Nieta de una maestra y un tipógrafo fusilados en Jerez en 1936
Si algo caracteriza a Carmen Máximo (Cádiz, 1968) es la claridad con la que habla. "No se puede construir una democracia sobre miles de muertos. Quienes lo hacen son partidos del régimen", sentencia en la entrevista con lavozdelsur.es, dejando un recado a Unidas Podemos por complicidad al estar en el gobierno de Pedro Sánchez. Ella conoce bien lo que se cuece en el ámbito de la memoria democrática, al haber descubierto "en la mediana edad" el asesinato doble —físico y de olvido— de sus abuelos, fusilados en Jerez tras el golpe sublevado.
Esta ingeniera informática se presenta como cabeza de lista por Adelante Andalucía-Andalucistas en la provincia de Málaga. Profesora del IES Jesús Marín, en el barrio de clase trabajadora de Carranque, forma parte desde hace años del activismo social y sindical, habiendo sido delegada sindical de UGT —ahora es miembro del sindicato educativo Ustea— y de la plataforma Marea Verde, que reivindica la educación pública. Tras haber militado en el plano político por IU, de la que se desvinculó tras oponerse al gobierno de coalición con el PSOE en la Junta de Andalucía, pasó por Podemos, vinculándose finalmente a la refundada Adelante Andalucía de Teresa Rodríguez tras la división interna en el seno de la coalición.
¿Cómo vio el debate de este lunes?
Para mí, sin ser nada subjetiva, la que fue más potente fue Teresa Rodríguez. Teresa plantó cara a Macarena Olona, que parecía una actriz en el papel de la madrastra en un tono que echaba para atrás. La solución no es ignorarla, como dicen algunos medios, pero tampoco es aquello de “que viene Vox, que viene Vox” y voto útil. No. Lo que hay que hacer es lo que hizo Teresa: plantar cara a la extrema derecha y decirles que nosotras estamos aquí. Así lo hemos hecho con el tema de la violencia. Es terrorismo machista.
Temo que ese ambiente tenso sea una radiografía del momento actual. Crispación, arrogancia...
Lo es. En Málaga, repartiendo y hablando con la gente, te das cuenta que el voto de la izquierda no está movilizado. Pero ahí está. Macarena Olona tiene un Porsche Panamera de 70.000 euros, es parte de una gente que vive en otra realidad paralela a nosotras, no son trabajadoras. Es como el casero que tiene muchas viviendas y te quiere estrujar con alquileres abusivos y aprovecharse de la turistificación. Podemos entender que haya propietarios y ricos que voten a Vox. Sin embargo, hay trabajadores y trabajadoras que les van a votar y es porque se han encargado muy bien de incentivar el odio y del reparto de la miseria. Si tú no tienes nada parece que es porque vienen de fuera, porque hay inmigrantes y porque el desgraciado ese de la esquina es un flojo. Buscan el odio hacia lo diferente y hacia la diversidad, en lugar de señalar lo que importa. Si realmente buscaran que descienda la desigualdad, no serían lo que son. Hay que explicarles a los nuestros que ellos no van a solucionar sus problemas.
No parece que esté funcionando. Hace unos días en un debate político, un candidato de la ultraderecha se rió de usted por mencionar la palabra "obrera"...
Es la primera vez que me presento a un cargo institucional. De hecho, estoy aquí en el patio del instituto. Cuando dijeron en ese debate que la educación pública está mejor que nunca, yo que estoy en un centro educativo de un barrio obrero de clase tirando para abajo, con muchas necesidades y dificultades, se lo dije: es que no conocéis la realidad. Me dijo: mírame a los ojos. ¿Qué te ríes de la palabra obrero? Desprecian a los trabajadores y venden el tema de los autónomos, que no son otra cosa que obreros auto-explotados, 24 y 48 horas trabajando. Incentivan que si trabajas muy duro independientemente de donde hayas nacido, triunfas. Si acabas tirado en la calle, no es una responsabilidad social cuidarte. Y eso no es así. Pero es la cultura de la derecha.
