El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado que volverá a presentarse a la reelección como secretario general de los socialistas. Así lo ha comunicado en el Comité Federal que se celebra este sábado, una cumbre interna que viene marcada por la tensión generada al otorgar a Cataluña un concierto económico, un acuerdo con ERC que hizo 'president' a Salvador Illa.
En el citado encuentro, Sánchez ha puesto sobre la mesa la opción de que cada autonomía recaude casi la totalidad de los tributos y, en un acuerdo posterior con el Estado, pacte cuánto corresponde a cada administración. Es la situación actual en País Vasco y Navarra, y el sistema que seguirá Cataluña, saliendo de la llamada 'caja común'.
Eso implica "reconocer singularidades" a lo largo y ancho del territorio, que iría de la mano de "nuevas transferencias competenciales". Una situación que sería "coherente con nuestro Estado federal, que llamamos en España estado autonómico". Este giro implicaría, en la práctica, prácticamente 'igualar' por arriba al resto de autonomías, atemperando así las diferencias con las tres autonomías que, ahora con Cataluña, cuentan con Hacienda real propia. No sería un concierto en cada comunidad, pero se le parecería. "Puede ayudar a crear un sistema de financiación más justo".
Con ello, responde a las críticas del PP, que este viernes se reunía en torno a Feijóo para lograr una respuesta común de todos los barones autonómicos. Una cumbre popular donde se reclamó la Conferencia de Presidentes y evitar así que cada presidente autonómico acuda por separado a La Moncloa a debatir sobre financiación, como les propuso Sánchez.
Un encuentro, el del PP, por cierto, donde se ha evidenciado de nuevo el enorme poder interno de Isabel Díaz Ayuso y de Juanma Moreno. Lo que el presidente responde también al PP es que no es coherente reclamar más financiación y, a la vez, rebajar impuestos. "Unos piden con una mano y con la otra hacen regalos fiscales a los más ricos". Lo ha dicho en referencia principalmente a Ayuso: "Uno de cada tres euros que el Gobierno de España transfiere a Madrid sirve para este fin".
Pero no son solo las voces del PP las que rechazan el acuerdo sobre fiscalidad con Cataluña. Emiliano García-Page, presidente manchego, y Javier Lambán, expresidente aragonés, han sido los que públicamente más han critivado la concesión al independentismo. A ambos, y al resto de barones, entre los que se encontraba Juan Espadas, les ha dicho que el mayor activo "del PSOE para las elecciones es el Gobierno". "Dejémonos de comprarle a la derecha los marcos". "El PSOE debe ir con la lealtad por delante". Palabras dichas a puerta cerrada y recogidas por El País.
Por su parte, Lambán y Page no han abandonado el rechazo al concierto económico. "Se debe discutir sobre políticas, no sobre el liderazgo. Los territorios no pagamos impuestos. Los pagan ciudadanos y empresas. Una cosa es singularidad y otra cosa es un régimen específico". Mensajes que ya había suscrito públicamente.
Espadas, por su parte, según el rotativo nacional, ha defendido la importancia de blindar servicios públicos como trasfondo de este debate. "La solución final de la financiación será una solución para todos, no una solución solo para unos pocos. La solidaridad interterritorial debe ser el elemento que acabe cerrando un gran acuerdo de Estado", pero insistiendo en que Andalucía no sea menos que Cataluña.
Respecto a los liderazgos, parece que aún queda por abrir el melón de los congresos autonómicos. Esta cumbre a nivel estatal del PSOE es la antesala para abrir los procesos, de los cuales, como suele ocurrir, y más en un momento de retraimiento electoral -se evidenció en las europeas con la victoria del PP-, tocará repensar liderazgos. Especialmente, el de aquellos que en su última cita autonómica no lograron los gobiernos. En la Comunidad de Madrid suena ya la música de cuchillos, por ejemplo. Y habrá que ver qué pasa en Andalucía. En teoría, antes de que acabe 2024, el PSOE abrirá el proceso interno no solo en las regiones, sino también en los municipios.
Por lo pronto, Sánchez deja otro mensaje: quiere seguir siendo el secretario general del PSOE y "hay Gobierno para rato", que culminará su legislatura. Pase lo que pase con las negociaciones de los Presupuestos Generales del Estado, de los que próxímamente presentará un borrador, tratando de amarrar una mayoría en el Congreso que se los apruebe.
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