Construir poder popular como objetivo político
No es habitual ver en primera línea política a personas de su edad, pero seguramente sea necesario. Ha trabajado desde muy joven para poder estudiar y ha militado en diferentes movimientos sociales desde los 15 años. Si algo tiene claro es que su paso por la política institucional no será eterno. José Manuel Gómez Jurado (Puente Genil, 1994) es uno de los cinco diputados de Por Andalucía en el Parlamento. Pertenece a Podemos y no le ha tocado estrenarse con una legislatura sencilla. A la mayoría absoluta del Partido Popular hay que sumarle el conflicto permanente que existe en su espacio político. Él, sin embargo, huye de lo que denomina "debates de salsa rosa". Con varias intervenciones virales en el Parlamento, gente cercana afirma que es uno de los diputados que más frecuenta la biblioteca, tanto para sacar libros como para preparar intervenciones.
Política. Lo que llevo haciendo desde los 15 o 16 años, militar. Intentar mejorar la vida de la gente con la que comparto mi día a día y militar en el lugar donde me ha puesto el momento actual. Antes militaba en plataformas sociales y estudiantiles y ahora me ha tocado aquí. No me parece pronto porque ya llevo bastante tiempo militando. Ahora me ha tocado la institucional, aunque para mí es menos agradecida y satisfactoria que la social.
Yo creo que no, aunque también hay que mirar en comparación con qué o con quién. Los políticos tienen que ganar un sueldo digno, pero que sea acorde con la realidad social. En comparación con el sueldo precario que tenía antes sí se cobra bien en política. El debate en los salarios siempre se pone en el salario mínimo pero ¿podríamos ser capaces de plantear un salario máximo para los que están en un consejo de administración? Mucha gente quizás estaría dispuesta a que cobraran cinco veces más que el que menos cobra, pero nadie diría 100 o 200 veces más como ocurre a veces. Es un debate que puede interesar más que el del sueldo de los políticos.
Obscena en el panorama en el que estamos actualmente en Andalucía con las cifras de desigualdad, pobreza o salario medio que tenemos. Además con el argumento de igualarse a la media de otras comunidades. Es un insulto a la inteligencia y, sobre todo, a las clases populares de Andalucía que están viendo que sus ingresos son inferiores a los que hay en el resto del Estado. Hay que empezar por igualar a los de abajo.
"La excesiva confianza por parte del Gobierno de Juanma Moreno le está provocando cierto desgaste"
Es un momento en el que hay excesiva confianza por parte del Gobierno de Juanma Moreno y eso está provocando cierto desgaste. Las dos dimisiones en sanidad no son casuales. Mi apuesta es que a la consejera de Salud la van a quitar del medio porque el desastre de la Consejería es absoluto. La estrategia del PP en sanidad y educación es la privatización, pero no contaban con el desastre que se está armando en esos ámbitos. El caso de la sanidad es muy claro con las listas de espera.
Estamos viendo una concatenación de errores que está produciendo desgaste en el Gobierno que se va a acrecentar. Juanma Moreno no tiene claro hacia donde va, no tiene proyecto más allá del recetario antiguo de bajar impuestos. Una fórmula que hace una década se demostró que es errónea. Esa falta de recetas nuevas le va a pasar factura.
Sí. El liderazgo y la mayoría de Juanma Moreno la van a matar ellos mismos. Hay un exceso de confianza que se ha demostrado en el Presupuesto con la falta de diálogo. El rodillo de la absoluta va a más y se agota la vía del Gobierno del diálogo porque no ha habido. Ese desgaste, que se produce más cuando se gobierna en solitario, se está empezando a notar y ahora en enero lo va a hacer aún más. Aunque también depende del papel que juguemos desde la oposición. Juanma Moreno acabará enterrando a Juanma Moreno, políticamente hablando. Gran parte de su mérito ha sido también demérito del PSOE.
Genera mucha impotencia. Es como darse contra un muro permanentemente. Nosotros planteamos las propuestas de la forma más radical posible porque creemos que a través de la radicalidad podemos conseguir transformaciones sociales, pero acabas intentando meter las propuestas con calzador para ver si te las aceptan.
Hay consenso sobre que las condiciones en la hostelería son muy mejorables, presentamos una iniciativa muy laxa y la respuesta del PP fue que el incumplimiento de los convenios colectivos forma parte de la negociación. Si en temas que generan consenso nos encontramos eso, acabas con impotencia y rabia.
"Llamar crispación a la radicalización de la extrema derecha no hace justicia con la realidad"
Llamar crispación a la radicalización de la extrema derecha no hace justicia con la realidad. Es un botellazo de la extrema derecha y la extrema derecha golpeando una piñata de Pedro Sánchez. Andalucía no está exenta. La derecha mal llamada moderada ha asumido ese lenguaje, pero sobre todo las políticas.
