Si hace una semana lavozdelsur.es publicaba que el Gobierno de Andalucía endurecía el tono con los miembros del Partido Socialista y preparaba un terreno con cierto aroma preelectoral, siete días después la imagen del Ejecutivo autonómico de PP y Cs ha sido completamente distinta. Esta vez, sin la presencia de ningún miembro de Ciudadanos —la semana pasada compareció Juan Marín—, Elías Bendodo ha mostrado un tono mucho más conciliador.
En la mañana de este martes, adelantaba El Confidencial que había orden directa en el PP para no hacer sangre con la comisión de investigación de la Faffe que interrogó a Carmen Ibanco, mujer de Juan Espadas, sobre su acceso a la Administración pública paralela andaluza. Durante toda la semana, tanto Ciudadanos como Vox —estos últimos incluso han pedido la dimisión del líder socialista— han intentado rentabilizar las diferentes intervenciones de sus parlamentarios para hurgar en la idea del enchufismo durante la etapa socialista en la Junta, especialmente en la Faffe, y apuntarse el tanto de la regeneración política en Andalucía.
En San Telmo normalmente no se responden a temas de partido —al menos de forma explícita—, pero en el fondo del discurso de Elías Bendodo estaba la posición del Partido Popular. Con su socio de coalición llevando a cabo el trabajo sucio, la parte popular del Gobierno no tiene necesidad de entrar en disputas y ha adoptado un perfil mucho más bajo en este tema, “hay situaciones incomodas que se tienen que evitar”, decía el portavoz del Gobierno.
"La crispación no da rédito electoral"
Bendodo ha insistido en que “no podemos favorecer la crispación política”, unas palabras que chocan frontalmente con lo vivido en el mismo escenario una semana atrás donde tanto Pedro Sánchez como el mismo Juan Espadas recibieron acusaciones de deslealtad. Incluso el hasta hace poco defenestrado Mario Jiménez recibió algún ataque desde la tribuna de la sala de prensa del Palacio de San Telmo. Hoy, prácticamente nada de eso ha existido. La Junta sostiene que “hay que centrarse en un futuro mejor para todos” y que “la crispación no da rédito electoral, la gente ha cambiado”.
Esta nueva postura en el discurso llega en los meses en los que se va a comenzar a negociar el Presupuesto del año 2022. La coalición no quiere desprenderse de Vox, ya que lo consideran pieza fundamental del cambio andaluz. Sin embargo, empieza a haber señales que dan a entender que la Junta asume que, esta vez, Vox no va a dar su brazo a torcer. La formación de ultraderecha lleva meses pidiendo elecciones y mostrándose contraria a casi cualquier intervención del Gobierno autonómico.
Moreno Bonilla es consciente del deseo de adelanto por parte de Vox y así lo ha reconocido en su entrevista en Onda Cero de este martes en Sevilla, donde, poco después, se ha mostrado dispuesto a hablar con el PSOE-A para sacar adelante los Presupuestos. De hecho, durante el día de ayer tuvo lugar la primera reunión entre los socialistas y el consejero de Hacienda, Juan Bravo que desde la Junta se ha descrito como “fructífera”. Aunque en un primer momento se ha definido como toma de contacto, Elías Bendodo ha hecho público que, incluso, hubo intercambio de documentos para que el partido de la oposición pudiera estudiar y conocer las líneas de actuación del Gobierno.
Juan Marín hace una semana manifestó que el PSOE no aprobaría “ni muerto” las cuentas públicas. Por el contrario, sin el escrutinio de Ciudadanos, el portavoz ha usado términos radicalmente distintos como “ningún político puede negarse a hablar” o “tender más puentes de unión que de confrontación” y, además, ha instado al PSOE-A a apoyar los presupuestos porque “no hay nada que tenga más apoyo electoral que aprobar un presupuesto y dando estabilidad”.
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