero nadie lo confirma, aunque muchos se las creen y las andan contando.
En Vox, cazando moscas
Desde luego a quienes no se les ha dado vela en el entierro de Zancajo como jefe de informativos ha sido a los ‘socios’ de Vox en Andalucía, o al menos eso daba a entender su portavoz Alejandro Hernández en Twitter, que siguiendo la puerta señalada por Bendodo, no dudó en referirse a Mellado y «sus mamporreros sindicales». El portavoz sustituto del juez Serrano siempre matando moscas a cañonazos.
Por cierto, cuando nombraron a Álvaro Zancajo sí fue consultado con ellos la propuesta en niveles supremos de Vox que entonces dieron su ok.
Carmen Torres, ‘gatopardismo’ de urgencia
El cese del Sr. Zancajo, a la vista de la urgente solución dada a su relevo, que nadie se confunda, nada tiene que ver con la línea informativa y editorial que la derecha mantiene y quiere mantener en los medios públicos andaluces. Nombrar a Carmen Torres, conocida como veterana periodista pro PP y por la polémica como delegada en Madrid, confirma que el problema no ha sido para ellos la línea editorial o el modus operandi, era la personalidad del propio Zancajo y sus maneras para relacionarse con propios y extraños, no de la forma de entender cómo tratar la información. Eso parece que queda garantizado a la vista del nombramiento de Torres, para muchos improvisado y, por supuesto, sin comunicárselo siquiera ni a los grupos políticos en el Consejo de Administración ni al Consejo de Redacción, tal y como Rafa Porras contempla en la Carta de Servicio Público de la RTVA.
Este gatopardismo, auguran muchos, es pan para hoy conflicto para mañana dado el historial que arrastra la nueva directiva que nada más pisar la delegación de Madrid fue a por uno de los periodistas más solventes y respetados de la casa, Pedro Lázaro, al que abrió expediente y envió a deportes. (Mellado anuló el expediente, lo mismo que haría despues con el de Maillo).
A Carmen Torres, por lo que se ve, le sobran ganas profesionales y ambición personal para mantenerse y llegar más alto, pese a las criticas y denuncias contra ella de trabajadores y sindicatos. Con este improvisado nombramiento es difícil prever que vuelva la normalidad a corto plazo a la RTVA, me dice preocupado uno de los del ‘equipo del cambio’.
Otros reajustes
También ha sido cesada Carmen Estero, al frente del Área Corporativa, considerada una técnica en lo suyo entró en el staff en la RTVA en la época de Pablo Carrasco en la DG. Previamente había trabajado como auditora externa desde 1991. El argumento oficioso para justificar este relevo ha sido precisamente ese, que fue pieza importante del equipo socialista en Canal Sur, la persona por cuyas manos pasaron las finanzas y la fiscalización de las mismas en el grupo en los últimos años.
El único relevo que se intuía con antelación era el del director de RRHH, Sebastian Uribe, por llegar la fecha de su jubilación oficial. Le sustituye el número dos del departamento Enrique Díaz.
Por cierto, verán cuándo se enteren los de Vox que el socialista Sr. Díaz fue presidente del PSOE de Castilblanco de los Arroyos, un hombre cercano entonces a José Antonio Viera, líder del PSOE sevillano y uno de los exconsejeros condenados en la pieza política del Caso Eres.
Este artículo se publicó originalmente en Confidencial Andaluz.