Cuentan que El Torno, al mediodía, tiene mucha más vida. Apenas hay algunos bares abiertos, y otros permanecen cerrados. A medio camino entre la ciudad de Jerez, San José del Valle y Paterna, está enclavada en la zona más poblada de la zona rural, junto a La Barca, San Isidro, Torrecera o La Ina. Tiene vida de pueblo porque es más grande este núcleo que muchos pueblos de España, e incluso más que algunos pueblos de la provincia de Cádiz.
El alcalde, Francisco Javier Fuentes, trabajaba hasta la crisis sanitaria cada día en su Ayuntamiento, junto a la India Catalina, una gran escultura en el centro de la plaza de la Artesanía, arteria de la localidad. Antes de entrar en político, era técnico sanitario. Confiesa que miedo, no, pero que sí está preocupado por la situación sanitaria. Teme al virus por su familia. Hoy su jornada pasa, en parte, por ir con un EPI puesto a desinfectar zonas del pueblo. "La gente nos ceden maquinaria, desinfectantes...". Son tractores, hipocloritos, fumigadoras, lejías... "Entre todos nos vamos ayudando". Ahora le toca realizar esta labor. Este domingo pidió el autoconfinamiento de los vecinos. "Dos semanas", dice, serían suficientes quizás para ganarle el pulso al virus, que el pueblo va perdiendo ahora. "El fin de semana eran unos cuarenta casos y ahora son más de sesenta. Eso, sin sumar los que están aislados. Todos tenemos un primo, un amigo, alguien, que tiene un caso en casa", dice sin quitarse el EPI.
Hay dos tipos de vecinos en El Torno. Los que salen a la calle y los que no. Enrique es de los primeros pero no por eso es menos precavido. Toma una cerveza en una terraza. "Vivo aquí al lado". Tiene 65 años y le preocupa la situación. "Nadie hace lo que tiene que hacer. Hay que tener sentido común", señala. "Aquí se cumple, pero ha habido mala suerte con ciertas cosas que la gente hace. El alcalde pone todos los días que no salgamos. Ahora mismo estamos cuatro en la calle". Sí ha visto la Navidad "desfasada, como en todos lados. La gente de mi edad, los padres, digamos, lo hemos hecho bien. Es la tercera vez que viene el virus y no tenía que haber pasado", dice sobre la situación en España. "Yo daría una tregua de siete días para comprar lo que cada uno necesite, y después, 20 días en casa. Se corta el 90%. Es mi opinión". Por el momento, no ve claro lo de vacunarse. "No me gustaría que me pasara algo por la vacuna. Para mí, para confirmar todo, le falta un año", opina, "como la vacuna de la gripe, que es una cosa ya superada pero las primeras personas que se la pusieron sí tenían reacción".
El bar RonMel se sitúa a unos metros de la citada terraza. Su propietario, José Miguel, indica que "el negocio ha pegado un bajonazo desde el lunes, hay muchas familias confinadas. La gente ahora está más concienciada. En general se ha respetado. Quienes lo han cogido han sido la juventud, se habla de fiestas en La Barca, y de ahí lo cogen sus mayores. Está la cosa que no veas", dice. La Navidad "no se parece a otra", con mucha menos gente. "Esto se sabía que iba a pasar. O confinamos o no se para. 15 días por ejemplo. No hay manera de aguantarlo si no. Ahora mismo me cuesta el bar tenerlo abierto. Gasto mil litros de cerveza al mes. Ahora no".
El temor en el pueblo le quita esa clientela, lógicamente, y preferiría "que se limpiara" la situación del virus para que los vecinos puedan volver a salir, aunque le cueste el dinero ese tiempo de cierre. "Si tenemos cuidado, se podrá coger, pero será menos gente entonces". Y remacha: "Yo sí me vacunaría, hay gente que dice que lleva poco tiempo hecha, pero yo, sí". En su bar come Carmen una tapa. "Hay mucho virus. La gente está confinada, casi todo El Torno. Conozco más o menos mucha gente que está con el virus. Lo que hay que tener es precaución. Es que han dejado salir. Si dejan salir, la gente sale". Cree que "nos encerrarán otra vez. Yo lo apoyaría. Quince días, pero por lo menos se limpia. He llegado hoy aquí y he visto que la gente está en sus casas y se nota".
El alcalde habla desde detrás de una mascarilla que también le protege de los químicos de la limpieza. "Es que la situación está bastante fea. No tenemos fuentes oficiales porque la Junta no nos da los datos al ser una ELA. Pero lo sabemos por lo que nos dicen las propias personas afectadas, y en el colegio son ya tres clases confinadas, y si cierran alguna más, probablemente lo cerrarán entero, según tenemos entendido. Yo, si pudiera, lo cerraba ya".
En las dos olas anteriores, El Torno acabó en buena situación. En marzo no hubo casos, y antes de Navidad, "unos diez". Nada parecido a esos más de sesenta que tiene en mente. Pueden parecer pocos, pero si se entiende la cifra de tasa de contagios, asusta. Porque, por ejemplo, Jerez, tiene una tasa de 1.196 positivos en los pasados 14 días que, para una población de algo más de 212.000 personas, supone una tasa de 562, según los datos de la Junta. En El Torno viven unas 1.300 personas. De ser ciertos esos 65 positivos detectados por el Ayuntamiento, la tasa es de 5.000. Probamos a hacer las cuentas varias veces pero no hay otra. Es más de diez veces superior a la de España (492) y algo menos de diez veces que la de Jerez. Matemáticas. Significa que el 5% del pueblo ha dado positivo. A eso hay que sumar los contactos estrechos que esperan pruebas.
Es por eso que Fuentes no se acerca mucho durante la entrevista y recela de quitarse el EPI mientras le acercamos el teléfono para hablar con él. "Se ha disparado de una manera que no es normal. Vino gente a ver a sus familiares, como es normal, y luego de 15 a 35 años ha habido contagios y de ahí sus familias. Tenemos gente ingresada a gente en el Hospital de Jerez. He pedido el confinamiento voluntario porque no he tenido potestad para cerrarlo. Por lo menos, ojalá, dos semanas", señala.
Al resto de administraciones pide "más controles a los ciudadanos. Otras veces ha venido Policía Local o Guardia Civil. Vemos gente en la calle que debería de estar aislada. Para evitarlo, incluso hemos dado EPI a los comercios para que, si quieren, lleven comida a domicilio". Él mismo ayuda con algunos mandados o productos de la farmacia. "A la Junta le pido que nos ayude a confinar, que cierre para perimetralmente... Yo creo que nos hemos relajado todo y mira". "La Diputación sí nos dio subvenciones para desinfectar. Ahora hemos comprado nosotros mismos los equipos de protección". A sus vecinos pide "mucha fuerza", y da las gracias "porque se han volcado. Y decirles que estamos aquí para lo que haga falta". La tercera ola es la de la tasa que asusta, pero también la de un pueblo arremangado, y que colabora.
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