Aunque hemos cambiado de año, lo que parece que no va a cambiar es la relación entre la Junta de Andalucía y el Gobierno de España. El paso de las semanas confirma que el acuerdo por Doñana fue la excepción y está lejos de convertirse en la regla. La cuestión territorial va a ser uno de los grandes temas de la legislatura y Andalucía está optando por un perfil beligerante contra los últimos acontecimientos.
El ascenso de María Jesús Montero a la Vicepresidencia primera del Gobierno tras la salida de Nadia Calviño podría hacer pensar que era posible un acercamiento con la Junta de Andalucía. La ministra de Hacienda, no obstante, dejó claro el pasado viernes en su visita a Sevilla que el Ejecutivo no tenía demasiadas intenciones de aumentar su diálogo con un gobierno del PP como es el andaluz. De hecho, Montero arremetió de forma muy dura contra algunas actuaciones y declaraciones de miembros de la Junta de Andalucía.
Este martes, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, ha llegado el turno de respuesta a la Junta de Andalucía. Tanto su portavoz, Ramón Fernández Pacheco, como la consejera de Hacienda, Carolina España, han sido muy críticos con Montero apuntando directamente a ella en los agravios que pueda sufrir Andalucía a lo largo de esta legislatura.
Fernández-Pacheco ha manifestado que "muchísimos andaluces se alegraron de su nombramiento porque Andalucía iba a tener más peso, pero es todo lo contrario". El nombre de la que fuera consejera de Hacienda ha sido pronunciado en varias ocasiones. Todas ellas para arremeter contra sus declaraciones o su trabajo. Se sumaba, además, la presentación del PSOE este lunes del informe de su Observatorio Económico, uno de los primeros trabajos del 'Gobierno paralelo' que ha planeado Juan Espadas. Ello ha provocado que España haya entrado en una guerra de cifras sobre impuestos y crecimiento donde en última instancia también ha criticado a Montero por su política fiscal.
Una de las frases de Montero ha molestado especialmente en el Ejecutivo de Juanma Moreno. La ministra sevillana afirmó que los acuerdos con las formaciones independentistas eran buenos para Andalucía porque se iba a poder acoger en el mismo grado que dichos territorios. Una afirmación que desde la Junta se califica como "chantaje y humillación".
En el aire están las reuniones bilaterales por la quita de deuda prometida a las comunidades, una decisión en la que, según la propia Montero, Andalucía va a ser de las mayores beneficiadas. Sin embargo, la Junta de Andalucía vuelve a insistir en convocar el Consejo de Política Fiscal y Financiera con el resto de comunidades para renovar un sistema de financiación por el que Andalucía pierde 1.000 millones de euros al año.
De momento María Jesús Montero ha descartado esta opción porque defiende que se trata de un tema que deben acordar los partidos y no las comunidades autónomas. El objetivo de los socialistas es que los barones del Partido Popular entren en una guerra internar. Desde la Junta, sin embargo, se insiste en que es el Gobierno de España el que tiene que ofrecer soluciones en las que todos estén satisfechos y recuerdan a la ministra de Hacienda que la postura del Gobierno andaluz es la misma que la que tenía ella cuando era consejera.