El tiempo se acaba y las negociaciones se intensifican. La Junta de Andalucía ha comenzado a respirar tranquila después de que Vox anunciara que volvía a las reuniones con el Gobierno andaluz, después de levantarse de la mesa en la moción de censura de Abascal, donde el líder del PP, Pablo Casado, acabó con casi dos años de tolerancia hacia la ultraderecha y se arrancó con un importante distanciamiento. Sin embargo, en Andalucía no sentó igual.
Porque la Junta se encontraba en aquel momento en trámite de unos presupuestos que, si no es que fueran sobre ruedas, sí iban dentro de unos tiempos asumibles. Apenas unos minutos después de aquella intervención de Casado en el Congreso, la tensión se hizo palpable. El PP andaluz publicó un tuit en el seguía la línea contra Vox y lo borró poco después. Por la tarde, Alejandro Hernandez, de Vox, indicaba que cerraban las negociaciones. Esta semana se han retomado.
A ello se ha referido este martes en rueda de prensa, el consejero de Presidencia Elías Bendodo, tras la reunión del Consejo de Gobierno. Ha disparado contra la oposición y ha alabado a la ultraderecha. El número tres de la Junta ha indicado que el consejero de Hacienda, Juan Bravo, del PP, está "liderando las negociaciones", pero en ellas están ya directamente implicados el presidente y el vicepresidente, Moreno Bonilla y Juan Marín, ha insistido Bendodo. En estas, se habla de los acuerdos firmados por Vox. Estas peticiones pasan por cambiar el nombre a Canal Sur por Andalucía Televisión, eliminar fundaciones y subvenciones a organizaciones de memoria histórica o ecologismo, así como la implantación del pin parental y la repatriación de los menores migrantes no acompañados.
Para el portavoz de Cs en el Parlamento, Sergio Romero, Vox tiene "toda la razón" a la hora de exigir esos cumplimientos. Espera, dice, que se "imponga la altura política y el interés general de los andaluces". Su homólogo en el PP, José Antonio Nieto, ha indicado que la relación con Vox es "sólida, estable y leal". En declaraciones a Canal Sur, indicaba que los distanciamientos del último mes "nos han afectado y han hecho que la negociación haya sido más compleja", lo que ha conllevado un esfuero.
Los piropos a Vox para mantenerlos sentados en la silla de negociación y acaben apretando el botón del sí en la sesión de este miércoles son continuos. En la rueda de prensa del Consejo de Gobierno, Bendodo ha dicho que esa negociación la sacan adelante "las tres fuerzas del cambio, que son PP, Ciudadanos y Vox". Ha insistido en que "durante la jornada de mañana se van a intensificar las negociaciones, poniendo la carne en el asador para que haya presupuestos", es decir, hasta el último moento.
Parte de ese capital político ante la ciudadanía pasa por ello a ojos del Gobierno, pues su aprobación en tiempo y forma "manda un mensaje de estabilidad de que tenemos presupuesto en enero". Y lanzado dardos a los socialistas. "El PSOE", en la negociación, "ni está ni se le espera en Andalucía, desgraciadamente. Está en líos internos en Huelva, en la sucesión de Susana Díaz. Dijeron que estaban dispuestos a hablar. Desde entonces no ha habido una llamada o propuesta, y sin sentarnos a hablar han presentado una enmienda a la totalidad. Esperamos una oposición fuerte y seria. Pedimos que se pongan a trabajar cuando acaben sus líos internos". Palabras similares ha tenido para "Adelante, que no tendió la mano a negociar y solo presentó luego la enmienda a la totalidad".
"Este presupuesto no merece un voto en contra por la crisis sanitaria", ha dicho Bendodo, puesto que estos presupuestos son los que "permitirán que se mantengan abiertos muchos negocios", y en los que se incluyen más de 600 millones de ayudas. "Por estas circunstancias, pedimos que no se vote en contra, es un mensaje de que este presupuesto es una herramienta contra el covid". Una abstención de PSOE y Adelante permitiría que las cuentas salieran adelante sin Vox, pero no ha habido negociaciones a ese respecto, o al menos, de las que se tenga constancia real.