Cuando se publican los datos mensuales del desempeo y Andalucía sale mal parada, las valoraciones del presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, se hacen de rogar. Muchas veces ni siquiera existe tal valoración. Se deja pasar esperando que en la próxima ocasión haya más suerte y se pueda sacar pecho. Con la Encuesta de Población Activa (EPA), la situación es distinta porque las variables que se publican son en mayor cantidad. Siempre hay algo a lo que agarrarse y, por lo tanto, el Gobierno de la Junta tira del dato más conveniente para seguir hablando del "milagro andaluz".
En esta ocasión, Moreno presumía de haber bajado del 20% en la tasa del paro, una cifra que calificó como "barrera psicológica". Aun así, Andalucía se mantiene como la segunda comunidad con mayor tasa de paro. La media estatal, por su parte, es del 13,65%. Otra de las cuestiones destacadas por el presidente de la Junta fue la cifra de 45.900 parados menos durante el primer trimestre. La comunidad con una mayor bajada en términos absolutos.
Pero, sin embargo, no todos los datos que se observan en la encuestas son tan beneficiosos para el discurso del Gobierno andaluz. Empezando por el eslógan utilizado por Moreno durante la campaña de 2018, donde prometía crear 600.000 empleos. Eso, evidentemente, no ha ocurrido. Según los datos del Ministerio de Trabajo, hay alrededor de 23.000 parados más que cuando el líder del PP alcanzó la presidencia de la Junta.
Volviendo a la Encuesta de Población Activa, hay más cifras que hacen que el discurso del "milagro económico" andaluz se tambalee pese a la insistencia de los miembros de la Junta. El paro descendió en casi 46.000 personas, sí, pero la población activa se redujo en 77.900 personas. Es decir, abandonaron el mercado laboral, mientras a nivel estatal se sumaron 48.500 personas. En esta línea también se encuentran los datos de ocupación. En Andalucía se destruyeron 32.000 empleos, tres de cada diez de los que se destruyeron en toda España.