La batalla interna que se libra en el PP por el control territorial del partido no ha hecho más que empezar. En Andalucía, Pablo Casado quiere coger el mando, pero no aparece que Juan Manuel Moreno (y lo que le queda de poder a Javier Arenas) vayan a ponérselo fácil. Una de las plazas más peliagudas es Cádiz. Como ya publicó este medio, la actual presidenta interina de los populares gaditanos y delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía, Ana Mestre, tiene dos serios condicionantes ante sí para dar continuidad al cargo.
Goza de la confianza plena de Moreno, eso sí, pero ni es la candidata de Casado, que tras autodescartarse José Ortiz apostaría por Germán Beardo, y para colmo los estatutos del partido tampoco le acompañan. Según los estatutos, es incompatible ejercer puestos orgánicos con puestos autonómicos. Génova, por si acaso, ha recordado que no habrá más excepciones en Andalucía que la de Elías Bendodo, y por tratarse de prácticamente el vicepresidente segundo de la Junta de Andalucía. Como ha publicado la periodista Isabel Morillo en El Confidencial, el área de Organización del PP nacional recuerda a los máximos dirigentes provinciales que no pueden compatibilizar sus puestos en el partido con cargos en los gobiernos autonómicos.
Este mensaje toca de lleno a Mestre y toca de lleno a la estructura inminente que debe conformar el partido en la provincia a partir de un congreso que aún no tiene fecha, precisamente por la falta de un candidato de consenso para presidir el PP provincial.
La pandemia del coronavirus ha ralentizado esta renovación y el PP quiere celebrar antes del verano una treintena de congresos provinciales para reforzar y consolidar el liderazgo de Pablo Casado, según han informado a Europa Press fuentes populares. A partir de septiembre tocará el turno de los congresos regionales y, finalmente, el congreso nacional, que se prevé para el último semestre de 2022. El proceso de renovación territorial afrontará este fin de semana los congresos provinciales de Málaga, Granada, Ibiza y Menorca. Estos cuatro cónclaves se celebrarán con un único candidato que aspira a reelección, algo muy diferente a la situación de guerra fratricida que se ha desencadenado en territorios como Sevilla o la propia provincia de Cádiz.
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