Todo ha ido como se esperaba. Han sido dos días de pérdida de tiempo en los que el resultado se conocía desde el principio y el transcurso de las sesiones ya se esperaba. Aun así, el 'circo' vivido durante estas jornadas en el Congreso ha superado en buena parte las expectativas. En total, han sido 201 votos en contra, 91 abstenciones y 53 (los diputados de Vox más otro independiente) a favor.
La votación no ha tenido mayores sorpresas. El Congreso de los Diputados ha votado en contra de investir al catedrático de Economía Ramón Tamames como Presidente del Gobierno para sustituir a Pedro Sánchez. No obstante, el Partido Popular se ha abstenido a pesar del esperpento vivido durante la moción.
"No votamos que sí por respeto a los españoles y no votamos que no por respeto a usted", decía Cuca Gamarra, representante del Partido Popular, al propio Tamames. Un Tamames que ha facilitado que la moción de censura haya sido bastante más rápida que las celebradas anteriormente. Su negativa a contestar uno por uno a los grupos parlamentarios y sus quejas por la duración de los discursos ha terminado beneficiando a todos.
Aunque la moción no ha cumplido su función, sí que ha servido para que candidatos y partidos vayan preparando el terreno de cara a las próximas citas electorales que se celebrarán en España. El ejemplo más claro ha sido el de Yolanda Díaz con el beneplácito de Pedro Sánchez y el PSOE. Ya se ha escrito todo lo que se puede escribir sobre el lanzamiento encubierto de Sumar desde la tribuna del Congreso. Un discurso que, por otro lado, fue bastante aplaudido por el espacio progresista en redes, con la peculiaridad de que el entusiasmo no existía en Podemos.
El Partido Popular ha intentado una jugada similar. Gamarra ha ignorado a Tamames y a Vox para centrar su discurso en el Gobierno y, prácticamente, confrontar modelos de país. El único problema de la portavoz popular, además de su baja popularidad, es que no va a ser la candidata en las generales. Lo será Alberto Núñez Feijóo, ausente durante la sesión, un hecho que no ha obviado toda la izquierda.
Por sin fuera poco, Ramón Tamames ha usado su último turno de intervención para poner nota a los discursos de los distintos portavoces parlamentarios. La mayoría para él ha suspendio, aunque ha notado apuntes interesantes en el realizado por la CUP. Su portavoz se reía atónita. Un poco antes había ensalzado la igualdad entre hombres y mujeres lograda por Isabel la Católica.
En definitiva, han sido poco más de 24 horas de esperpento. Una tragicomedia con más tragedia que comedia, aunque con puntos surrealistas para el recuerdo del parlamentarismo español. Una jugada condenada al fracaso que le ha terminado saliendo a Vox peor de lo que se podía intuir.