Habían pasado pocos minutos desde que se conocía el resultado electoral y sus futuras consecuencias cuando el gran triunfador, Juanma Moreno, se encargaba de rebajar la euforia en una calle San Fernando desbordada. Lo que todos llamábamos mayoría absoluta, él se encargó de bautizarla como "mayoría suficiente". El objetivo estaba claro: evitar transmitir cierta soberbia y distanciarse de las etapas socialistas. A aquella definición le acompañaron otras expresiones como "voto prestado".
Lo cierto es que la situación además de ser inédita, resultaba una incógnita. El Partido Popular había pasado de gobernar con su peor resultado histórico a tener que hacerlo con el mejor. En la anterior legislatura estaba claro: Ciudadanos y PP formaron una coalición que, durante casi tres años, se apoyó en Vox. Era una mayoría estable, aunque obligaba a las formaciones del Gobierno a convencer a la extrema derecha (con sus respectivas cesiones) en todas las negociaciones.
Los 58 escaños dejaban a los populares en una posición cómoda en la que ni siquiera necesitan negociar. Sus dirigentes hablaban de la posibilidad de coger una "velocidad de crucero" en la agenda legislativa. Aun así, desde las filas del PP han repetido durante estos meses del primer periodo de sesiones que tenían "la mano tendida" hacia el resto de grupos de la oposición. Esta expresión ya fue utilizada por Elías Bendodo en la anterior legislatura cuando afirmaba con rotunidad que habían aceptado enmienda del resto de partidos en los tres presupuestos aprobados mientras que los socialistas en sus etapas anteriores no lo hacían. Pese a la mano tendida, la oposición ha insistido desde el primer momento en la idea del "rodillo" para definir la forma de actuar del Partido Popular con sus 58 diputados.
Aunque no ha sido un periodo de sesiones en el que se hayan aprobado leyes (no ha dado tiempo a tramitarlas en el Parlamento al completo), ya hemos asistido a las primeras acciones legislativas. La más importante ha sido la aprobación de los Presupuestos de 2023 después de que en 2022 se tuvieran que prorrogar. Lo cierto es que las votaciones sobre las cuentas públicas respaldan más la idea de "rodillo" que la de "mano tendida" ya que el Gobierno de Juanma Moreno sólo ha aceptado cuatro de las 1.240 presentadas. Es decir, un 0,3%.
La situación provocó una delas situaciones más extrañas de los últimos años ya que PSOE y Por Andalucía registraron sus propuestas tarde. Sin embargo, existía la posibilidad de hacerlo in voce durante el debate. El propio PP se ofreció a ello. Sin embargo, los dos grupos de izquierda rechazaron estas propuestas después de que las enmiedas que tenían intención de presentar no fueran aceptadas por el grupo mayoritario de la Cámara durante los trámites parlamentarios previos.
La mayoría absoluta no oculta la buena sintonía con Vox
Los Presupuestos han sido las votaciones más importantes, pero no las única. En total han sido ocho los decretos-ley que se han tenido que convalidar en el Parlamento de Andalucía después de que la Junta los aporbara en el Consejo de Gobierno. Dichas votaciones dejan algo claro: los populares no necesitan a nadie, pero se entienden mejor con Vox. Y es que, de esos ocho decretos, la Junta sacó dos adelante con los votos exclusivos del PP y un tercero con la abstención de Vox. En otros tres Vox y populares se unieron para convalidarios; uno se aprobó por unanimidad (referentes a ayudas agrícolas) y un último lo sacaron adelante juntos PP y PSOE (sobre agilización administrativa para la estabilidad del empleo público).
No obstante, además de aquellas votaciones que tienen relevancia legislativa, existen otros muchos procedimientos parlamentarios en los que, principalmente, se muestra una voluntad política. Sin contar las relacionadas con los Presupuestos, durante el primer periodo de sesiones de la legislatura se han celebrado un total de 117 votaciones que engloban los propios decretos, mociones, Proposiciones no de Ley, enmiendas a todo ello y hasta una Iniciativa Legislativa Popular. En esta última sólo votaron a favor los tres grupos de izquierdas.
En total, el Partido Popular ha votado en solitario un total de 17 ocasiones. Una de ellas fue contra la gratuidad de los comedores infantiles, una propuesta en la que el resto de grupos sí votaron de forma conjunta. Sin embargo, a la hora de buscar un socio preferente, los populares lo tienen claro. Únicamente con Vox han coincidido en 42 ocasiones, más de un tercio de las veces. Una cifra que llega al 60% si analizamos las votaciones conjuntas sin tener en cuenta que hubiera más partidos en la ecuación. 70 de las veces que había que pulsar uno de los botones del escaño, PP y Vox han coincidido. Una cifra que queda lejos de las 41 veces que el Partido Popular ha sumado sus votos a los del PSOE.