Ha habido ciertos cambios en la sesión de control a la que se ha enfrentado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este miércoles. De hecho, ni siquiera el intercambio con Cuca Gamarra, portavoz del Partido Popular, ha sido el más relevante de la mañana. Por repetitivo y por el uso de un tono menos agresivo, aunque no lo suficiente como para considerarlo un cambio real en el discurso del PP de Alberto Núñez Feijóo, "no sé si hablo con el nuevo o con el viejo", ha respondido Sánchez.
Sin embargo, los matices que haya podido utilizar Gamarra han ayudado a resaltar el discurso de Vox. Su portavoz, Santiago Abascal, ya dejaba entrever lo que había que esperar de su intervención cuando se ha referido al ecologismo como "fundamentalismo verde". El discurdo de Abascal se ha basado en un intento de defensa de las clases medias por la subida de los precios, algo que, por otra parte, contrasta con el rechazo de Vox a la subida del salario mínimo o a la reforma laboral que, precisamente, tiene en las clases medias y obreras a la mayoría de beneficiarios.
El líder de la extrema derecha ha propuesto que los 20.000 millones del Plan Estretégico de Igualdad para los próximos cuatro años, que en gran parte se van a destinar a la educación gratuita de 0 a 3 años o a las bajas por paternidad, maternidad o lactancia, se usen "para ayudar a las familias más necesitadas" como si estas no las fueran. "Use esos 20.000 millones de euros que la señora Montero quiere utilizar para la guerra de sexos para ayudar a las familias más necesitadas", ha afirmado Abascal.
Esta vez Pedro Sánchez no le ha comprado el marco a la extrema derecha. El presidente del Gobierno ha atacado donde mas daño puede hacer a la formación de Santiago Abascal, a sus vínculos con Vladimir Putin. Sánchez, en su respuesta, ha realizado una reflexión en voz alta, "a Putin le gustaría que Europa no estuviera unida, sino dividida", "le gustaría que hubiera manifestaciones como las que ustedes están auspiciando, no en contra de la invasión y de la guerra, sino en contra de los gobiernos que están en contra de esa invasión y esa guerra", ha recalcado el líder socialista.
A partir de ahí, Sánchez ha comenzado a establecer las alianzas europeas de la extrema derecha, muchos de ellos fotografiados amigablemente con Putin: Vox, Salvini, Le Pen... preguntándose que qué sería del continente si gobernasen, "sería la muerte de Europa", ha respondido a sí mismo. "Ustedes representan lo opuesto a la Europa actual: la intolerancia, la falta de argumentos. Por eso Vladimir Putin ha apoyado a todos con los que ustedes se reunían a principios de este año", ha sentenciado el presidente del Gobierno, en referencia a una cumbre que celebraron estas fuerzas en Madrid.
Antes, el Partido Popular había vuelto a repetir el discurso que lleva esgrimiendo durante toda la semana. Lo había hecho Feijóo el lunes, Elías Bendodo el martes y este miércoles ha sido el turno de Cuca Gamarra que ha insistido con la bajada de impuestos. Como si no dejara de hablar con el portavoz andaluz ni un segundo, hasta ha puesto de ejemplo los mismos ejemplos que el malagueño. Eso sí, Gamarra ha añadido la necesidad de eliminar ministerios, aunque sin mencionar cuales. Sánchez ha reivindicado los cuatro acuerdos de la Conferencia de Presidentes del domingo y ha pedido un "ejercicio de patriotismo europeo".