Este último miércoles de septiembre era una fecha clave en la legislatura de Juanma Moreno al frente de la Junta de Andalucía. El Parlamento de Andalucía, mayoría absoluta del Partido Popular mediante, ha convalidado el decreto de bajada de impuestos, con el apoyo de Vox. Una norma que incluye rebajas en el IRPF, pero también la supresión del Impuesto de Patrimonio. Esto último era la medida estrella y a la que más tiempo le ha dedicado tanto el propio Moreno como los medios de comunicación.
El debate parlamentario no ha tenido ninguna novedad porque todo lo que se podía decir se había dicho los días anteriores. Ha sido una semana repleta de discusiones, donde el presidente de la Junta hablaba sin parar de competirle a Madrid y Cataluña. Se usaban expresiones como "infierno fiscal" o "autopista para la inversión". Todo con el rechazo frontal del Gobierno central, que no sólo no hablaba de bajar impuestos sino que ha anunciado nuevos tributos a las grandes fortunas para intentar fortalecer, o al menos mantener, el Estado del Bienestar.
El gran triunfo de Moreno no fue bajar impuestos, sino introducir el debate de que ahora tocaba bajar impuestos. A efectos prácticos, iniciar una competición con el resto de comunidades autónomas. En palabras de Inma Nieto, de Por Andalucía "competición irresponsable". En definitiva, Juanma Moreno dibujó un elefante para que los demás pensaran en él y, aunque algunos se resistieron, finalmente cayeron en la trampa.
"No pienses en un elefante" es el título de un conocido libro de comunicación política escrito por George Lakoff. Su propósito es que los progresistas aprendan a combatir mediática y comunicativamente los argumentos de los conservadores. El libro comienza planteando un ejercicio: no pienses en un elefante - símbolo del Partido Republicano en Estados Unidos -. "Hagas lo qu hagas, no pienses en un elefante. No he encontrado todavía un estudiante capaz de hacerlo. Toda palabra, como elefante, evoca un marco, que puede ser una imagen o bien otro tipo de comocimiento: los elefantes son grandes, tienen unas orejas que cuelgan, y una trompa; se los asocia con el circo, etc. La palabra se define en relación con ese marco. Cuando negamos un marco, evocamos el marco". El libro continúa señalando que esto nos proporciona "un principio básico" del enmarcado para cuando se discute con el adversario, "no utilices su lenguaje. Su lenguaje elige un marco, pero no será el marco que tú quieres".
El ejemplo que se describe encaja muy bien con la situación actual ya que habla del uso de "alivio fiscal" por parte de George W. Bush cuando este llegó a la Casa Blanca. "Para que se produzca un alivio, ha tenido que haberle ocurrido a alguien antes algo adverso", expresa Lakoff en su obra, "si hay gentes que intentan parar al héroe, esas gentes se convierten en villanos porque tratan de impedir el alivio". A esta circunstancia se le suma lo de fiscal por lo que el significado termina siendo que "los impuestos son una desgracia". El desenlace es que "la persona que los suprime es un héroe, y quienquiera que intente frenarlo es un mal tipo".
Durante el martes, el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, anunció la bajada del IRPF para las rentas menores a 60.000 euros. Estos pueden considerarse los tramos más bajos, es decir, la clase media y la clase baja de la sociedad. Algo muy diferente a las medidas de Moreno o Isabel Díaz Ayuso. La letra pequeñas es así, pero para el debate global y mediático este hecho es insignificantes. Todas estas decisiones responden a algo común, bajadas de impuestos. Un área que domina la derecha. Además, la ciudadanía no tiene tiempo para pararse a valorar los detalles y escuchar los sesudos análisis. Hay bajada o hay subida de impuestos. El marco de Puig es mucho más inoportuno después de que se haya conocido que cada ingreso hospitalario por covid costase 5.822 euros.
Que Ximo Puig haya entrado en esta competición sin cambiar el enfoque, es decir, el marco, ha provocado que el PP andaluz celebre el triunfo. El consejero de Presidencia, Antonio Sanz, sacaba pecho desde la sede institucional de la medida de los socialistas valencianos, "quiero poner el énfasis en que la Comunidad Valenciana ha planteado una bajada de impuestos. Digo esto por si les sirve a los que les molesta tanto que en Andalucía lideremos estas propuestas. Y sobre todo a quien hacen ataques a la autonomía andaluza y faltan el respeto a la voluntad mayoritaria de los ciudadanos (...). Lo que pretenden es poner en marcha una ley antiandaluza y un 155 fiscal contra Andalucía".
El presidente, Juanma Moreno, insistía en la mañana del miércoles con esto, "esto es lo de siempre, los grandes bandazos que estamos viendo en la política del PSOE. Ni siquiera ellos se ponen de acuerdo. Primero la critican, y la critican duramente, y ahora de buenas a primeras dan un nuevo bandazo y hacen lo contrario. Es un Gobierno que no se entiende ni en su mismo partido". Carolina España, consejera de Hacienda y Economía, ha dejado claro en sede parlamentaria que darán la batalla fiscal. Y, de momento, su partido domina el debate.
Lógicamente, el anuncio de Puig ha trastocado los planes del Gobierno de Pedro Sánchez. Los socialistas se estaban defendiendo con el fortalecimiento del Estado del Bienestar y con el argumento de que esta crisis la tenían que pagar aquellos con mayor capacidad adquisitva. Sin embargo, las palabras del presidente valenciano ha supuestos un inconveniente inesperado. El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, lo ha advertido desde el Congreso a la vez que ha intentado girar un debate del que parte con desventaja, "la competición fiscal a la baja me interesa, pero me interesa mucho más una competición del Estado del Bienestar al alza".
Todo este error - en parte forzado - se agrava aún más teniendo en cuenta la posición actual de la Comisión Europea, de su presidenta Ursula Von der Leyen y del propio Banco Central Europeo. Su economista jefe, Philip Lane, defendía esta misma semana subir impuestos a los ricos y a las empresas con mayores beneficios para hacer frente a la inflación, "si apoyas a los coectivos más necesitados y lo financias a través de impuestos más altos, es menos inflacionario que aumentar los déficits públicos", señalaba. Los socialistas andaluces han tomado esta vía refiriéndose a la "falta de pertinencia" de las medidas y citando al propio BCE, "no tomen medidas que alimenten la inflación y concentren las ayudas en los colectivos que más lo necesitan".
La estrategia de los populares, aunque pueda parecer lo contrario, está enfocada al largo plazo. En un momento en el que las recetas neoliberales de 2008 se han tambaleado hasta derrumbarse, el PP regresa con las mismas ideas para intentar resucitarlas y que se hagan hegemónicas. Al mismo tiempo, Vox achucha, "seguimos timoratos con las bajadas de impuestos". Y es que si algo ha dejado claro la pandemia ha sido la importancia del Estado como garante de los derechos básicos cuando todo se para. Ximo Puig se ha metido un gol en propia.