¿Qué ha hecho la izquierda tan mal? ¿A qué se debe que crezca el voto hacia la ultraderecha?
A que no hay un discurso de clase. Es mi opinión. El capitalismo está machando a mansalva a nuestra clase, la gente está muy cabreada y la juventud no ve perspectivas de futuro. El otro día, una compañera me dijo que su hija estaba trabajando como diseñadora de ropa con un contrato indefinido. La han despedido por dos duros. En su lugar, han metido a dos chicas de prácticas de una subcontrata. Siempre más, más y más. En el turismo igual. El joven dice: ¿qué perspectiva tengo aquí? Me tendré que ir. Al final se proyecta el odio hacia el de afuera. Sin embargo, si la izquierda hiciese lo que hace la derecha, que no le tiembla el pulso al llegar el poder, veríamos.
Es crítica con el Gobierno de PSOE y Unidas Podemos.
Lo que tú no puedes decir es antes de llegar al Gobierno es que vas a hacer ciertas cosas y luego no las haces. Nosotros estábamos en contra de entrar. El PSOE siempre hace lo mismo; decían que iban a derogar la reforma laboral y no la han derogado; dcen que han quitado el despido libre pero despedir a un trabajador no cuesta nada. Eso es lo que hace que la gente vaya hacia la xenofobia, la homofobia y el odio hacia la mujer. Es un voto antisistema. Hace falta que la gente recupere su discurso. Sí se puede. Pero se puede si se está con un pie en las instituciones y mil en la calle. Hay que volver a la calle.
"No podemos dejar que nos coma la vorágine de lo institucional, hay que hacer política en la calle"
Cuando estuvo en Izquierda Unida se opuso a entrar con el PSOE en la Junta de Andalucía.
Me organicé en Izquierda Unida por la base en un momento de oposición en la calle. Recuerdo una manifestación detrás de una pancarta que ponía “Ni un recorte más en educación”. Izquierda Unida tenía que bajar sus banderas porque la gente les abucheaba. Aquello fue pegarse un tiro en el pie. Luego, en las Europepas, surgió Podemos. Entiendo que era previsible, la gente perdió la perspectiva. Es como lo que ha dicho Inma Nieto (candidata de Por Andalucía). Ella se abstendría para que el Partido Popular gobernara solo antes de que entrara Vox. A ver compañera, Vox siempre ha estado con el PP. Si a un votante de izquierdas le dices que lo que hay que hacer es abstenerse uno se pregunta: ¿entonces vosotros qué vais a hacer?
También hay quien pensa que Adelante no puede ser una opción de gobierno ya que no va a pactar nunca con el PSOE...
Ese es el discurso del no se puede. Y sí se puede. Hay que organizar la calle. Los derechos que todas tenemos los han ganado nuestros abuelos en los años 70 en la calle. Asociaciones de vecinos, colectivos, movimientos organizados... Nosotros queremos que la gente vote a Adelante, pero independientemente de lo que votes, organízate. En el movimiento feminista, en el sindical, en el estudiantil. Para construir poder popular, hay que tener un pie en la calle. No podemos dejar que nos coma la vorágine de lo institucional, hay que hacer un trabajo fuera las 24 horas del día porque no nos van a regalar nada, es lo único que podemos hacer. Los políticos, incluido el PSOE, se reúnen al final en el despacho y deciden los de siempre. Ya se decía en el 15M: lo llaman democracia y no lo es.
¿Quiere decir que la principal diferencia entre Adelante Andalucía y Por Andalucía es entrar o no en un hipotético gobierno con el PSOE?
