Cánticos del 'Cara al Sol', saludos fascistas, brazos en alto y gritos de "Franco, Franco, Franco". El 20N se ha vivido en Madrid con homenajes a los dictadores Francisco Franco y Primo de Rivera organizados por la Falange.
Son las primeras manifestaciones públicas de los falangistas después de que se aprobara la Ley de Memoria Democrática. En el aniversario de la muerte del caudillo, se ha celebrado una misa en la iglesia de Santa Bárbara, donde Primo de Rivera fue bautizado, que ha finalizado con brazos en alto y coreando.
Un simpatizante de la Fundación Francisco Franco ha entregado folletos con la imagen del dictador y una esquela para recordarle. Horas más tarde, alrededor de 200 personas han recorrido las calles de Madrid con el mismo propósito, exaltar la figura del dictador, concretamente, en Génova y Marqués de la Ensenada, frente a la casa donde nació Primo de Rivera, hasta llegar a Moncloa.
La manifestación, convocada por la Falange, ha suscitado la polémica. En este sentido, el senador de Más Madrid, Pablo Perpinyà, ha registrado este domingo una pregunta en la Cámara Alta para pedir responsabilidades a la Delegación del Gobierno de Madrid por autorizar esta concentración.
"No entendemos que la Delegada del Gobierno, Mercedes González, no tome medidas preventivas para hacer cumplir la Ley de Memoria Democrática en las calles de Madrid. Es inadmisible que veamos exaltaciones fascistas con total impunidad en un país democrático. Queremos que se investigue lo sucedido y se asuman responsabilidades", ha defendido Perpinyà.
Según ha dicho, la Ley de Memoria Democrática, en su artículo 62, subraya como infracciones graves "las convocatorias de actos, campañas de divulgación o publicidad que por cualquier medio de comunicación pública, en forma escrita o verbal, en sus elementos sonoros o en sus imágenes, inciten a la exaltación personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra o de la Dictadura, de sus dirigentes, participantes en el sistema represivo o de las organizaciones que sustentaron al régimen dictatorial, cuando entrañe descrédito, menosprecio o humillación de las víctimas o de sus familiares".