"Su Majestad el Rey ha constatado que no existe un candidato que cuente con los apoyos necesarios para que el Congreso de los Diputados, en su caso, le otorgue su confianza". En un breve comunicado, la Casa Real certificaba la repetición electoral. España vivirá en noviembre sus cuartas elecciones generales en cuatro años tras meses de infructuosas negociaciones entre los partidos políticos.
La XIII legislatura ha sido breve —es la segunda ocasión en la historia de la democracia que no se logra formar Gobierno— pero plagada de gastos a pesar del bloqueo político y de la parálisis institucional que vive el país. Durante los 146 días que van del 28 de abril, día de las pasadas elecciones generales, al 23 de septiembre —cuando se disolverán las Cortes— no se ha aprobado ninguna Ley, la actividad parlamentaria ha sido casi nula y el Estado ha gastado 23,8 millones de euros en pagar sueldos a diputados, subvenciones a los grupos políticos y viajes a los parlamentarios españoles, según cuenta Newtral.
El sueldo de los senadores y diputados electos que salieron de las elecciones generales de abril se ha llevado 16,28 millones, aunque hay que tener en cuenta que no han llegado a aplicarse complementos por presidir y asistir a comisiones parlamentarias, lo que aumenta considerablemente el gasto. Desde que se constituyeran las Cortes en julio se han empleado 132.000 euros en sueldos.
El Congreso, desde abril, ha empleado más de 26.000 euros al día a las ayudas a los grupos parlamentarios, y el Senado unos 18.000 euros diarios, según publica Newtral, que realiza un cálculo de los gastos del bloqueo electoral, al que hay que sumar más de 500.000 euros en viajes de los parlamentarios que ha gastado el Congreso —el Senado no ha hecho pública esta cantidad—. A ello hay que añadir los 500.000 euros de la compra de tablets para los diputados. La repetición electoral costará entre 120 y 130 millones de euros, una cantidad estimada según el importe empleado en anteriores ocasiones.