Hay una cuestión de forma y otra de fondo. Moreno ha asumido prácticamente todos los postulados de la extrema derecha. Trata la desigualdad y la pobreza como asistencialismo retirando la renta mínima de inserción. Me importan las políticas, el tono amable no hace que no se genere violencia. Violencia es que una familia en Andalucía tenga los niveles de pobreza que hay o que la ayuda a la dependencia tarde 450 días. Eso es violencia, aunque no lo llamemos crispación. De eso no está exenta la derecha en Andalucía.
No, no. La vía andaluza que nos han vendido es una pantomima y sólo hay que ir a un pleno y escuchar el tono de determinados diputados. Cuando el debate fue sobre el Bono Alquiler Joven, un diputado del PP por Cádiz se subió a reírse de los jóvenes que estaban llamándolos Juventudes Socialistas cuando estábamos hablando de sus necesidades. Si eso no es radicalización en el discurso, que venga Dios y lo vea.
Es complejo porque entran varias cosas en juego. Hay un proceso de apatía de la juventud con la política que hasta cierto punto es normal. Ha habido asuntos en los que no se ha dado respuesta a los jóvenes. Hay parte de responsabilidad nuestra en que no entienda que la movilización sea una forma de enfrentar los problemas socioeconómicos. Hay más movilización juvenil de la que se suele decir, pero son en otros espacios. La juventud se organiza de otras formas.
El Bono Alquiler no viene a dar respuesta al problema de la vivienda en nuestro país. No deja de ser una medida coyuntural que plantea que el Estado, es decir, todos, paguemos 250 euros más a los rentistas para que sigan viviendo de eso. No se aborda la problemática. Lo que pasa que el Gobierno de Juanma Moreno ni siquiera ha sido capaz de gestionar y repartir bien por dos motivos. Primero porque intentó boicotearlo y segundo porque se vio desbordado con la ruptura del robot. Si se vacía el Estado y no tienes funcionarios, se genera un caos.
Pero el problema de la apatía de la juventud con esto es que no hay encima de la mesa sobre cuál es el planteamiento para solucionar el problema de acceso a la vivienda por parte de la gente joven. ¿Cuándo vamos a abrir el debate real sobre cómo vamos a pinchar esa burbuja?
"El Bono Alquiler Joven no deja de ser una medida coyuntural que no aborda la problemática de la vivienda"
Todos. Y dentro del espacio progresista hay que abordarlo con la profundidad que se merece. La ley de vivienda es un primer paso, pero no definitivo. Hay que empezar a plantear cómo solucionar esto porque hay un problema con la vivienda. Aproximadamente son 26 millones, pero siquiera hay un estudio serio de cuántas hay. Tenemos que fiarnos de Idealista, que nos dice cuál tiene que ser el precio medio. De las 26 millones sólo entre el 0,8% y el 1,2% tiene participación pública. Alemania está en torno al 10%.
El tema genera desafección en la juventud porque las medidas progresistas no llegan y eso también hay que decirlo. Es normal que se genere apatía, desafección y desconfianza con las instituciones.
Ese es el marco instalado por él y yo en ese marco no voy a entrar porque además él se dedica mucho a dar homilías y a hacer psicoanálisis de cada grupo. Nosotras defendemos las medidas que han sido positivos. Defender la reforma laboral es sentido común y él mismo presume de los datos. Creo que Moreno hizo campaña por Sánchez porque no sé de qué hablaría si Sánchez no gobernase.
Pero acabo de decir que el Bono Alquiler es una medida coyuntural. Defendemos las medidas positivas y hacemos autocrítica de lo que podemos mejorar. Hay un debate de fondo. Hay que preguntarse para qué se gobierna, qué se quiere gobernar y qué dirección de país queremos tomar. Dentro de nuestro espacio creo que esas preguntas todavía están pendientes.
En nuestro caso no creo. Nuestro planteamiento político dista de está cercano al PSOE. Lo que ocurre en el Parlamento se da porque es un sitio muy frío. En el PP hay 58 aplaudiendo, en nuestro caso hay uno o dos. Cuando el PSOE aplaude se genera un ecosistema de que hay una opinión progresista dentro, pero tenemos muy claro lo que es como partido. Mi proyecto está lejos de intentar hacer que el PSOE parezca más de izquierdas. Mi proyecto político consiste en generar la construcción del poder popular para poder sustituir el poder fáctico que plantea el bipartito.
Creo en ello ciegamente. Hay coyuntura en el momento actual en el que estamos. Hay un proceso intermedio en el que el neoliberalismo está muriendo y viene otra cosa que puede ser mejor, como en algunos países latinoamericanos, pero también peor como en el caso de Milei. En España hemos conseguido hacer un oasis progresista y hay que ir un paso más allá. Soy optimista con la capacidad que tiene el espacio para construir poder popular real.
Sí, al final es mi espacio.
