La crisis que sufre Podemos, lejos de remitir, se agrava con la dimisión de Carmen Lizárraga, actual diputada por Granada en el Parlamento de Andalucía, expresidenta del grupo parlamentario en la anterior legislatura, portavoz de la formación morada en materia de Hacienda y rival contra Teresa Rodríguez por el liderazgo del partido en 2016.
Lizárraga, profesora titular de Economía en la Universidad de Granada y vinculada a la corriente de Iñigo Errejón, ha decidido dejar todos sus cometidos políticos, tanto en el Consejo Ciudadano Andaluz, donde gestionaba el área económica, como su escaño en el Parlamento andaluz.
En una carta, a la que ha tenido acceso en exclusiva este periódico y que la ya exdiputada entregará a la Mesa del Parlamento de Andalucía durante la mañana de este miércoles para hacer efectiva la renuncia, Lizárraga afirma que se marcha por un “distanciamiento de las posiciones políticas, organizativas e institucionales” con la actual dirección de Podemos Andalucía que encabeza Teresa Rodríguez.
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La dirección de Podemos Andalucía, según la diputada dimitida, “ha optado por instalarse en posiciones que considero impropias de los tiempos actuales”. Lizárraga argumenta en su misiva que Podemos necesita “huir del espacio de extrema izquierda, más propio de un viejo partido de la resistencia que de una fuerza que proyecta ser transformadora y de gobierno”.
Otra de las razones que expone Carmen Lizárraga en su carta de dimisión es que la formación morada ha abandonado el “espíritu abierto, deliberativo, participativo y democrático del primitivo Podemos”, lo que está llevando a la formación “a una desnaturalización que es rechazada por nuestros potenciales votantes”.
También muestra disconformidad con el papel que juega Podemos Andalucía en las instituciones. “El activismo y la respuesta en la calle son imprescindibles, pero aspirando a ser mucho más que la representación de luchas aisladas y trabajar por un horizonte común de derechos y de justicia social”, manifiesta la parlamentaria granadina.
“Disidencia funcional”
Así, la profesora de Economía de la Universidad de Granada se marcha para no provocar “más tensiones internas de las que hay en Podemos, ni contribuir a fortalecer el estigma interesado de esa izquierda que anda siempre peleándose”. Tampoco quiere formar parte de una “disidencia funcional que legitima un status quo y una lógica de confort político que no comparto”, aclara.
Lizárraga, que entró en política de la mano de José Luis Serrano, catedrático de Filosofía de Derecho en la Universidad de Granada y diputado de Podemos en el Parlamento andaluz hasta su fallecimiento en enero de 2016, permanecerá a partir de ahora como “una inscrita más en Podemos”. A sus compañeros y compañeras les desea “toda la suerte del mundo” en un “momento difícil” para Andalucía por el “tripartito de derechas”, que define como “centralista, machista y xenófobo”.
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