El PSC de Salvador Illa ha logrado en parte su objetivo, ha ganado las elecciones en Cataluña este 14F, pero el empate técnico con ERC y el aumento de la potencia independentista en el sumatorio de fuerzas deja en el aire la presidencia de la Generalitat. El llamado efecto Illa tendrá que esperar para saber si podrá ser investido president, algo a lo que aspira, como ha dicho esta misma noche el ex ministro de Sanidad. “El cambio ha llegado para quedarse”, ha asegurado Illa.
En el otro lado de la jornada, con una caída histórica en la participación como consecuencia, en principio, de la pandemia, el auge de Vox a costa del hundimiento sin precedentes de Ciudadanos y PP. En cuanto a la participación en las elecciones catalanas de este domingo, se ha desplomado con el 53,42% de los 5.624.044 catalanes llamados a las urnas, un resultado que se sitúa 25,67 puntos por debajo respecto a los comicios del 21 de diciembre de 2017, cuando fue del 79,09%.
Los socialistas han obtenido el 23% de los votos y 33 escaños (con un escrutinio del 98%). Los mismos que los republicanos liderados por Pere Aragonès (33 escaños, 21,3% de los votos) y uno más que Junts, encabezado por Laura Borràs. El bloque secesionista, así las cosas, podría formar alianza con esos dos partidos junto a la CUP (9 diputados), asegurándose 74 escaños, seis más que los obtenidos hace cuatro años, de sobra para designar al próximo president. Vox irrumpe en la Cámara catalana como cuarta fuerza y 11 diputados. Cs pierde 30 escaños, quedándose en seis, mientras que el PP pierde uno y se queda con tres.