Un auténtico milagro en el hospital de Maine, en Estados Unidos. La historia de Bettina Lerman, de 69 años, es de esas que sorprenden por su final feliz. La mujer llevaba más de un mes conectada a un respirador después de ser contagiada por covid. Los médicos no tenían buenos pronósticos para ella ya que no respondía al tratamiento pese a los intentos durante semanas.
Ante la gravedad de su estado -tenía otras afecciones como diabetes y problemas cardíacos y había sido sometida a una cirugía de bypass cuádruple hace un par de años- la familia ya había asimilado su pérdida. Sus seres queridos habían organizado su funeral, donado algunas de sus pertenencias e incluso cancelado su contrato de arrendamiento. Sin embargo, según la CNN, ocurrió algo inesperado.
La mujer se despertó del coma justo cuando su hijo estaba recogiendo su ataúd, el mismo día que iba a ser desconectada de su soporte vital. En ese momento, Andrw Lerman recibió una llamada telefónica que le cambió la vida. Era el médico para contarle una buena noticia. Su madre seguía viva. "Tu madre se ha despertado, me dijo. Literalmente dejé caer el teléfono. Yo estaba como, ¿qué? Se suponía que íbamos a interrumpir el soporte vital ese día", explica el hijo a la cadena WMTW.
Los sanitarios no salían de su asombro cuando Bettina abrió sus ojos. Ellos le habían comunicado a su hijo que "sus pulmones estaban completamente destruidos. Había un daño irreversible". Pero, afortunadamente, no acertaron. Eso sí, si llega a despertar unas horas más tarde, hubiera perdido la vida. La mujer es religiosa y sus amigos habían rezado mucho por ella durante todo este tiempo.
Según cuenta Andrew a la cadena, su madre "es un milagro" y ni siquiera experimentó confusión al abrir los ojos. "No pueden explicarlo desde el punto de vista médico, quizás sea del lado religioso", añade.