David de la Cruz, 'delfín' de 'Kichi': "El modelo de Teófila está caduco; sus recetas nunca funcionaron"

Para mí, la militancia es un ejercicio de periodismo y el periodismo un ejercicio de militancia, están relacionados. Hace poco decía el ex director de El País (Antonio Caño) que el periodista no podía hacer activismo social. Y creo que es al revés, que el periodista tiene que tomar partido siempre, porque la objetividad no existe. Yo estoy hecho de muchas cosas, no te puedes quitar capas. Para llegar al día de hoy he tenido que ser periodista. La forma de expresar mi activismo social ha sido muchas veces a través de la escritura. De hecho, yo creo que quería estudiar Periodismo para intentar cambiar el mundo, para posicionarme, para dar voz. Soy militante, soy periodista, soy padre… y sobre todo desde que soy padre quiero un mundo más bonito para mi hijo, menos egoísta, menos salvaje, menos individualista, menos competitivo... En estos diez años he tomado mucha más conciencia social. 

Las comprendo desde la mayor de las empatías. De momento tengo que decir que se me ha tratado muy bien, quizás haber sido compañeros influye. 

"Creo en el periodismo que fiscaliza a los políticos, en el que no pierde su función social"

Claro, y creo que tiene que llegar. Es necesario. No solo lo tendré que comprender, sino que lo tendré que exigir. Cuando me equivoque, cuando sea criticable una decisión política, cuando sea necesario que me den un toque de atención, quiero que me lo den, porque al final el periodismo tiene una función fiscalizadora que es fundamental. Creo en el periodismo que fiscaliza a los políticos, en el periodismo que no pierde su función social.

En este tipo de decisiones hay un componente colectivo y un componente individual. En el colectivo, lo que más me generó inseguridad era ser yo la cabeza visible, porque veía que otros compañeros y compañeras estaban muy preparados. En lo individual, lo que cambia todo. Dejas de ser una persona anónima, tienes una responsabilidad mayor, y eso repercute en todos los aspectos de tu vida y te hace dudar. Yo lo digo abiertamente, que he sentido vértigo, inseguridad, incertidumbre, y si no lo hubiese sentido es que soy un inconsciente, y soy muy consciente de lo que hago. 

Me va beneficiar porque Kichi es el mejor alcalde que ha tenido esta ciudad y porque se ha demostrado que hay otra forma de hacer política, que esto es un proyecto colectivo, que no somos profesionales de la política, que venimos a dar un servicio de forma temporal a la sociedad, dejarnos la piel y dar un relevo. Esta organización tiene un proyecto de ciudad que va más allá de una persona. No es una competición entre Kichi y yo. Es mi compañero y ahora va a seguir al lado mía desde otra trinchera.

No solo me lo planteo sino que es un compromiso político. Va a ser así, lo puedo asegurar ahora y lo aseguraré siempre. Y también la limitación salarial, por supuesto. Voy a seguir cobrando lo mismo que cobraba en el gabinete de prensa y lo mismo que cobra el alcalde, que por otra parte es el alcalde que menos cobra en la Bahía. No es un voto de pobreza, el sueldo es muy digno, pero es importante no alejarte de las vecinas y los vecinos a los que representas. Estaría bien saber si el resto de alcaldables estarían dispuestos a cobrar lo que cobra el alcalde, que lo dudo mucho.

Es curioso que el hecho de que un político viva como los vecinos a los que representa sea criticado, cuando debería ser lo normal. Nos hace ver la desvariación de la política, que ha pasado de suponer una representación de la gente a convertirse en un vehículo para vivir mejor de forma individual. Eso es un error. 

El otro día lo comentábamos y bromeaba diciendo que él canta mejor pero yo juego mejor al fútbol (risas). Compartimos militancia, tanto en Anticapitalistas como en Adelante Andalucía, compartimos proyecto de ciudad y compartimos proyecto social. En el trasfondo politico nos diferenciamos muy poco. La diferencia es el contexto. Kichi llegó en un momento en el que las arcas municipales estaban endeudadas, conquistando muchos derechos con pocos recursos municipales y yo ahora entro en un momento en el que podemos aspirar al pan pero también a las rosas, se puede aspirar a mucho más. 

