En noviembre de 2020, Natalie Claytor y Manuel Moreno, una pareja de Chiclana, perdieron a su bebé recién nacido Oliver. Como consecuencia de tan terrible experiencia pusieron en marcha la iniciativa El legado de Oliver, mediante la cual pretendían dotar a los hospitales de la zona de lo que llamaron una cuna de abrazos que permitiera a los padres y familiares de los bebés no nacidos poder alargar su último adiós.
El pasado mes de enero los hospitales de Jerez de la Frontera y Puerto Real recibieron este recurso y ahora han hecho lo propio el hospital Punta de Europa de Algeciras y el Puerta del Mar de Cádiz.
La cuna de abrazos permite mantener el cuerpo del bebé durante horas o incluso días, permitiendo que las familias tengan más tiempo para poder despedirse de ellos. Además esta práctica posibilita que el duelo no colisione con las prisas propias de la presión hospitalaria.
Esta práctica es habitual en países como Inglaterra, pero en España está muy poco extendida. La sanidad andaluza es, por tanto, pionera en nuestro país en este tipo de prácticas y se está trabajando a destajo con la Asociación andaluza de matronas y con la Asociación de apoyo al duelo gestacional para seguir desarrollando iniciativas que, como esta, puedan servir de apoyo a las familias en momentos tan duros.
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