A la misma hora que el ajetreo de llanitos, turistas y trabajadores se entremezcla este jueves por Main Street y las calles adyacentes a la arteria principal del Peñón de Gibraltar, a unos 2.200 kilómetros de distancia, en el corazón de la UE, se decide el llamado Gibrexit. Es el acuerdo que Bruselas, Gran Bretaña, España y el Gobierno de Gibraltar ultiman sobre la situación o encaje en la que queda la colonia británica cuatro años después del Brexit.
En el encuentro en la capital belga se han visto desde las dos de la tarde el vicepresidente de la Comisión Europea encargado del asunto, Maros Sefcovic (Dirección-Socialdemocracia); el ministro de Exteriores británico, David Cameron (Partido Conservador); el ministerio de Exteriores español, José Manuel Albares (PSOE); y el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo (Partido Socialista Laborista de Gibraltar).
Al filo de las 20.30 horas se ha conocido al fin el resultado de una cumbre de varias horas. En una declaración conjunta se ha comunicado: "Esta fue la segunda reunión en este formato, basándose en los importantes avances del 12 de abril. Las discusiones de hoy se desarrollaron en una atmósfera constructiva, con importantes avances y áreas adicionales de acuerdo. Todas las partes tienen la seguridad de que el acuerdo se está acercando y trabajarán estrecha y rápidamente en las áreas pendientes hacia un acuerdo general entre la UE y el Reino Unido".
Asimismo, reza el comunicado conjunto, "la reunión reafirmó su compromiso compartido de celebrar un acuerdo UE-Reino Unido para aportar confianza, seguridad jurídica y estabilidad a las vidas y los medios de subsistencia de los pueblos de toda la región, protegiendo y mejorando la economía, el comercio, la movilidad, el medio ambiente y el bienestar social, al tiempo que salvaguardar las posiciones jurídicas de todas las partes."
Todas las partes, en última instancia, han acordado permanecer "en contacto estrecho y constante".
El encuentro clave se produce después de que Bruselas y Madrid hayan presentado una propuesta que permitiría establecer lo que pomposamente denominan la zona de prosperidad compartida entre el Campo de Gibraltar y el Peñón, aunque lo cierto es que a día de hoy la pujanza de la Roca está a una distancia sideral de los déficits que arrastra de forma crónica la comarca gaditana, una de las más industrializadas de la provincia, por cierto.
Como puntos más calientes del acuerdo, la desaparición de la Verja (el control policial y aduanero con 1,2 kilómetros de alambrada creado hace 320 años), el uso compartido del aeropuerto de Gibraltar (ya se acordó sin recorrido en 2006) y una atención especial a la fiscalidad, ya que muchos expertos y dirigentes políticos consideran al Peñón como paraíso fiscal, algo que el Gobierno de Picardo niega tajantemente. Sin ir más lejos, el presidente de la Junta, Juanma Moreno, ha pedido este mismo jueves en el Parlamento andaluz acabar con el "gran paraíso fiscal" del Peñón. En este sentido, el Gobierno andaluz ha abogado por establecer un régimen fiscal especial para el Campo de Gibraltar, similar al que tienen Canarias, Ceuta y Melilla.
Un linense, 11.000 euros de renta per cápita media; un 'llanito', 90.000 euros
Más allá de los puntos más mediáticos del acuerdo, y de otros relacionados con bienes y movilidad, la gran preocupación de las autoridades españolas son los 300.000 habitantes del Campo de Gibraltar, así como los alrededor de 10.500 trabajadores y trabajadoras españoles que diariamente cruzan desde diferentes puntos de la comarca gaditana (y de otras partes de la provincia) hacia este pujante territorio donde hay pleno empleo (una tasa de desempleo del 0,49%, la segunda más baja del mundo).
En contraposición, Algeciras y San Roque, las ciudades más pobladas del Campo de Gibraltar, suman tasas de paro del 26,2 y 22,1%, respectivamente. Andalucía, en conjunto, tenía una tasa de paro del 17,6% al cierre del pasado 2023.
"Desde el Gobierno andaluz, evidentemente, no queremos ocupar competencias que no son nuestras, pero sí queremos acabar con la brecha que hay respecto a la renta per cápita de vecinos de La Línea, que está en torno a 11.000 euros, y la que tiene un gibraltareño, que ronda los 90.000 euros, y para ello hay que acabar con los paraísos fiscales", ha añadido el presidente andaluz.
En este partido embarrado que se juga a nivel más local, lejos de las decisiones trascendentales en el corazón de Europa, el alcalde de San Roque y diputado en el Congreso, Juan Carlos Ruiz Boix, ha acusado a Moreno de "debilidad" por no imponer su verdadero criterio ante su partido en Madrid, del que asegura que por sus "ansias electoralistas" defiende que fructifique "la tesis de la bandera" (el debate recurrente sobre la soberanía española sobre Gibraltar), y no que "haya un acuerdo fructífero para la comarca, que vaya hacia esa zona de prosperidad compartida donde se produzca un avance en economía, riqueza y empleo para todos".
