Falta un mes para las elecciones andaluzas. Cuando se escriben estas líneas no han pasado ni 24 horas desde que la comparsa de Martínez Ares pisó las tablas del Gran Teatro Falla y, sin embargo, se sitúa en las 100.000 reproducciones en Youtube. La actuación finalizó a eso de las 21.15 horas. Minutos más tarde, sus pasodobles —sobre todo el primero— ya eran virales. Un canto a la lucha obrera y al maltrato que sufre el sur y otro a la memoria histórica. Medios y políticos progresistas no tardaron en reproducirlos.
La trascendencia del Carnaval de Cádiz no se puede obviar y este año, curiosamente, irrumpe en plena campaña. Tampoco se puede obviar que sus raíces son profundamente de izquierdas —la propia representación de la ya citada comparsa Los Sumisos se refiere a agrupaciones represaliadas durante la dictadura franquista— por lo que, sus letras, en una amplia mayoría, con sus lícitas excepciones, están alineadas con el discurso progresista.
Para sorpresa de muy pocos porque siempre habrá algún despistado, uno de los políticos que no lo ha compartido ha sido Juan Manuel Moreno. Quizás porque sea uno de los rebeldes del carnaval en febrero o quizás porque tampoco le entusiasme la fiesta. Lo cierto es que este jueves el presidente estaba a otras cosas no menos importantes. Junto a su Gobierno y sus candidatos, Moreno ha hecho balance de la legislatura al mismo tiempo que insistía en un mensaje bastante claro: que nadie se relaje.
"Que nadie piense que esto está ganado", ha afirmado el líder del PP. El mensaje contrasta con lo que dicen las encuestas que conocemos, aunque quizás no lo haga tanto con las encuestas que no conocemos. "Un solo diputado, unos centenares de votos, puede hacer que haya una gran coalición de izquierda", ha vuelto a insistir Moreno para que ninguno de sus votantes ni afiliados levante el pie del acelerador. Un mensaje que mezcla el miedo y la búsqueda de ilusión. Advierte el actual presidente de la Junta de que una coalición de izquierdas desharía todo el camino andado por PP, Ciudadanos y Vox. Se refiere, principalmente, a las bajadas de impuestos porque ahí está el otro gran eje de campaña del PP: Andalucía como locomotora económica, sea o no sea verdad.
Entre sus argumentos ha introducido un nuevo concepto. Para él los partidos de la "izquierda radical" son un peligro, incluido Adelante Andalucía, al que ha bautizado como "semi independentista". ¿Querrá Teresa Rodríguez sólo la independencia de Cádiz y Sevilla? En cualquier caso, el líder del PP tiene claro que volverían impuestos como el de Sucesiones y Donaciones. No sabemos si Moreno esperaba respuesta, pero la ha obtenido de la propia Rodríguez: "Si de Adelante Andalucía depende, vamos a derogar las políticas de la derecha y subirle los impuestos a los ricos para pagar la sanidad".
Inmaculada Nieto, al mismo tiempo, paseaba por una Feria más, esta vez la de Sanlúcar junto a Juan Antonio Delgado, de Podemos, en el vigésimo intento de mostrar que las heridas de la negociación ya han cicatrizado. Nieto define constantemente el imaginario creado por Moreno como una "Arcadia feliz" y confía en que la "mayoría social" salga de la "resignación". La candidata de Por Andalucía también ha vuelto a repetir, cuando se le mencionan las encuestas que, en 2018, ninguna le daba un respaldo suficiente al PP y, sin embargo, los populares acabaron en San Telmo.
Volviendo al carnaval, en los años que llevo viendo y escuchando tanto concurso como calle, no recuerdo un pasodoble celebrando las bajadas de IRPF –ni exigiéndolas– y sí varios cuestionando el estado de la sanidad pública. Quizás por ello, la aparición del día de Teresa Rodríguez ha sido en el Hospital San Juan de Dios de Bormujos. Unas infraestructuras concertadas cuya reivindicación para que sea pública viene de lejos. Además del estado de la sanidad pública, Rodríguez ha aprovechado para arremeter sobre las rebajas fiscales que, según defiende, sólo sirven para el 1% más rico, "no es cierto que redundan en el beneficio de la mayoría".
El carnaval en mayo ha recibido muchas críticas. Muchísimas. Pero, ¿y si estaba todo planificado? ¿Y si era una estrategia de 'Kichi' para que las coplas formaran parte de la campaña? ¿Y si el objetivo es que la izquierda se apoyara en los pasodobles virales? No es lo mismo que critique los servicios públicos Juan Espadas a que lo haga Martínez Ares. De entrada, a uno se le ve más partidista que al otro y menos convincente. Y, me atrevería a decir, que el segundo tiene más difusión y alcance que el primero. Porque el carnaval, por su propia naturaleza, es de izquierdas y en estas fechas puede convertirse en una baza electoral para ilusionar, motivar y movilizar.
Es cierto que a lo mejor Juan Espadas no es la persona con más capacidad de convencer de esta comunidad, pero también lo es que el peso de las siglas del PSOE en Andalucía sigue siendo considerable. El propio Moreno Bonilla lo sabe y así lo ha avisado porque sigue siendo el rival que más le preocupa, "tenemos enfrente la maquinaria más poderosa que existe en España desde el punto de vista electoral, engrasada durante 40 años de socialismo, y va a poner todo para derrotarnos". Algo hace indicar que los socialistas también conocen su potencial con las campañas recientes de 'hay partido' o de 'si votamos, ganamos'.
Mientras Cádiz canta y se rebela contra su propio alcalde, Macarena Olona calla. La candidata de Vox mantiene un perfil sorprendentemente bajo, sin exceso y esperando que pase la tempestad de su empadronamiento sospechoso. Cuando la Junta Electoral decida, seguramente suba el tono. La diputada por Granada en el Congreso parece que confía en que el resto de formaciones caigan en la trampa de hablar de ella. Eso sí, en redes la formación busca embarrar el debate hablando de "putas" y "drogas" a la vez que cita al PSOE. Algo que ha encontrado críticas hasta en sus propios seguidores. En los últimos días parecen haber aprendido. Ni siquiera el PSOE espolea el miedo como antes. Adelante y Por Andalucía se mantienen en la idea de denunciar la devaluación del nivel de vida de la mayoría y para Moreno es como si Vox ni existiera, ni hubiera existido jamás.
Queda un mes para las elecciones y quince días de concurso, más los que apetezcan de calle. Las redes y televisiones se van a llenar de pasodobles y cuplés. Sin saberlo, José María González 'Kichi' ha invitado a la campaña a un actor más que, posiblemente, también sirva para movilizar.