Los últimos presupuestos que se aprobaron en el Parlamento de Andalucía tuvieron una foto. En la mesa de negociación estaba Juan Bravo, consejero de Hacienda, como representante del Partido Popular, Alejandro Hernández, que por entonces era el portavoz de Vox y Juan Marín, como representante de Ciudadanos. Aquello fue en los últimos meses de 2020.
La situación ha cambiado. Esta misma semana, el líder de Ciudadanos ha vuelto a arremeter contra Vox. En una entrevista de esta semana, Marín ha manifestado que mientras él esté, Vox no va a entrar en el Gobierno de la Junta de Andalucía. "No es que me caigan bien o mal, es que las políticas que Vox quiere llevar a cabo no coincide con lo que les interesa a los andaluces".
"Aquí no se va a dar ni un paso atrás en derechos adquiridos por esta sociedad después de 40 años de democracia", ha señalado Marín, que, además, ha tachado de "incoherente" que una formación que pretender "centralizar" la gestión quiera "gobernar una comunidad autónoma".
Hasta hace pocas fechas, Juan Marín no tenía problemas ni en firmar documentos con la extrema derecha, ni en salir en fotos con los miembros de su partido. Antes, al inicio de la legislatura, había solicitado al Partido Popular un acuerdo a tres bandas para investir al actual presidente, Juan Manuel Moreno. Los primeros pactos fueron entre PP y Vox y entre PP y Cs. El naranja y el verde no se cruzaban. Ahora, a unos meses de las elecciones, parece que tampoco. Por el medio, acuerdos y buena relación.
Vox ha tenido tres portavoces a lo largo de estos tres años. Marín tiene apretones de manos con dos de ellos. Le falta la foto con el actual, Manuel Gavira. Los momentos en los que el líder de Ciudadanos hablaba de Vox como socio preferente parecen de otra década.
Una década en la que el peso de la diputada Macarena Olona en la política andaluza era menor. Desde la moción en Murcia, Vox cambió el tono con Ciudadanos. Ahora, Marín también lo hace y durante 2022 no ha parado de arremeter contra la formación de Abascal. Se acabó el amor de tanto usarlo.
El propio Gavira declaraba hace poco que no entendía que Marín se sentara con ellos para aprobar un presupuesto y meses después les pusiera un cordón sanitario. El último ejemplo ha sido con la ley que afecta a Doñana, en la que se han presentado dos iniciativas idénticas. Una entre PP y Vox y otra entre PP y Cs, como al inicio de la legislatura.
Pero lo más relevante son las declaraciones de Juan Marín durante los últimos meses. La mecha fue un mitin de Olona en Sevilla en el que calificó al vicepresidente de la Junta de "flojo". Marín contestó en el siguiente Consejo de Gobierno con una contundencia inédita, "si Vox entra en la Junta, arrasaría con el Estado de Derecho". Hasta ahora, desde Ciudadanos en Andalucía no se habían utilizado esos términos.
Un tono que ha ido elevándose en las últimas fechas. A principios de 2022, Juan Marín dejó una de sus frases de la legislatura, "mientras yo esté aquí, Vox no va a cantar el Cara al Sol en Andalucía". La lucha actual en la política andaluza parece estar en establecerse como socio de gobierno de Moreno Bonilla para la próxima legislatura. Desde que las encuestas empezaron a mostrar esa imagen, Vox ha querido dejar claro sus intenciones. Ciudadanos, por su parte, intenta resistir y tener relevancia. Las declaraciones sobre la idoneidad de repetir coalición por parte de los miembros de Ciudadanos no han parado de sucederse.
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