El 'no debate': los problemas medioambientales transfronterizos
Organizaciones conservacionistas de la comarca, como Verdemar, han pedido que en todas estas negociaciones ninguno de los actores se olvide de los problemas ambientales trasfronterizos. Una especie de no debate en plena crisis climática que, una vez más, es relegado en la conversación pública. Después del Brexit, cuentan desde la ONG, la Zona de Especial Conservación del Estrecho (23.642 hectáreas) sigue siendo un "limbo" donde se llevan a cabo fondeos de buques, trasiego de combustible y ocupaciones de aguas para futuras ampliaciones de fondeaderos de buques de Gibraltar.
"Al igual que se llegaron a acuerdos para gestionar los Residuos Sólidos Urbanos, habría que complementarlos con las aguas residuales y el agua potable. Es necesario solucionar los problemas de aguas de lastre de buques, fondeaderos exteriores en la Zona de Especial Conservación, bunkering, entre otros", asegura Antonio Muñoz, de Verdemar-Ecologistas en Acción.
Albares, que antes de entrar a la reunión en Bruselas este jueves ha afirmado irónicamente que "se necesitan dos para bailar un tango", es plenamente consciente que el acuerdo final pasa por las cuatro partes, ya que en este momento el enfoque de la "prosperidad compartida" tiene más apoyo por parte del Gobierno de la Roca que del de Gran Bretaña, que de alguna manera siempre ve cualquier avance en las relaciones como una pérdida de soberanía sobre el istmo.
"Reino Unido y la UE comparten una asociación estrecha y pragmática"
Cameron, que se encontraba en Bruselas desde primera hora de este jueves para abordar de manera más general con Sefcovic el marco de relaciones entre la UE y Reino Unido, ha indicado en un breve mensaje en las redes sociales que con el vicepresidente comunitario ha hablado ya de cómo "maximizar las oportunidades en nuestro Acuerdo de Comercio y Cooperación, abordar la migración ilegal y avanzar en las negociaciones sobre Gibraltar". "Reino Unido y la UE comparten una asociación estrecha y pragmática, que abordan juntos desafíos compartidos", ha remachado el jefe de la diplomacia británica.
Los diputados de la comisión de vigilancia de las relaciones con la UE en la Cámara de los Comunes expresaron en una carta dirigida a Cameron su "preocupación" por las conversaciones sobre el Peñón. En su escrito, los diputados llamaron a suspender las negociaciones y apuntaron el riesgo de que lo pactado suponga una cesión de soberanía por parte de Reino Unido, habida cuenta de que Gibraltar deberá alinearse con parte del acervo comunitario bajo el escrutinio del Tribunal de Justicia de la UE (TJUE).
En Gibraltar, el 96% de la población votó en contra del Brexit. En la Roca, 19.322 personas (la población es de unos 30.000 residentes) votaron por quedarse en la UE en el referéndum del 23 de junio de 2016, mientras que solo 823 apoyaron salirse del proyecto comunitario europeo.
Sin detalles para proteger el acuerdo
En declaraciones a la prensa al término del encuentro, recogidas por Europa Press, Albares ha puesto en valor que se han logrado "avances importantes" pero ha eludido ofrecer más detalles "para proteger lo ya acordado y seguir avanzando en aquellos aspectos que todavía necesitan más desarrollo ténico".
La idea es pues, ha agregado, "mantener el mismo método de trabajo hasta no conseguir definitivamente el acuerdo y cerrar todos los puntos". Para ello, según el ministro, desde mañana mismo los equipos técnicos van a seguir trabajando en algunos de los puntos pendientes.
Como ya ocurriera tras la reunión de abril, el jefe de la diplomacia no ha querido hablar de plazos y ha resaltado que "hoy no es un punto y aparte, sino un punto y seguido". Así las cosas, ha asegurado que no hay ningún punto que ninguna de las partes se niegue a abordar. "Por lo tanto, se trata simplemente de acercar posiciones en los puntos finales", ha acotado.
Por su parte, Sefcovic ha enfatizado en rueda de prensa los esfuerzos para seguir avanzando y "buscando soluciones técnicas" en áreas como el comercio, el medio ambiente, la movilidad y la economía, evitando así mencionar los aspectos que siguen siendo un freno para el acuerdo.
En todo caso, el socialista eslovaco ha confiado en llegar "lo antes posible" a un acuerdo porque el compromiso de las partes demuestra que hay "voluntad política" para establecer un marco común para Gibraltar; pero no ha querido responder a si cree que el pacto podría llegar antes de que se celebren las elecciones europeas del 9 de junio.