El cambio en la derecha española ya es una realidad. El Partido Popular ha ganado las elecciones en Castilla y León pero lo ha hecho con un resultado mucho peor del que esperaba Alfonso Fernández Mañueco cuando decidió adelantar las elecciones. El PP ha obtenido 31 diputados, lo que le hace depender de los 13 procuradores que ha conseguido Vox, 12 más que en 2019.
El líder nacional de Vox, Santiago Abascal, ha hablado sin medias tintas al conocerse los resultados, "tiene cara de vicepresendente", ha dicho en referencia a su candidato, Juan García-Gallardo. Posteriormente, también ha advertido de que su formación tiene "el derecho y el deber" de negociar el próximo gobierno. Espinosa de los Monteros ha sido aún más claro, "va a ser vicepresidente". Vox ya no se conforma con condicionar desde fuera, sino que quiere estar en gobiernos durante el próximo ciclo electoral.
Sin duda, las principales consecuencias de estas elecciones están en Andalucía. El fantasma del adelanto sobrevolaba el Parlamento de Andalucía en los últimos meses. Sin embargo, estos resultados son una advertencia para el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno. La presencia de Vox ya no es testimonial, sino decisiva. La ultraderecha ha cogido el lugar que tenía Ciudadanos en Castilla y León y, previsiblemente, será algo que se repita en el resto de comunidades autónomas.
En cualquier caso, la advertencia a Moreno Bonilla es evidente: necesitará a Vox para formar gobierno en las próximas elecciones. Algo que, por otra parte, puede retrasar los comicios. Un gran resultado del PP en Castilla y León hubiera dado una inercia a los populares que el PP andaluz no hubiera desaporvechado. Ahora, con un resultado mediocre y con la inercia en Vox, la posición de Moreno para afrontar una campaña sería más delicada. En Andalucía, los diputados de Vox ya llevan semanas asegurando que van a pedir entrar en el Ejecutivo.
La otra opción que tiene Moreno, si los resultados electorales son como muestran las últimas encuestas, es que que la cambien su estrategia y permita al Partido Popular gobernar en solitario con abstenciones. Es un debate que se tendrá que dar más pronto que tarde en la izquierda andaluza.
En Castilla y León el PP ha sido primera fuerza con 31 escaños, seguido de PSOE con 28 y Vox con 13. UPL y Soria Ya han conseguido 3 procuradores y Por Ávila, Unidas Podemos y Ciudadanos entran en el Parlamento con 1 escaño cada uno. Otra de las lecturas es el auge de las plataformas provinciales. La mayoría absoluta está en 40.