Por supuesto. Hay dos diferencias políticas que podrían haberse subsanado sin problemas. Nosotras hemos estado siempre en la calle con toda la izquierda, política, social y sindical. Luego, se ha visto la postura que ha tenido Izquierda Unida con nosotros. Después de lo que sucedió en el Parlamento, hubo una reunión y Teresa acudió. Si quieres que seamos organizaciones hermanas, habrá que restituir los derechos de las compañeras. Lo que no puede ser es que no haya pluralidad, que pactes una Ley de Transfuguismo con Vox y que luego estés con un PSOE que sistemáticamente incumple su programa. Es una diferencia grande.
La otra, es el tema andaluz: Andalucía tiene una deuda histórica. Estamos a la cola de todos los territorios y ahora este Gobierno, el más progresista desde la Segunda República, tiene la oportunidad de inyectar los fondos Next Generation no para paliar y aliviar nuestros dolores sino para equiparar a las andaluzas y andaluces al resto de territorios. Hay que invertir en industria y en trabajos de calidad, no solo en turismo. Somos el vertedero de Europa.
En una provincia como Málaga, con municipios como Fuengirola, Mijas o Marbella, aparentemente ricos, con rentas por habitante menores a los 10.000 euros, ¿cómo se gestiona la desigualdad?
Se gestiona cambiando el modelo de ciudad y de provincia. Aquí quieren construir hasta donde no se pueda, se lo quieren cargar todo. No quieren dejar ningún espacio libre ni en la costa ni en el campo. Cuando nos proponen que van a construir para crear empleo, tenemos claro que vamos a decir: no. Porque eso es trabajo precario. Lo primero que tenemos que hacer es dignificar a las personas precarizadas que trabajan en la costa, como es el caso de las kellys en los hoteles. Luego, invertir en industria. Hacen falta trabajos con derechos, que Málaga no sea un parque temático y que sea para los malagueños.
Algo similar sucede con Sierra Bermeja, que después de años en el que su población pedía la protección, se quemó y ha vuelto. Lo que hay que hacer es un Plan de Reforestación, formar a los jóvenes y que haya un empleo estable de cara al futuro en la conservación y mantenimiento de los montes. Hay muchos tipos de trabajo que pueden revertir en la sociedad que dignifiquen a los trabajadores.
"No se puede construir una democracia sobre miles de muertos. Quienes lo hacen son partidos del régimen y ahí incluyo a Unidas Podemos"
Usted es nieta de la maestra Carmen Hombre Ponzoa y el tipógrafo Juan Máximo, asesinados en Jerez dos veces por los golpistas. La primera fue física, la segunda por el olvido. Hay quienes incluso quieren matarlos una tercera vez...
No se puede construir una democracia sobre miles de muertos. Quienes lo hacen son partidos del régimen y ahí incluyo a Unidas Podemos. Tenemos una Ley de Amnistía que ha dejado a los asesinados en los puestos de poder y nosotros aún no sabemos ni dónde están nuestros familiares. Esta es una lucha que empecé y que quiero terminar. Hay gente que dice que esto ya ha pasado, pero no es así. La memoria está para hacer justicia, para recordar que hubo una limpieza sistemática del movimiento obrero. Ellos no pudieron ni defenderse. Primero fue el asesinato físico, después fue el silencio y el terror de las familias. Este terror es tal que muchos nos enteramos de la historia a la mediana edad y a mi padre todavía hoy le da miedo. En Chile estuvo la dictadura de Pinochet y por el coste del billete del metro salieron a la calle y se ha abierto un proceso constituyente. Ya es hora de que se abra aquí. Pedimos justicia y democracia.
No parece que vaya a suceder.
Cuando un partido como Unidas Podemos llega al poder, forma parte del régimen del 78 y se adapta, pierde toda autoridad ante la gente. Antes se hablaba de ruptura con la transición gatopardiana, pero eso ya forma parte del pasado. Hemos dado veinticinco pasos para atrás. Eso sí, nosotras estamos dispuestas a volver dar pasos hacia adelante.