"Voy a seguir cobrando lo mismo que en el gabinete de prensa. No es un voto de pobreza, pero es importante no alejarte de la gente a la que representas"

Efectivamente, es un momento de desmovilización social. Cuando llegó Kichi había mucha movilización, una ola preciosa y muy bonita de la gente que quería tomar las instituciones… Nosotras y nosotros somos hijos de ese 15-M y lo llevamos en nuestro ADN porque nos politizó mucho y nos marcó un montón.

Hay políticas que han derivado en que no se vayan tantos vecinos de sus barrios. Cuando llegamos a la Alcaldía se producían 284 desahucios al año, entonces se puso en marcha un protocolo antidesahucios para frenarlo. Después se revirtió por completo la política de vivienda. Antes, la empresa municipal (Procasa) se regía por el mercado libre y se frenó eso para crear una política social y de alquiler joven. También ha sido fundamental que se ha frenado la turistificación con una ordenanza que limita los pisos turísticos en los barrios. En el último censo salía que, por fin, después de muchos años Cádiz no pierde población. Eso no es solo por el Ayuntamiento, pero sin duda las políticas municipales han ayudado.

Es fundamental la labor que hace el Ayuntamiento en este sentido. Tenemos una empresa municipal de vivienda, que antes se regía por la renta libre, y ahora fomenta la vivienda social. En empleo pasa lo mismo, le hemos dado la vuelta al IFEF (Instituto de Fomento, Empleo y Formación). Hace poco, 30 gaditanos y gaditanas han entrado a trabajar en el Hotel Q gracias a las políticas de empleo. Y además, se introducen cláusulas sociales para favorecer que la gente que está en exclusión pueda acceder a un empleo y a una formación. Dicho esto, es el Gobierno central y la Junta de Andalucía quienes tienen que crear un plan de reindustrialización de la Bahía que pase por el empleo verde. Cádiz no puede depender solo del turismo, ni los Astilleros pueden seguir dependiendo de una carga de trabajo puntual. 

Es una ciudad más inclusiva que antes, se han conquistado derechos que eran fundamentales, se le ha dado herramientas a gente que antes se quedaba atrás y es una ciudad mucho más humana, más diversa y más amable. El mayor error es que no hemos sido capaces de humanizar el Ayuntamiento. Sigue siendo un espacio burócrata que no se ajusta a los tiempos y a las necesidades de la población y eso hay que cambiarlo.

"No hemos sido capaces de humanizar el Ayuntamiento. Sigue siendo un espacio burócrata que no se ajusta a los tiempos de la población"

La espinita es Valcárcel, pero no nos conformamos con que sea una Facultad de Educación, sino que queremos que Náutica sea una residencia universitaria. Es fundamental el soterramiento de Canalejas para la inclusión puerto-ciudad, que es la mayor operación urbanística que va a tener Cádiz en el próximo siglo. Luego, quiero que se desarrolle el primer bosque urbano de la ciudad. es fundamental ampliar las zonas verdes y de convivencia. La Ciudad de la Justicia tiene que ser una realidad. Y el pabellón Portillo también. Y a eso le sumo la conquista de derechos. Queremos psicólogos, dentistas y canguros municipales para que la vida sea mucho más cómoda, para que la gente no dependa de su situación económica para tener estos servicios. 

Hemos estirado los límites de la institución pero te das cuenta de que el Ayuntamiento tiene muchas limitaciones. Son fundamentales el resto de Administraciones. Además, el sistema está bien asentado y existen poderes que van más allá de las propias instituciones, es algo que hemos denunciado muchas veces. Pero hemos perdido esa ingenuidad, conocemos la realidad: tienes que conquistar derechos, pero también tienes que tener limpia la ciudad, las bombillas cambiadas y el césped de los jardines cortado. 

