El tira y afloja continúa en el Gobierno andaluz en particular y en la política andaluza en general. Todos los días se lanzan una serie de mensajes que, aunque sea sutilmente, tiene destinatario. La semana pasada, el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, dejaba caer que quizás las elecciones no estaban tan lejos. Este lunes, en otro bandazo, hablaba de “Gobierno sólido”.
Un día has tarde ha sido el vicepresidente y líder de Ciudadanos, Juan Marín, el que ha marcado territorio sobre sus cálculos y aspiraciones electorales. La situación de Marín durante la legislatura no ha sido sencilla. Llegó a San Telmo en pleno crecimiento de Ciudadanos. Un crecimiento que, por otro lado, no tenía techo. Tres años después, la influencia de Ciudadanos en la política nacional es prácticamente nula. Y de los cuatro gobiernos autonómicos conformados, sólo queda el andaluz.
Lo lógico es augurar que el partido naranja seguirá cayendo en los próximos meses ya que aún no ha habido un ciclo electoral que permita ilustrar realmente el apoyo que tiene la formación entre la opinión pública. Tras la debacle en la repetición electoral de las generales, sólo ha habido citas en Cataluña, donde hubo otra debacle tras haber sido previamente la primera fuerza del Parlament, y en la Comunidad de Madrid donde Ciudadanos, tras el adelanto electoral, pasó de tener la vicepresidencia del Gobierno regional a quedarse fuera de la Asamblea.
Marín es consciente que, pese a que puede haber un consenso sobre que la formación ha jugado un papel con cierta relevancia en la Junta de Andalucía – el Gobierno es 60%-40% para el Partido Popular ya que sólo sacó 5 diputados más –, cuanto antes sean las elecciones, antes se concretaría la irrelevancia de Ciudadanos. El líder andaluz, aunque no depende de él, pretende atrasar la cita lo máximo posible por si, en lo imprevisible de la política, Ciudadanos resurge.
Por todo ello, el vicepresidente de la Junta no deja pasar las oportunidades para insistir en la importancia de Ciudadanos durante estos tres años. Y si en lugar de ser en la sede de la Junta de Andalucía es en la sede de su partido, mejor. Allí hay más libertad y el Partido Popular no acecha, o, al menos, no tanto. En este ambiente, Marín ha afirmado que “Ciudadanos va a estar en el Gobierno andaluz” y, además, ha sido aún más concreto con sus deseos “yo repetiría Gobierno, estoy muy orgulloso de haber trabajado con todos los consejeros y consejeros que estamos en el Gobierno andaluz, sin excepción".
En caso de que Marín repita en el Gobierno parece que lo hará como diputado por Ciudadanos. Su triunfo en las primarias ha apartado los rumores que, alguna vez, durante la legislatura, lo situaron en las listas del Partido Popular. Incluso compañeros de filas, como el caso de Fran Carrillo, señalaron la intención de Marín de cambiar de color político. Él, siempre que se le ha preguntado, lo ha negado. Ni con el carnet del PP, ni como independiente.
La cuestión es si Ciudadanos estará presente en el próximo Parlamento de Andalucía. De momento, por las últimas encuestas que se conocen, no desaparece. Eso así, su influencia se ve muy mermada ya que el techo electoral se sitúa en 6 o 7 escaños. Lejos de los 21 actuales y, por lo tanto, lejos de poder condicionar gobiernos. Por si acaso, Marín ha lanzado un pequeño dardo, “si alguno no quiere repetir será porque está cansado o por lo que sea”. Sin embargo, ha seguido insistiendo en la fórmula actual, “un Gobierno de coalición de PP y de Cs es lo que le interesa a Andalucía”.
Por lo que sea, Marín sigue empleando todas sus fuerzas en presionar para llegar hasta otoño. No lo ha escondido y, de hecho, ha dejado varias frases sobre esta cuestión en sus declaraciones, “para qué nos eligen por cuatro años si vamos a convocar elecciones cuando nos dé la gana” o “Deberíamos indemnizar a los andaluces si no cumpliéramos con los cuatro años de legislatura”. Es de imaginar que el destinatario de estas sentencias sea la única persona con potestad de convocar las elecciones, es decir, el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno.
Tras presumir de gestión, el líder de Ciudadanos también ha marcado terreno con su principal rival político en estos momentos, Vox. No por las cosas que puedan o no puedan tener en común, sino porque ambos se disputan ser el socio de Gobierno del Partido Popular, mientras el Partido Popular busca que los números cuadren para gobernar en solitario.
Marín ha señalado a Ciudadanos como “la única alternativa para que la extrema derecha no gobierne en Andalucía” y ha vuelto a asegurar que mientras él esté ahí, no permitirá “que Vox recorte derechos a los andaluces”. Un discurso muy distinto al de hace unos meses, cuando se sentaban juntos para negociar presupuestos y leyes, como recordaba la pasada semana el portavoz de Vox, Manuel Gavira.
Además, el actual vicepresidente de la Junta ha censurado la capacidad política de la ultraderecha, “Vox no puede entrar en el gobierno de Andalucía, porque los representantes de los sectores más importantes no están en sus políticas, y sin los empresarios, sin los trabajadores, sin los autónomos no se puede avanzar”. Además, ha manifestado que “no todos los andaluces son de extrema derecha”.
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