Su carrera política parecía finiquitada, con cargos menores en los últimos años, sin apenas presencia en actos, siendo prácticamente un militante histórico más en fase de retirada. Pero no. Javier Arenas ha vuelto a la primera línea política y pasa a ser, a sus 65 años, parte del núcleo duro del nuevo PP que está armando Alberto Núñez Feijóo tras el varapalo de no lograr ser investido presidente del Gobierno.
Nacido en Sevilla, aunque criado en la localidad de Olvera, la vuelta de Arenas a esa primera línea política ha sorprendido porque en la última década fue perdiendo responsabilidades de forma evidente.
Tras las derrotas electorales ante el PSOE en 2008 y 2012, Mariano Rajoy no volvió a contar con él para sus Gobiernos hasta la salida del poder de 2018. Por entonces, Arenas también dio un paso atrás en el PP andaluz en favor de Juanma Moreno, aunque con cierta batalla interna para tratar de imponer Arenas a alguien más cercano en el poder del PP andaluz.
Aún entonces, Arenas seguía en edad de seguir dando batalla, de seguir ocupando cargos de responsabilidad, pero mantuvo un perfil mucho más bajo. Tras ser elegido senador en estas últimas elecciones, pasó a ser portavoz provisional en los primeros compases del Senado. Finalmente, ha sido nombrado secretario del grupo, una segunda línea de dirección en el partido.
Sin embargo, la noticia adelantada este viernes por el medio digital The Objective señala que Arenas ha sido nombrado por Feijóo miembro del comité nacional del partido. No está claro aún con qué responsabilidad concreta, si será designado jefe de algún área de actuación del partido. Si bien, una opción es que sea designado miembro sin responsabilidades concretas. O lo que es lo mismo, ocupar un asiento para estar a disposición directa de Feijóo.
Esto coloca de nuevo a Arenas en una posición de poder en un partido que está reformando, sin revoluciones, su estructura interna para optar en el futuro de nuevo el gallego a la Presidencia del Gobierno. El peso de Arenas en ese círculo del dirigente del PP explicaría, por ejemplo, que María José García-Pelayo fuera elegida presidenta de la Federación Española de Municipios y Provincias.
Asimismo, en paralelo a la confusa situación de Elías Bendodo en Madrid, relegado de la dirección del PP por haber sido jefe de campaña en julio, significa también una pérdida de peso en la dirección nacional de la corriente de Juanma Moreno dentro del partido, frente a ese otro PP andaluz que representaba Arenas. Y, de hecho, una función del sevillano será ofrecer a Feijóo apoyos y conocimiento de los resortes del PP andaluz, como el control de provincias, candidaturas, etc., evitando así que la corriente de Moreno fagocite a todo el PP en Andalucía.