Trepidante e inesperada. Posiblemente sean las dos palabras que pueden definir la noche electoral del 23J en España. Más aún si añadimos las encuestas que se publicaron cuando se cerraron las urnas. En ellas, el Partido Popular ganaba de forma holgada las elecciones y, además, tenía muchas opciones de gobernar con Vox. Nada de ello ha pasado. Ni el PP ha arrasado, ni Alberto Núñez Feijóo suma con Santiago Abascal. Sin embargo, tampoco es suficiente para que Pedro Sánchez repita como presidente. Al menos de forma sencilla.
El título de Manual de Resistencia no estaba elegido al azar y esta noche lo ha vuelto a demostrar. Cuando no había prácticamente nada que garantizara las posibilidades de que la izquierda aguantara el Gobierno, Pedro Sánchez no sólo ha resistido, sino que el PSOE ha mejorado el número de escaños que logró hace cuatro años.
La noche ha estado en un pañuelo. La tendencia se ha ido cumpliendo, pero más lento de lo que necesitaba y le hubiera gustado al Partido Popular. Los socialistas, por su parte, han aguantado de forma heróica logrando prácticamente un empate técnico con el PP en votos. Una igualdad que, debido a las circunscripciones, no se ha traducido en escaños. Alberto Núñez Feijóo ha logrado ser la primera fuerza en el Congreso con cierto margen.
No obstante, la gobernabilidad del país está en el aire. El Partido Popular podría gobernar si convence al PNV para entrar en una aventura con Vox. Algo improbable a falta de un año para las elecciones en el País Vasco. La izquierda tiene algo más de cara reeditar el pacto de la anterior legislatura, pero tampoco demasiado.
Que Pedro Sánchez gobierne los próximos cuatro años depende fundamentalmente del partido de Puigdemont. Con los 122 del PSOE, los 31 de Sumar, los 7 de ERC, los 6 de Bildu, los 5 del PNV y con el 1 del BNG, el actual presidente del Gobierno necesitaría la abstención de Junts para continuar con el actual Gobierno de coalición.
Lo que deja clara la noche es que las encuestas no son votos y los votos no son encuestas. En Génova 13, la sede del Partido Popular, se dieron cuenta desde primera hora de la tarde, cuando el conteo de votos no culminaba sus expectativas. Tal es así que ni siquiera ha habido la actuación de DJ Pulpo que estaba programada en el balcón de la sede popular. Los militantes reunidos abajos, se han quedado con las ganas y han mostrado su rechazo a la decisión.
La llegada de Pedro Sánchez a Ferraz ha sido completamente opuesta. Nadie apostaba nada por los socialistas y, nuevamente, la política española demuestra que se trata de una formación casi indestructible.
El gran fracaso de la noche ha sido para Vox, que ha perdido casi 20 escaños en apenas cuatro años. Pese a ese descenso, ha logrado aguantar la tercera posición. La cuarta ha sido para Sumar que ha logrado aguantar el tipo con 31 escaños, a pesar del poco tiempo que Yolanda Díaz ha tenido para preparar la plataforma. España se avecina al bloqueo político. Pero todavía tiene opciones de evitarlo.