Si bien en el encuentro entre Juan Manuel Moreno y Ximo Puig ha habido un amplio consenso, no es posible hablar de unanimidad en todos los temas tratados. Pese a que no se ha ejemplificado de forma beligerante, ni se ha elevado el tono para confrontar, sí que se ha podido palpar un disenso en relación a los impuestos cedidos a las comunidades autónomas. Esta pequeña pero relevante fricción va en relación a la armonización y creación de nuevos tributos que gestionen las administraciones autonómicas.
No es la primera vez que Ximo Puig hace mención a esta medida. El presidente de la Generalitat fue el encargado de sacar el debate a la palestra. En el centro de la cuestión se encuentra la Comunidad de Madrid. Puig en su momento hizo mención al beneficio que supone “el efecto capitalidad” que tiene la comunidad que gobierna Isabel Díaz Ayuso. Además, acusó a esta comunidad de “competencia desleal” por los bajos impuestos y valoró la posibilidad de establecer un tributo a las rentas altas que optaban por Madrid debido a los beneficios fiscales. La respuesta desde la comunidad madrileña fue tachar a la Comunidad Valenciana de “infierno fiscal”.
Tras su encuentro con Moreno Bonilla, Puig ha vuelto a incidir en la idea de la armonización, la cual ha catalogado de “necesaria”. El presidente valenciano ha señalado que las grandes organizaciones mundiales van en ese camino en referencia a las propuestas del G20 y del Fondo Monetario Internacional de armonizar el impuesto de sociedades, “ese es el camino porque hay un problema grave de desigualdad”, ha insistido Puig que esto no tiene por qué afectar a la autonomía y corresponsabilidad fiscal de las comunidades autónomas “en impuestos que generen deslocalización”. El presidente de la Generalitat también ha rechazado aumentar los impuestos autonómicos sí ha pedido “racionalizar la tarta fiscal actual”.
Aunque Moreno no ha querido entrar directamente al debate de la armonización sí que ha ofrecido impresiones sobre materia de impuestos. El propio acuerdo firmado por ambas administraciones habla de “mejorar la capacidad tributaria” y plantea un nuevo escenario de “modernización de la estructura fiscal” en la que se hace una referencia destacada a la “imposición medioambiental”. Sin embargo, en la ronda de preguntas, el presidente de la Junta ha rechazado la creación de nuevos tributos, “a veces no se trata de crear un impuesto sino de cambiar o modificar para que la presión fiscal sea la misma o menor”, ha expresado Moreno Bonilla.
Durante la legislatura, el Gobierno andaluz de Partido Popular y Ciudadanos ha promovido y aprobado varias bajadas de impuestos y se prevé que en los últimos meses del año salga adelante otra bajada de tributos cedidos que actualmente se encuentra en tramitación parlamentaria. En este sentido, la posición de la Junta es bastante alejada de una posible armonización fiscal ya que las últimas decisiones del Ejecutivo van en la misma dirección que las tomadas por el Partido Popular en la Comunidad de Madrid durante las últimas décadas. En los últimos meses la Junta ha presumido de aumentar contribuyentes y atraer empresas desde otras comunidades.
El debate surge de la cuestión ‘de dónde va a salir el dinero para mejorar la financiación’. Ambos han coincidido en que sólo ha una respuesta posible: de los ciudadanos. Puig ha apostado por una redistribución adecuada “para dar garantías al mantenimiento del Estado del Bienestar”. Por su parte, Moreno Bonilla ha repetido en varias ocasiones la necesidad de más recursos para mantener el Estado del Bienestar, pero sin hacer mención a la palabra redistribución. En un encuentro sin confrontaciones, este ha sido el único tema en el que se ha abierto una pequeña grieta de discusión.
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