Como cualquier progresista, con tristeza. La ruptura o el impasse, porque se siguen dando negociaciones a diferentes niveles, es doloroso. Yo intentaría desdramatizar el asunto. Hablar de los errores de unos y otros o definir quién tiene la culpa no deja de ser una batalla por el relato. La gente de izquierdas tenemos que sentarnos para hablar de la dirección que tenemos que tomar.
Echo en falta en nuestro espacio un debate honesto sobre fiscalidad, redistribución de la riqueza o vivienda. Cuáles son las tareas pendientes de la década anterior y, sobre todo, sacar los aprendizajes posteriores al 15M. Esos aprendizajes pasan por la necesidad de construcción de un poder popular real. Abriendo esos debates nos ahorramos los debates de ‘salsa rosa’ de la política. Cuando hablamos de lo que le importa a la gente hay más puntos en común.
"Ni el votante ni parte de la militancia entiende lo que está ocurriendo"
No. Ni el votante ni gran parte de la militancia. Porque en cierto modo es difícil de comprender. Estamos generando desafección. Con eso me mojo bastante.
Es una tarea común. Galicia es el ejemplo de lo mal que está la situación. Un espacio extraparlamentario está discutiendo por si va o no junto a las elecciones para sacar uno o dos parlamentarios. Hay poca gente que entiende eso. A mí me cuesta. Cada uno dirá que la responsabilidad es del otro. Es obligación de todos los actores construir un espacio fuerte. Dentro deben estar los partidos, pero también los colectivos sociales. Ese frente común que decía Anguita. Tenemos que dejar de hablar de política como si fuera una cosa de actores principales y secundarios.
El problema de fondo es pretender construir un mal llamado frente amplio pensando simplemente en la coyuntura electoral. Tenemos que salirnos de ahí como espacio progresista. La unidad no puede ser un fetiche para las elecciones, tirándonos los tratos a la cabeza y buscando una alianza electoral para no perder. La unidad no es eso. El que defienda eso no está defendiendo lo que necesita el espacio.
Si piensas solo en las elecciones a la hora de construir un frente amplio, cuando te ven del otro lado tú estás hablando de puestos de salida, de reparto de recursos y de espacio político. No hablamos de programa. El programa, la unidad y los mimbres se construyen antes. Si no vas a ir conmigo a las elecciones porque defiendes otro proyecto, eso se decide antes. No cuando no hay acuerdo en el reparto de recursos o de puestos de salida.
El mensaje que le lanzamos a la gente es que el programa y las medidas que vamos a poner en marcha para mejorar sus vidas es lo que menos nos importa. Estamos rompiendo por una falta de acuerdo en recursos y puestos, no por una falta de acuerdo en la construcción del programa. Si el esfuerzo se pusiera en todos estos debates que hemos hablado (redistribución de riqueza, fiscalidad, espacios públicos), los acuerdos saldrían solos.
Sin duda. Estamos pensando la política, y es una de las razones de la desafección, en clave electoralista. Es importante lo electoral, pero estamos en una espiral en la que sólo hablamos del cortoplacismo y la coyuntura. Cuando la izquierda habla del cortoplacismo y la coyuntura normalmente le va mal. Yo uso la frase de pasito corto, mirada larga. Hay que saber dónde se va. Cuando planteas una mirada larga puedes asumir las coyunturas electorales con un sentido.
Yo sé que es complicado hablar a nivel mediático de construir poder popular, pero esa es la clave de nuestro espacio. Ha sido lo que ha permitido que lleguemos al Gobierno. Sin el 15M, los movimientos de vivienda o el resto de movimientos sociales no habríamos llegado. Es la lectura que tenemos que hacer. Tenemos que aprender cuál es el terreno en el que jugamos. No es el mismo que el de PSOE y PP porque tienen elementos de poder dentro del Estado y de los poderes mediáticos capaces de construir un relato. Tienen asentamiento en el poder, Nosotros tenemos un contrapoder que es la construcción de poder popular.
"El mensaje que le lanzamos a la gente es que el programa y las medidas para mejorar sus vidas es lo que menos nos importa"
Sí porque no se ha ocupado el tiempo en debatir cuál iba a ser la relación de las instituciones con el poder popular. Se ha puesto el esfuerzo en lo comunicativo y lo institucional.
Yo soy súper optimista. Estoy seguro de que hay capacidad y creo mucho en la inteligencia colectiva del pueblo y la capacidad que tiene de organizarse y generar institucionalidad. Esa es nuestra labor, tenemos tiempo para hacerlo y un contexto que lo facilita. Pero tenemos que remangarnos, ponernos manos a la obra y debatir de qué forma vamos a facilitar y crear el contexto para que se construya y qué vamos a aportar como organizaciones políticas. Hay tiempo y esperanza.
Que se aborde la problemática de la vivienda de manera seria.
La capacidad que ha tenido de implantación territorial.