La Casa de Blas Infante, situada en el Museo de la Autonomía de Andalucía, ha sido declarada Bien de Interés Cultural y Lugar de la Memoria. Este emblemático edificio se somete a un estricto control de conservación a cargo de la Fundación Centro de Estudios Andaluces (CENTRA), que es responsable de su preservación y valorización, en colaboración con el Instituto de Patrimonio Histórico de Andalucía (IAPH).
Siguiendo el informe favorable de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte, se llevará a cabo un nuevo proyecto de intervención que aborda la conservación y restauración de una parte de los revestimientos ornamentales. Durante el período comprendido entre el 13 de noviembre de 2023 y el 9 de enero de 2024, el edificio permanecerá cerrado al público para permitir la realización de las labores de restauración planificadas. Estas medidas responden al deterioro experimentado por ciertos elementos decorativos, como las yeserías y las pinturas murales presentes en la galería principal, así como en las salas del dormitorio de la madre de Blas Infante, el despacho y el comedor.
A pesar de que han transcurrido trece años desde la restauración integral de la Casa de Blas Infante, los daños en estos elementos se consideran "leves" y se deben a variaciones de temperatura, humedad relativa y al proceso natural de envejecimiento tanto de los materiales originales como de los empleados en restauraciones previas.
El objetivo de estas obras de intervención es garantizar la integridad física de estos elementos dentro del conjunto arquitectónico y asegurar la transmisión del patrimonio a las generaciones futuras.
Estas acciones se suman a otras iniciativas realizadas por la Fundación Centra para la conservación y rehabilitación de la Casa de Blas Infante y su entorno natural. Entre ellas, destaca la recuperación del paisaje y los jardines originales que rodeaban la residencia, abarcando un área de 20,000 metros cuadrados. En este contexto, se ha restaurado el extenso huerto de árboles frutales que se encontraba detrás de la Casa de la Alegría, con una variedad de especies frutales que originalmente se plantaron para el consumo de la familia, como naranjos dulces, nísperos, membrillos, ciruelos, melocotoneros, manzanos, perales, nogales y avellanos. También se han añadido especies de plantas aromáticas y medicinales seleccionadas por Blas Infante para representar la riqueza botánica de Andalucía.
Además, se ha llevado a cabo un proyecto de restauración de la carpintería que ha permitido recuperar puertas y ventanas tanto del interior como del exterior del edificio. Estas áreas se habían deteriorado con el tiempo debido a factores ambientales como la luz solar, la humedad, las precipitaciones y las variaciones de temperatura. La restauración ha asegurado la conservación adecuada de estos elementos, mejorando su estabilidad y garantizando su durabilidad.