En pocos días, el centro de salud de Cuartillos, pedanía de Jerez, tendrá nuevo médico de cabecera. Después de recoger firmas porque al asignado actualmente le "falta empatía", los vecinos de este enclave rural contarán con otro doctor.
A lo largo del mes de febrero se espera que se incorpore el facultativo que venga a sustituir al actual, con el que muchos vecinos están descontentos, por sus diagnósticos erróneos, por su falta de interés por los pacientes o por la retirada de tratamientos de forma aleatoria, entre otros motivos.
"Prueba conseguida, a partir de febrero tenemos médico nuevo", anuncia el coordinador de Cuartillos, José Barriga, impulsor de la recogida de firmas trasladada a la delegación territorial de Salud y Consumo en Cádiz.
"Unidos se consiguen cosas, gracias a todos", incide Barriga, que contaba a este periódico recientemente que iba a llevar el asunto a una próxima asamblea vecinal para valorar la posibilidad de convocar una manifestación. Finalmente, no hará falta.
En Cuartillos temían que, años después de conseguir la apertura del centro de salud, pudieran perderlo. Como cada vez más pacientes se estaban trasladando al centro de salud de La Milagrosa, podían perder el consultorio y, por consiguiente, la farmacia.
"Lo soluciona todo con paracetamol y pomada, a veces sin siquiera mirar el historial médico del paciente", apuntaba una vecina de Cuartillos a este medio. "Hay hasta enfermeras que se sorprenden de los diagnósticos que hace, porque ni siquiera mira mucho al paciente. Sus propios compañeros de La Milagrosa lo sufren".
"Hace poco vine a recoger los resultados de una analítica y me dijo que tenía anemia, colesterol... Me dio un diagnóstico muy malo y me mandó un tratamiento", relataba otra joven, que se dio cuenta de que el médico estaba leyendo la analítica de otra persona. "Me parece muy fuerte, porque si le pasa a una persona mayor y no se da cuenta, empieza un tratamiento que a saber cómo acaba", añadía.
Hasta se conoce el caso de una vecina que estuvo ingresada durante nueve días en el Hospital de Jerez, aquejada de meningitis, pero a la que en Cuartillos diagnosticaron con sarna, erróneamente. "Menos mal que la hija trabaja en una farmacia, y cuando vio la analítica la llevó corriendo al hospital", contaba una empleada de un establecimiento hostelero.
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