El fallo del Tribunal Supremo sobre los ERE supuso un auténtico terremoto en la política española. Los acusados estaban convencidos de que serían absueltos, pero no fue así. Durante el mes de septiembre se conocerá la sentencia completa y el panorama se aclarará. Pero desde aquel momento las especulaciones no han parado de producirse para que José Antonio Griñán, expresidente de la Junta de Andalucía, se libre de entrar en prisión a sus 76 años.
Desde que se hizo público el fallo, con sus correspondientes votos particulares, desde el entorno de Griñán se comenzaron a deslizar posibilidades. Una de ellas era el recurso ante el Tribunal Constitucional. La otra, solicitar el indulto. Esta última ha ido cogiendo fuerza en los últimos días, aunque se trata de un procedimiento largo y lento. Sin embargo, pesos pesados del PSOE y de la política española como Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero ya han manifestado la intención de apoyar esta petición.
Tanto una parte considerable de las bases de la militancia socialista como algunos cargos del partido han seguido defendiendo la inocencia de Griñán. Otros, aunque no se refieren a él como inocente, sí que alegan a su "honestidad" como persona y como político para criticar un fallo que consideran injusto.
La situación pone en una encrucijada al actual Gobierno del Partido Socialista por los tiempos del asunto, con elecciones generales y municipales en el horizonte, pero también por el fondo de la cuestión. La aprobación de la medida de gracia supondría que evitase la cárcel un e antiguo líder del propio PSOE a pesar de haber sido condenado - de forma más o menos injusta - por un delito que atañe a la corrupción política.
Lo cierto es que los mensajes que desliza el Gobierno son sutiles, aunque sin descartar la medida. Isabel Rodríguez, portavoz y ministra de Política Territorial, ha sido el último cargo del Ejecutivo en pronunciarse al respecto. Lo ha hecho en una entrevista en TVE al ser preguntada por el coste electoral que puede tener una decisión como esta. Rodríguez, sin embargo, ha querido dejar a un lado las consecuencias que pudiera tener en las urnas la decisión de evitar que Griñán cumpla los seis años de prisión a los que está condenado por malversación y prevaricación.
Rodríguez ha defendido que el Ejecutivo tiene la potestad legal de conceder indultos, si bien ha puntualizado que todavía no ha llegado el momento de analizar el expediente de Griñán, dado que por ahora solo existe la intención de la familia del ex presidente andaluz de solicitarlo. "La familia está en su derecho de hacerlo y el Gobierno lo estudiará con detalle, como lo hacemos siempre", ha expuesto. Además, la portavoz ha añadido que, en cualquier caso, el Gobierno se moverá por la "legalidad, rentabilidad social y atender las necesidades, no haciendo demoscopia de cada una de las decisiones".
Mientras tanto, el principal partido de la oposición, el Partido Popular, mezcla declaraciones que se inclinan hacia la empatía con el condenado con otras que busca sacar rédito electoral de la situación señalando las contradicciones en el discurso socialista sobre la regeneración. Para este segundo caso, nadie mejor que Elías Bendodo. El que fuera el 'poli malo' de Juanma Moreno, ahora se ha convertido en el 'poli malo' de Alberto Núñez Feijóo. Y se encarga de dejarlo claro en cada comparecencia pública.
El coordinador general del PP ha avisado al Gobierno de que indultar al ex presidente andaluz sería "difícil de entender" y "muy difícil de explicar". "Que el PSOE indulte al PSOE sería un escándalo", ha apostillado.
En rueda de prensa ofrecida en la sede nacional de la calle Génova, Bendodo cree positivo que "los españoles conozcan la dimensión" del caso de los ERE de Andalucía, que es "el mayor caso de corrupción en el país", según él. "700 millones del dinero del paro fueron utilizados para EREs fraudulentos, con quince políticos del PSOE condenados". A su juicio, el Gobierno está ya preparando el terreno para aplicar medidas de gracia, empezando por Griñán, y ya ha adelantado la oposición del PP porque supondría que el PSOE "indultar" al PSOE andaluz. "Sería un escándalo", ha sentenciado.
Estas declaraciones son considerablemente distintas a las realizadas por Alberto Núñez Feijóo hace menos de una semana. En ellas, el líder popular parecía querer mostrarse como alguien humano y empático con la situación de Griñán, aunque eso no impidió su crítica al Gobierno. Feijóo señaló que no tenía "ningún interés" en ver a un expresidente del PSOE, ex ministro y ex presidente de la Junta de Andalucía en la cárcel. "Le aseguro que no tengo ningún interés en ello. Ni político y mucho menos personal".
El líder de la oposición no puso el foco sobre el hecho en sí, sino sobre las formas del Gobierno afiramando que le había sorprendido que "nadie" se hubiera puesto en contacto con el PP para "valorar esta situación". "Y me sorprende que sigan insistiendo en que el PP es un partido de mangantes. Es imposible realmente, si el Gobierno no quiere, poder mantener una conversación sosegada sobre este tipo de cuestiones".
"Esto es como si hubiesen condenado a Aznar y a Rajoy a inhabilitación o a prisión. Es sin duda un acto de una enorme relevancia política", dejó claro el líder de los populares.
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