Cientos de trabajadores del Servicio Andaluz de Salud se han concentrado este miércoles frente a diversos hospitales de Andalucía. La razón es que la consejería de Salud sigue sin actualizar las bolsas de empleo, paralizadas en 2021, un hecho que se traduce en que los afectados no tienen reconocidos todos los puntos que debieran para ser llamados a trabajar en alguno de los centros públicos.
Según los datos que manejan los sindicatos, esto afecta a 300.000 trabajadores. El martes, Catalina García, consejera de Salud y Consumo, pidió disculpas en la rueda de prensa que ofreció en el Palacio de San Telmo tras reconocer que "la bolsa única del SAS es deficitaria en su funcionamiento". Además, prometió cambios para tenerla actualizada cada cuatro meses. Sin embargo, algunos afectados que han acudido a la protesta han reconocido a lavozdelsur.es que esta promesa se lleva haciendo varios años. La actualización a 2021 se realizó antes de verano. "Imagínate el atraso que llevamos", comenta una de las voces consultadas.
García ha insistido este miércoles horas después de que se produjesen las protestas con mensajes muy críticos contra la Junta de Andalucía. La consejera ha vuelto a manifestar que está "de acuerdo en el mal funcionamiento de la Bolsa Única del SAS" y que lo ha "reconocido desde el primer minuto". En esta línea ha vuelto a afirmar que habrá un nuevo sistema a partir de 2024.
Sara es una de las trabajadoras afectadas por la situación actual que vive el Servicio Andaluz de Salud y sus trabajadores. Es celadora y lleva trabajando en la sanidad andaluza desde 2017, pero últimamente no tanto como le gustaría y necesita por culpa de la falta de actualización de la bolsa. "Estamos con el corte de 2021, la baremación no se ha hecho", comenta. Su experiencia más reciente es en el Hospital Virgen Macarena, pero afirma que ahora "no se están haciendo contratos". Por su parte, lo que conoce del Hospital Virgen del Rocío es que no se están cubriendo las bajas. "En el Macarena, solo se han hecho siete contratos de celadores para la época de alta afluencia. A saber qué ocurre para Navidades", lamenta.
Esta trabajadora señala que apenas está pudiendo trabajar dos meses y medio al año. No obstante, tampoco tiene posibilidad de buscar otra cosa por la propia naturaleza de las contrataciones del SAS. "Me afecta en el dinero, en la estabilidad laboral y en la personal. No puedes pedir siquiera un préstamo. Estás en un limbo porque eres personal estatutario temporal, pero estás más tiempo parado que trabajando. Tampoco puedes buscar otro trabajo porque te pueden llamar para el día siguiente y si no lo coges te penalizan dos meses", afirma.
A su lado se encuentra Francisco Javier, que entró en la bolsa en 1988, pero en estos años la situación ha cambiado mucho. Primero porque con la digitalización del sistema sus datos desaparecieron. Segundo porque antes de la pandemia tenía un trabajo fijo fuera del SAS que dejó para incorporarse y ayudar a la sanidad pública en los momentos más complicados del covid. "Cuando termina la pandemia te quedas parado y ahora no tengo ni trabajo fijo ni nada". Su último contrato como celador acabó el pasado 16 de septiembre. "No esperaba quedarme fijo, pero sí con más contratos. No me pueden dar 15 días ahora y otros 15 en unos meses", concluye.
Una de las promesas que realizó Juanma Moreno cuando llegó a la presidencia de la Junta de Andalucía es que los contratos de menos de seis meses se iban a acabar. Esperanza, otra de las trabajadoras afectadas, niego que esto haya cambiado en los últimos años. "Es mentira que no se hagan de menos de seis meses. Se hacen de cuatro y hasta de 15 días", dice ante el asentimiento de sus compañeros. Francisco Javier califica de "horroroso" planificar su vida. "Sobre todo si te llaman para un hospital de otra provincia. Puedes acabar hoy aquí y comenzar mañana allí".
Desde 2005 lleva Natalia en la bolsa enlazando contratos de verano y navidades. "Es de vergüenza, llega un momento en el que te deprimes porque avanzas y de pronto vuelves para atrás". Ella es una de las personas que se beneficiaría si la baremación estuviera al día, ya que ha conseguido puntos recientemente. Hace poco recibió un documento del SAS en el que se comprometían a más contratos, "pero no han cumplido".
Hace unos días vivieron un episodio que consideran muy extraño, ya que el Servicio Andaluz de Salud dio bajas el 30 de septiembre e incorporó personal el mismo día, mientras que algunos de estos trabajadores temporales finalizaban sus contratos un día más tarde. "Por un día nos hemos quedo sin contrato. Si hubiera empezado el día 1 no nos hubiera pillado trabajando y nos hubiera caído, pero eran para empezar el día 30", comentan.
Sara señala que "da mucha rabia que todos hayamos trabajado en el covid, época muy dura, y apenas nos hayan tenido en cuenta después". El tema de los celadores es especialmente llamativo, ya que, aunque es el primer trabajador que tiene contacto con el paciente, no se considera personal sanitario, sino personal de gestión. "Por cada tres auxiliares solo hay un celador". Esto se está traduciendo en un solo celador por planta en varios hospitales andaluces.
Los afectados, además, lamentan los conciertos anunciados recientemente. "Es una privatización encubierta. Son millones de euros que se podrían usar para contratar personal y que esos servicios los prestara la sanidad pública", afirman. Además, denuncian que existen pluses para los directivos en caso de que realicen menos contrataciones, una medida instalada hace más de una década. "Es algo que se puso para reducir costes de material sanitario, pero nosotros no usamos ese material y nos perjudica". La última experiencia de muchos es sin vacaciones. "El SAS nos dice que no nos pueden dar por falta de personal y que no pueden hacer nada porque es orden del director económico".