Hemos cumplido. De hecho, tenemos un pliego de limpieza listo y dentro de poco tendremos un nuevo servicio. Hay que estar en esas cosas. No hay que dejar de lado la importancia de los jardines, del mantenimiento… que también es fundamental. 

No lo es. Kichi se ha tenido que enfrentar a 16 juicios y todos han sido archivados, pero algo queda siempre. Es una forma de ganar en los tribunales lo que se ha perdido en las urnas. El lawfare, algo absolutamente antidemocrático que se lleva cada vez más a la práctica. El desgaste y la mentira siempre permanecen. En estos casos siempre hay un titular muy grande que dice que Kichi va al Juzgado y un breve en el que se dice que ha sido archivado el caso. 

Aquí estamos Lola y yo, ella está en mi equipo. También estoy porque Lola ha legitimado que yo estuviera aquí. Ha sido una decisión colectiva en la que los compañeros y compañeras decidieron que fuera yo la cabeza visible. Para mí Lola hubiera sido una pedazo de candidata y de alcaldesa. Es una compañera imprescindible que va a tener mucho peso en mi equipo, porque la quiero muy cerca. Las listas se irán configurando durante la primavera. Ahora mismo Cádiz tiene el mejor equipo de gobierno que podría tener y quiero seguir contando con mis compañeros y compañeras del equipo de gobierno.

Soy partidario de ir con los compañeros de Ganar Cádiz en Común. Y creo que llegaremos a ese fin. Pero la confluencia es un ejercicio de comprensión y de empatía, los compañeros de Ganar Cádiz tendrán que comprender que no nos vamos a integrar en su proyecto, sino que dentro de que somos proyectos políticos diferentes, con nuestras diferencias pero con un horizonte común, tendremos que llegar a un entendimiento de cara a las municipales. 

"La confluencia es un ejercicio de comprensión; no nos vamos a integrar en Ganar Cádiz; tendremos que llegar a un entendimiento"

El rival no es un partido ni un político concreto, el rival a batir son las políticas liberales, individualistas y egoístas que nos quieren imponer. Frente a un modelo de sociedad individualista, egoísta, del sálvese quien pueda, de la libertad mal entendida, de la bajada de impuestos a los ricos mientras se asfixia a los pobres, del turismo basado en la precariedad… nuestro modelo social. 

No lo entendería. Su modelo político es un modelo caduco. A Teófila no la invalido por su edad, cuando hablo de un modelo antiguo, no me refiero a eso, sino a que viejas recetas para nuevos tiempos nunca funcionaron. Volver a los ocho millones de euros al año en publicidad institucional, a los mamotretos y las pérgolas, al cemento, al gris, al pelotazo urbanístico que no va a ninguna parte, a ese cortijo que eran las empresas municipales... Es un modelo que no puede permitirse esta ciudad.

Hay algo que me parece una mentira muy grande y es decir que se es apolítico. Todo es profundamente político. Julio Anguita decía que nada tiene más ideología que unos Presupuestos municipales. Cuando una persona como Ismael Beiro publica un libro fomentando el uso de las criptomonedas, que han arruinado a miles de personas, eso es ideología. Ideología liberal. Si Ismael Beiro dice que quiere construir rascacielos en un espacio protegido como el Parque Natural de la Bahía de Cádiz para tener un nuevo Benidorm, en plena crisis climática, eso es ideología. Si Beiro dice que cobrar comisiones como el rey emérito es algo muy español y que todo el mundo lo haría… Perdona, yo no lo haría. Con el dinero público hay que ser muy decente. Si hay un caso de violencia machista en un reality show y él lo banaliza, eso es ideología. El modelo que dibuja es el contrario al que yo quiero para esta ciudad. Y hay que ponerlo sobre la mesa, a mí no me sale blanquearlo.