Hace apenas un año y medio Vox designaba a Macarena Olona para ser candidata a la Junta de Andalucía. Este nombramiento ejemplificó la apuesta de la formación de Santiago Abascal por ganar terreno territorial y aumentar su presencia en los gobiernos autonómicos. Más tarde se conoció que la decisión también fue provocada por tensiones internas en Madrid.
Aun así, había cierto consenso en que Macarena Olona era una candidata muy potente para llegar a la Junta de Andalucía y así enfocó su campaña. Durante las semanas previas a las elecciones autonómicas, cada una de las declaraciones que salían de Vox señalaban la intención de lograr varias consejerías y la vicepresidencia, algo que ya había sucedido en Castilla y León. La ambición fue tal que la propia candidata se refirió a Juanma Moreno como su futuro vicepresidente.
En cualquier caso, obviando las hipérboles propias de campaña, quedó claro que el objetivo de Vox era asentarse en el Palacio de San Telmo y condicionar cada una de las decisiones que tomase Juanma Moreno desde el despacho del presidente.
Andalucía sorprendió el 19 de junio de 2022 con un voto inédito hasta la fecha. A la primera mayoría absoluta del PP hubo que sumarle que gran parte de los votos fueron del denominado 'voto útil', una estrategia a la que había apelado la izquierda y que, sin embargo, terminó beneficiando a Juanma Moreno, como el mismo ha reconocido en ocasiones posteriores. El miedo a la extrema derecha se tradujo en una mayoría absoluta del PP. Algo que no ha funcionado posteriormente en las generales, donde los pactos autonómicos activaron un flujo de votos hacia PSOE y Sumar.
Todas estas cábalas se han deshecho en apenas un año de legislatura andaluza. Pese a la intención de Vox de querer diferenciarse del PP en cada pleno en el Parlamento de Andalucía y las duras acusaciones de la extrema derecha hacia Moreno, calificándolo como un "socialista con 10 años de retraso", la formación que lidera Santiago Abascal lleva meses de caída libre en intención de voto, según los diferentes barómetros del Centro de Estudios Andaluces.
El ejemplo más claro es la encuesta publicada este lunes 2 de octubre. Vox, después de varios años consolidado como tercera fuerza política en Andalucía, ha perdido esta condición en favor de Sumar. Sin embargo, esta pérdida de apoyo no se traduce en una mejora de los resultados del Partido Popular, que también pierde votos, aunque no se traduce en un descenso de escaños.
Por primera vez desde que la extrema derecha irrumpiera en el Parlamento de Andalucía en 2018 con 12 diputados, Vox bajaría de los 10 escaños. En concreto, la formación que lidera Manuel Gavira perdería casi dos puntos porcentuales y estaría entre los 9 y 10 escaños, mientras que la coalición progresista pasaría de 5 a 10-12.
La baja coincide con un momento de la política nacional donde Vox forma parte de varios gobiernos autonómicos y, por lo tanto, ha mostrado su forma de gobernar en varios territorios. También con una pérdida de apoyo a nivel nacional, con la que también ha cambiado la relación con el Partido Popular. Abascal apenas puso requisitos para dar su sí a Alberto Núñez Feijóo durante la investidura. Además, a partir de la salida de Macarena Olona, el partido también ha agravado sus tensiones internas, lo que se ha traducido en el adiós de Iván Espinosa de los Monteros o en declaraciones muy duras de Ortega Smith contra la dirección nacional.