Alberto Núñez Feijóo ha logrado este viernes lo que buscaba: la foto de la unidad, con aire institucional, rodeado de sus barones territoriales. El PP, con un inmenso poder autonómico tras el ciclo electoral de 2023, hará frente común frente a Sánchez y el acuerdo con Cataluña. El mecanismo para hacerlo: ha conseguido un cierto compromisos de todos los presidentes autonómicos de no ceder en La Moncloa si Pedro Sánchez les convoca y le ofrece beneficios fiscales para sus comunidades.
Feijóo ha calificado esa propuesta, la de igualar, o acercar, una por una, la situación de las autonomías a algo que las contente frente a la salida de Cataluña del sistema fiscal común, como "una bilateralidad tramposa". No pondrá el PSOE sobre la mesa la posibilidad de las comunidades de recaudar sus propios impuestos para luego ceder una parte de ellos al Estado, como ya hacían Navarra y País Vasco y ahora hará Cataluña. Pero sí parece que Sánchez quería sentarse uno por uno con los presidentes autonómicos díscolos -una lista en la que, en realidad, también estaría el socialista Emiliano García-Page-, para ir cerrando compromisos particulares.
"Nos comprometemos a que lo que es de todos se dialogue y acuerde entre todos", ha dicho el gallego, que ha vuelto a reclamar la Conferencia de Presidentes, que no se convoca desde hace dos años y medio. De hecho, la cierta institucionalidad del encuentro, en un palacio madrileño, venía a significar una conferencia de presidentes paralela. Y si importantes son las formas, no hay que obviar la disposición en la presentación ante la empresa. Feijóo ha hablado desde un pequeño atril con el poder autonómico popular a sus lados. Y en primera fila, los más cercanos, a su derecha, Ayuso; y a su izquierda, Moreno. Son los grandes barones, la madrileña y el andaluz, y el PP no lo esconde.
Feijóo ha calificado el acuerdo con ERC para la hacienda catalana un "salto al vacío" del PSOE y de Sánchez. "Ya no cuentan los intereses generales, sólo importa el de quien pretende prolongar su estancia en el poder. Ya no cuenta la palabra. Es más, se hace alarde del incumplimiento. Y ya no cuenta el servicio que las instituciones han de hacer a los ciudadanos. Lo que importa es el servicio que puede hacer a la causa personal de quien pretende perpetuarse".
Feijóo ha reclamado a Sánchez que ceda a las comunidades 18.000 millones de los fondos europeos, que no han sido ejecutados por el Gobierno central. Piden los populares un Fondo Transitorio desde el que partir a un nuevo modelo de financiación autonómico, y que se pacte "libre de sospechas", es decir, desde la multilateralidad, "que se dialogue y acuerde entre todos".
En esa misma línea ha estado Moreno Bonilla. "No entraremos en ninguna subasta ni blanquear las cesiones ante el independentismo". "No vamos a aceptar la bilateralidad", es decir, los encuentros en particular, algo que el presidente andaluz ha calificado de "subasta".
Más dura ha sido Ayuso, que ha vuelto a dejar entrever que dará plantón a Sánchez si este la convoca a La Moncloa. Ha venido a decir que aceptaría, pero que "quiere que vayamos a verle engañados. Celebro el compromiso de no hablarlo en ninguna reunión bilateral". No ha ido tan lejos Moreno, que parece, a día que hoy, que aunque reclama la Conferencia de Presidentes, acudiría a la llamada de Sánchez. "Actuaremos con responsabilidad y respeto institucional. Nosotros vamos a hablar, a dialogar con todo el mundo y por supuesto con el presidente del Gobierno, pero hablaremos de la igualdad entre españoles", ha dicho Moreno.