Belén es una jerezana conocida en el mundo de las redes sociales sobre sus tips de belleza y cuidados. En Instagram tiene 100.000 seguidores. Pero este verano hubo un cierto silencio en sus redes. Porque el parto previsto a finales de julio no fue bien. "Creo que es necesario contarlo", afirmaba en un vídeo. Tras una experiencia previa con dificultades en el anterior parto, que acabó saliendo bien, llegó al hospital con ciertos temores. Este periódico ha podido saber que el hospital al que se refiere en su vídeo es el del SAS en Jerez, algo que la afectada nunca menciona.
El parto fue previsto y provocado. "Dije al ginecólogo que en el anterior parto, mi hija llevaba una vuelta de cordón y que me preocupaba. Él me dijo que no pensara así, que con los monitores está todo controlado, que se puede saber perfectamente el bienestar fetal, así que ingresé el 27 de julio a las ocho de la mañana un poco más tranquila". Al llegar, explicó lo mismo una matrona, asegura, y ella le contestó "que teníamos una máquina al lado donde estaban las constantes de mi bebé y que ahí se podía registrar en cualquier momento que la niña lo estuviera pasando mal".
Comenzó a tomar las pastillas para provocar el parto. Sobre las 23.00 horas, más de 12 horas después de su llegada al hospital, rompió aguas. Antes, le habían ido recomendando que se duchara, o que se colocase sobre la pelota. Tenía muchas contracciones dolorosas y muy rápidas. "Avisé de que estaba dilatando rapidísimo". "Después de empujar muchísimo tiempo, a mi hija le da una bradicardia". Es decir, las pulsaciones del feto se redujeron de 120 latidos durante más de 15 minutos, por debajo de lo normal.
Entonces, explica Belén, "llegó el médico y me puso un medicamento. Yo ahí estaba ya sin el efecto de la anestesia". En ese momento, añade, había una matrona y dos médicos residentes. Siguieron pidiéndole que empujara, pero "escuchaba murmurar entre ellos".
"Yo les decía que no podía más". Llevaba cuatro horas de paritorio. En un momento de la madrugada, escuchó que se decían que "iban a llamar a no sé quién". "Sobre las seis menos cuarto deciden llamar a un ginecólogo. Se presenta una ginecóloga, me pregunta si me dolía y le dije que sí, y que lo había avisado". Entonces, la médica, según el relato de Paula, reprochó que no hubieran procedido con más anestesia.
A los diez minutos, y sin fórceps, "nace mi niña. Me la ponen en el pecho y en ese momento veo que no hace nada, que no reacciona. Y empecé a preguntar por qué no lloraba. Me la quitan de encima y se la llevan. Y mientras me están cosiendo me dicen para tranquilizarme que hay niños a los que les cuesta más arrancar, que no me preocupara, que hay tres pediatras con ella".
Al minuto, explica, vuelve la ginecóloga y le dice, según la versión de la paciente: "Paulita está muy cansadita". A los minutos, recibe la terrible noticia. "Vinieron los pediatras y me dijeron que no había resistido el parto, y no te saben decir qué ha pasado". Señala que ha tardado algo más de un mes en saber qué había pasado. Sin embargo, sigue habiendo confusión. "La autopsia dice que ha sido muerte súbita", pero, igualmente, la autopsia habla de "sufrimiento agudo".
Por todo ello, explica que "no voy a dejar que se quede en un papel en blanco y se pase página". Esta jerezana indica, también, que pone "en duda" aquello que se le dijo al principio del proceso, "que está todo monitorizado y que todo estaba bien. Todo el que lee la autopsia y ve el informe de monitores no se explica cómo los monitores no han registrado eso. O la máquina no estaba bien o yo no estaba bien monitorizada". "Los informes los han visto varios especialistas y me han dicho que la autopsia está clarísima, pero no pueden explicarse cómo el monitor no registra ese sufrimiento".
Así, esta mujer señala que "yo ya lo tengo todo perdido. No voy a permitir que mi hija se quede en una hoja en blanco. Y si tengo que ser la voz de mi niña, pues aquí está su madre". Este medio ha intentado recabar la versión del SAS sobre estos hechos, sin éxito.
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