Uno de los últimos lotes de publicidad institucional adjudicado por el Gobierno de la Junta de Andalucía con agencias de medios ascendió en el primer trimestre de este año a 13 millones de euros. El gasto que hubo antes y ha venido después es prácticamente incontable, pero todavía más opaco es saber quiénes son los beneficiarios de esa ingente cantidad de dinero público que, a menudo, está sirviendo para esconder denuncias, rebajar escándalos o comprar silencios en una prensa amiga y servil.
El Portal de Transparencia de la Junta no responde sobre quiénes son los beneficiarios de las millonarias partidas, la Dirección General de Medios de Comunicación Social —alma bajo el dedo de Bendodo de todo este reparto— y cuesta cada vez más acceder a los nuevos procedimientos y ventanas que se contratan (ahora mismo hay al menos cuatro campañas activas repartidas por medios impresos, digitales, radiofónicos y televisivos). Vox, el único partido que hasta la fecha se ha atrevido a meter el dedo en esta llaga de la propaganda con dinero público —ni siquiera el Colegio de Periodistas de Andalucía es agresivo y se planta ante este abuso en la defensa del pluralismo que debe primar en este reparto que se sigue haciendo de forma arbitraria y discrecional— ha vuelto a preguntar en la sesión control al Gobierno celebrada este jueves en el Parlamento andaluz.
El portavoz del Ejecutivo autonómico y consejero de Presidencia, Elías Bendodo, ha dado una larga cambiada para no responder nada sobre un asunto que siempre resulta incómodo. “Siéntase orgulloso de formar parte del Gobierno del cambio”, le ha dicho, como si Alejandro Hernández, parlamentario andaluz que ha formulado en nombre de Vox la pregunta, se fuese a conformar con su condescendencia. “Ahora mismo estamos en una situación que podríamos definir como un guateque en el que la fiesta de unos pocos la estamos pagando muchos. La ley básica de publicidad y comunicación institucional, de ámbito estatal, dice con rotundidad en su artículo 4.1 a, que se prohíbe de forma clara la promoción o contratación de campañas institucionales de publicidad y comunicación que tengan como finalidad destacar los logros de gestión o los objetivos alcanzados”, ha recordado Hernández.
Aparte del autobombo permanente, y de vetar sistemáticamente a medios de comunicación, caso de lavozdelsur.es, por cuestiones ideológicas o de línea editorial, Hernández ha sido contundente en su réplica: “Dicen que son el gobierno del cambio pero al único que han cambiado es al beneficiario de esas políticas propagandísticas”. "Desde que comenzó la pandemia, su Gobierno empezó a coger carrerilla y ahora van lanzados, desde esa Andalucía imparable del gobierno del señor Chaves ahora estamos viviendo de manera menos explícita, pero más rotunda, ese Gobierno de la Junta inmejorable de ustedes. Le emplazo señor Bendodo, ante la opacidad que genera la publicidad institucional de su Gobierno, a que nos explique cuáles son las líneas generales del Gobierno de la Junta”.
Bendodo, sobrado de trilerismo político, ha salido por peteneras, pese a su origen malagueño. “No sé si el Gobierno de la Junta hace las cosas mejor o pero, pero el Gobierno funciona, siéntase orgulloso de eso, su grupo también ayuda a que funcione. Las fuerzas del cambio son tres: PP, Cs y Vox, y lo decimos sin ningún problema”. Y ya luego ha dicho: “Con respecto a la publicidad institucional, se basa en tres principios: cumplimiento de la ley vigente, transparencia, y eficacia para cumplir con una actividad necesaria como es la de trasladar la información de interés público a la ciudadanía al menor coste posible para la administración. Este marco afecta a toda la actividad publicitaria de la Junta”.
Obviamente insatisfecho, Hernández ha insistido: “No deberían haber caído en este vicio del autobombo, ya tienen a la RTVA trabajando a pleno rendimiento como altavoz propagandístico destacando una y otra vez sus logros. Si dejaran de salir el presidente de la Junta y sus consejeros llevarían a negro las pantallas. Hasta felicitaron la Navidad en un hospital cerrado, con enfermeras con tacones de aguja”.