La mañana en la sesión plenaria en el Parlamento de Andalucía ha ido de menos a más en cuanto a tensión se refiere. Empezaba la jornada con el debate sobre dependencia, en el que las formaciones de derechas aprovechaban para atacar al PSOE-A por lo que señalan, una pobre aportación del Gobierno central en este asunto a las arcas de la Junta, con sus 285 millones de euros de los 1.300 que suponen estas ayudas. Posteriormente sería el turno de la educación, en el que el consejero, Javier Imbroda, apenas confrontaba con la socialista Beatriz Rubiño. Estos enfrentamientos, como los relativos a la pobreza causada por el covid en Andalucía o las pensiones, parecían convertirse en teloneros de lo que vendría más tarde en el turno de preguntas.
En ese punto, a eso de media mañana y con todos los cabezas de cartel en el escenario excepto Francisco Serrano, que ayer abandonaba Vox (pero mantiene el acta de diputado no adscrito) por la querella de fraude en las subvenciones a la que se enfrenta, era cuando iban a llegar los momentos de mayor refriega de a sesión. Moreno Bonilla hoy ha bajado al barro con el continúo reproche hacia Adelante y PSOE por no estar en la comisión de Reconstrucción, que lo ha convertido en mantra y en su mejor táctica defensiva. “A ustedes les pagan para que estén en esa comisión”, ha repetido hasta más de cinco veces a Susana Díaz y Teresa Rodríguez. A ambas ha acusado el presidente de la Junta de que en otras ocasiones sí se valen de los votos de la ultraderecha para sacar propuestas adelante.
El tono no era ni mucho menos bien recibido por la líder socialista en Andalucía, que acusaba a Bonilla de bajar el nivel del debate político con esa afirmación, a la vez que lo acusaba de querer que PSOE y Adelante blanqueen la debilidad del Gobierno de PP y Ciudadanos aceptando la presidencia de Vox en dicha comisión solo porque no le salían los números. Pero el presidente hoy no estaba ni mucho menos por la labor de conciliar, y lejos de responder a las preguntas en materia sanitaria de Díaz, como la de cuándo iba a pagar la extra a los sanitarios, acusaba al Gobierno central de adelantar solo 100 millones de euros de los fondos para luchar contra la pandemia y pedía a Díaz que mediara con Pedro Sánchez debido a la “relación de franqueza y amistad que le unen al presidente del Gobierno”, en lo que fue el momento más inspirado del líder del PP andaluz.
Teresa Rodríguez, hoy ataviada con una mascarilla con los colores de la bandera Lgtbi, ponía el foco de sus críticas en el consejero Imbroda y en las subvenciones que recibe la educación concertada en la comunidad andaluza. Incluso llegó a apuntar que esas ayudas a la concertada venían por los intereses que el consejero tiene en el sector, algo que hizo murmurar a toda la cámara. Pero tras su pregunta volvía un repetitivo Moreno Bonilla: “No le pido que se vaya usted de cañas con los diputados de Vox, solo que vaya a una comisión que es para lo que le pagan, que además cuando le conviene aprueban cosas con sus votos”. Al ver que el método para cabrear a la oposición estaba teniendo éxito, el presidente se vino arriba, y llegó a la condescendencia cuando un par de preguntas después se dirigía a Díaz con las palabras “a ver cómo se lo explico para que usted lo entienda”, lo que provocó los abucheos de los socialistas.
El debate político y las medidas ya habían pasado a un segundo plano desde hacía un buen rato, y todo se jugaba en el campo de la dialéctica, de quién era capaz de llevar a su terreno al rival. Con Ciudadanos instalado en alardear de gestión y Vox noqueado y con un tono más bajo de lo habitual por la espantada que no es tal de su famoso juez, eran Díaz, Rodríguez y Bonilla quienes llevaban todo el protagonismo. Pero fue ya por la tarde cuando saltaba una de las noticias del día en el Parlamento andaluz: Vox votaba en contra de la celebración de un pleno extraordinario la próxima semana en el que se iban a convalidar dos decretos-leyes. Esto puede provocar que el ambicioso Plan Aire de la Junta de Andalucía, con el que pretende que los ayuntamientos hagan frente a la crisis provocada por la pandemia, quede derogado y sin efecto. Seguiremos atentos.