El próximo lunes es 28 de febrero y, por lo tanto, es el Día de Andalucía. Este hecho tampoco es nada nuevo. Se conmemora la celebración del referéndum de 1980 que dio lugar a la autonomía plena de la comunidad por la vía del artículo 151 de la Constitución. Hasta ahora, había habido bastante consenso con esta celebración, aunque los sectores más andalucistas optaban por el 4 de diciembre.
En esta legislatura, tanto Partido Popular como Ciudadanos también han dado un paso adelante con su presencia en las reivindicaciones autonomistas. Este miércoles, Teresa Pardo, portavoz de Ciudadanos, hacía un alegato andalucista. Un día antes, desde la sede del Gobierno andaluz, el Palacio de San Telmo, Elías Bendodo, portavoz de la Junta de Andalucía, se autodefinía como andalucista y, además, desarrollaba la idea de andalucismo moderno.
Sin embargo, desde las últimas elecciones, hay un partido en la Cámara andaluza que rechaza por completo la celebración de este día y, por ello, no acudirá a los actos institucionales que se realizan. De hecho, uno de los puntos que aparecían en el primer documento de la formación para apoyar la investidura de Juan Manuel Moreno establecía el cambio del Día de Andalucía al 2 de enero, día en el que se conmemora la toma de Granada.
"La posición maximalista que tenemos todo el mundo la sabe, el estado autonómico no nos gusta", dice en declaraciones a lavozdelsur.es el portavoz andaluz de la formación, Manuel Gavira. El motivo, según Gavira, es que "genera divisiones y desigualdades" aunque no niega que hubiera buenas intenciones en su confección original.
En este sentido, el portavoz de Vox es de los que defiende que, de celebrar este día, su fecha tendría que ser el 2 de enero, "es el origen de lo que es hoy España". El argumento para el cambio de fecha lo sustenta en "el conflicto que hay entre los propios autonomistas", en referencia a aquellos que piden que sea el 4 de Diciembre por las grandes manifestaciones del año 1977. "Ni ellos mismos se ponen de acuerdo", señala.
Vox defiende un Estado centralista, pero con una "administración cercana" y sin "capas políticas". Las capas, explica Gavira, son las comunidades autónomas, las diputaciones o las mancomunidades. "Las regiones que siempre estaban a la cola siguen a la cola. El Estado autonómico no ha supuesto un salto de calidad de Andalucía y superar a regiones", insiste. Pese a ello, asume que la fuerza de Vox impide estos cambios radicales en el título VIII de la Constitución.
El portavoz de Vox define que la estrategia del partido se basa en "intentar ir progresivamente retornando competencias al Estado. Sabemos que es complicado". Estas competencias son, principalmente la sanidad y la educación porque, en su opinión, falta uniformidad y coordinación.
Vox celebrará un acto el 28F contra los sindicatos
El rechazo frontal a la fecha no va a impedir que Vox la aproveche mediáticamente. La formación tiene programado un acto en Sevilla, en el Muelle de Nueva York, donde la protagonista será Macarena Olona, diputada por Granada y, previsiblemente, próxima candidata a la Junta de Andalucía. Gavira, eso sí, asegura que la decisión no está tomada. Dicho acto coincidirá con la entrega de las medallas de Andalucía por parte de la Junta de Andalucía en el Teatro de la Maestranza.
El acto es para lanzar una campaña contra los sindicatos mayoritarios: Comisiones Obreras y Unión General de Trabajadores en el que el lema es 'devolved lo robado'. Según Gavira, esta campaña no está directamente relacionada a la crítica al Estado autonómico, aunque “sí tiene algo que ver”. "En Andalucía ha servido para el clientelismo", expresa. Vox pone el foco en la relación de estos sindicatos con el PSOE, pero también critica al PP por permitir la devolución del dinero tras sentencias judiciales "en cómodos plazos durante 15 años” por “un uso fraudulento".
Este mismo jueves, Vox ya ha presentado un autobús con el lema y la imagen de la campaña. Lo ha hecho en el Parlamento de Andalucía, aunque luego lo ha desplazado hasta la sede de UGT. Allí el partido se ha encontrado el rechazo de los sindicalistas, que han acabado poniendo en con un altavoz a todo volumen 'La Internacional'.
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