El 13 de julio, Pedro Sánchez aseguraba que España era el segundo país con más personas desaparecidas del mundo tras Camboya. El presidente del Gobierno realizó esta afirmación durante el discurso del Debate sobre el estado de la Nación, resaltando que España contaba con 114.000 "desaparecidos forzosos".
Ahora, casi dos meses después, Sánchez ha cambiado el nombre del país para señalar, en un acto en el que ha recibido a 50 ciudadanos en la Moncloa, que "España es después de Birmania el país con más desaparecidos del mundo. Y esto tiene que ver con la Guerra Civil y los 40 años de dictadura".
¿Camboya o Birmania? Lejos del gazapo o lapsus, lo más preocupante está en el fondo de esta insistencia de Sánchez a la hora de encuadrar a España en el segundo puesto de un ranking que no existe. No hay ninguna investigación ni estadística internacional que haga referencia al número de desaparecidos forzosos en las diferentes naciones del planeta.
En la ONU, al menos, no hay constancia de la existencia de datos objetivos al respecto. Tampoco la Comisión Internacional de Personas Desaparecidas tiene constancia alguna de un ránking sobre el número de fosas comunes existentes en el mundo.
Ni siquiera en España se puede confirmar que la cifra ofrecida por el presidente sea exacta, ya que el dato de los 114.000 desaparecidos es de 2008 y está extraído de un auto dictado por el entonces juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón. El mismo texto judicial apunta que "estos números deben ser contrastados, analizados y renovados para completarlos y actualizarlos al máximo".
Birmania, por cierto, también es un país inexistente, ya que desde 1989 dicho territorio se llama Myammar.