El secretario general de Hacienda de la Junta de Andalucía, Manuel Vázquez, ha acudido a Madrid para la presentación del Índice de Competitividad Fiscal que elabora Fundalib. Esta organización, la Fundación para el Avance de la Libertad, trabaja con la Tax Foundation, un ente originado en Estados Unidos que analiza políticas fiscales en todo el mundo. Fue creada por varios de los grandes nombres de la economía americana en el periodo de entreguerras, dirigentes de compañías como Exxon o General Motors.
En España, en la pasada década echaba a andar Fundalib, que colabora con la Tax Foundation. En sus misiones y valores, explica defender y propagar las "causas libertarias en la sociedad". Se ha convertido en un think tank de esta forma de pensamiento o ideología, el libertarianismo. Su representante más importante en la actualidad, a nivel mundial, sería Javier Milei. Pero más allá de sus posiciones controversiales, o de sus aspavientos. Milei, en su discurso de investidura como presidente argentino, se autoproclamó "discípulo" del catedrático español Jesús Huerta de Soto, intelectualmente el mayor referente de esta propuesta para la sociedad. Mediáticamente, la persona más conocida es Juan Ramón Rallo.
Y se basa en la postura de que los impuestos son "inmorales y coactivos", como ha explicado Huerta de Soto en alguna ocasión, que atentan contra la libertad. Como señala Fundalib, "nuestra misión es promover el avance de la Libertad individual humana en todos sus aspectos y el éxito de las organizaciones y entidades que la impulsan y defienden".
El último estudio de esta fundación premia a la Junta de Andalucía al colocarla en el segundo lugar en España en competitividad fiscal. Oficialmente, en tercera posición porque también se analizan los tres sistemas vascos: son sus diputaciones forales (provinciales) las que tienen competencias en materia de tributación, por lo que Álava, Vizcaya y Guipúzcoa funcionan en parte de forma de independiente. Se colocan en segunda, tercera y cuarta posición.
El liderazgo del ranking lo ostenta la Comunidad de Madrid, entre otras cosas, por ser la única comunidad que no tiene impuestos propios. Andalucía pasó de puestos de cola a casi liderar el ranking. En 2017 estaba en el puesto 16 y un año después, en el 12, último año del Gobierno del PSOE (las elecciones fueron en diciembre de 2018). A partir de ahí, las reformas de la Junta son alabadas por los libertarios.
Según el informe, una de las claves es la bajada del IRPF. Aunque le achaca que aún puede subir el mínimo personal y familiar, y reducirle más los impuestos a las rentas medias, medias-altas y altas. En esos tramos altos, Andalucía va a la cola, dice el informe. Tampoco premia sus deducciones, que están en la media nacional. Sí reconoce la deflactación realizada: impedir que la inflación haga que se paguen más impuestos. Por ello, el mínimo de los 5.550 a los 5.790. Es decir, esa cantidad directamente se reduce.
Alaba también el informe la bonificación del 100% en el Impuesto del Patrimonio, o que desde 2019 no se paga impuesto de sucesiones en caso de que la recibe un cónyuge o pariente directo, y con reducción del millón de euros. Además, no cuenta la vivienda habitual, que se redujo al 99%. También premia que hayan bajado los impuestos de transmisiones patrimoniales y de actos jurídicos documentados (este último, por ejemplo, al constituir una hipoteca).
Por su parte, Andalucía tiene cinco impuestos propios: sobre tierras infrautilizadas, sobre bolsas de plástico, el canon de mejora de infraestructuras hidráulicas (que teóricamente sirve para construir y arreglar el tratamiento de aguas), el impuesto sobre emisiones de gases a la atmósfera y el impuesto sobre vertidos en el litoral.
Cada comunidad cuenta con cierta 'creatividad' en sus impuestos: impuestos sobre el bingo, a viviendas vacías, a bebidas azucaradas... En Baleares, a la estancia turística, es decir, la tasa que la Junta por el momento sigue rechazando. De aprobarse, probablemente se reflejara en el siguiente informe negativamente.
La Junta, al recoger este reconocimiento -no un premio como tal-, mantiene la postura de que la región era "un infierno fiscal" en 2019. "Tras las sucesivas bajadas de impuestos, nos hemos convertido en la segunda comunidad autónoma de régimen común en la que los ciudadanos pagan menos impuestos. Hemos hecho de Andalucía una comunidad más competitiva", señalaba el secretario de Hacienda en Madrid.
Lo que no valora el ranking es una cuestión de la que presume Andalucía. Al centrarse en cuánto se paga, no analiza cuánto se recauda, es decir, cuánto aumentan las arcas. La consejera de Hacienda, Carolina España, parte de la premisa de que, a menos impuestos, más recaudación. Una máxima ideológica de políticas no ya libertarias sino liberales, al estilo europeo, que no busca eliminar los impuestos de forma radical sino reducirlos. "Hemos incrementado la recaudación, a pesar de bajar los impuestos. Porque hemos generado una mayor actividad económica, que se ha traducido en nuevos declarantes de IRPF y mayor recaudación por este impuesto y otros como el IVA".
Para este año próximo, Andalucía ya baraja mejoras en las deducciones del IRPF por la compra y el alquiler de vivienda habitual para colectivos con dificultades de acceso a la vivienda, como jóvenes (menores de 35 años), mayores de 65 años, personas con discapacidad o víctimas de violencia doméstica o del terrorismo.
Eso sí, el cálculo que realiza la Junta para explicar que recauda más tiene muchos factores condicionantes. Compara el periodo 2019-2023 con el periodo 2014-2018. Desde que el PP llegó al Gobierno andaluz y hasta el año pasado, Andalucía ha recaudado 88.614 millones de euros. En el periodo anterior, 74.000 millones. No anuales, hay que insistir, sino en los cinco ejercicios juntos. Un incremento del 18,96%, tiempo en el que el paro ha bajado en toda España, lo que aumenta los cotizantes de IRPF, y ha aumentado el coste de la vida, lo que hace que las administraciones recauden más con cada transacción. Pero la Junta insiste en que ha encontrado "la cuadratura perfecta", como indicaba la consejera unos meses atrás: "Porque atraemos inversión y empleo podemos bajar los impuestos y aumentar la recaudación tributaria".
Puede leer el informe elaborado por Fundalib y la Tax Foundation en este enlace.