Querer cuidarse está en auge. Los gimnasios están abarrotados (bueno, está comenzando el año) y mirar las calorías del último trozo de tarta que una se acaba de zampar es bastante común. El fitness está de moda pero, “a veces estamos mal enfocados". José Luis Manzano Doña defiende que hay decisiones que no son las adecuadas. Las grasas suelen ser las primeras en quitarse de la vista. "Las grasas han sido muy denostadas, temidas incluso, y son necesarias. Si quieres tener una vida saludable tienes que consumir grasas”. Es la premisa de la que parte este enfermero especializado en salud laboral y graduado en Dietética y nutrición.
El jerezano de 62 años apuesta porque “hay que consumir menos de otras cosas a las que se le da menos publicidad mala”. Experto en terapias naturales como la acupuntura clínica y docente en el Colegio Oficial de Enfermería de Cádiz, coordina la Sección de Salud y Bienestar del Ateneo de Jerez. Él siente esa vocación, la de realizar ejercicios de divulgación para la sociedad. Su última intervención tiene un título concluyente: Papel de las grasas en la dieta: historia, errores y evidencia. “Es lo que me pide el cuerpo, como sanitarios, debemos divulgar lo que sabemos”, dice unos minutos antes del coloquio.
José Luis ha formado en cursos, es coautor de varios capítulos del Manual de Enfermería Integrativa. Gran comunicador, ha participado en el programa Salud al día de Canal Sur. Pero antes de sumergirse en el mundo sanitario, su vida laboral parecía que iba a tirar por otros derroteros. Trabajaba como administrativo en la Agencia Tributaria en Ceuta, ciudad donde descubrió su pasión.
“Necesitaba una carrera de tres años para seguir evolucionando en la carrera profesional y se me terció estudiar en la enfermería porque era algo que tenía a mano. Allí conocí la profesión y me enamoré de ella”, comenta a lavozdelsur.es. Casualmente, la empresa para la que trabajaba sacó plazas para enfermeros y, tras terminar la carrera, se preparó esa oposición y la superó. “Parece que me había caído del cielo”, dice este nutricionista que enfocó su trabajo a la salud en la empresa.
Desde entonces, ha tratado los problemas de numerosos trabajadores de la Administración del Estado. “El personal tiene un nivel intelectual y económico medio, lo que nos encontramos son desviaciones en los hábitos saludables”, destaca el jerezano. Por ello, a raíz de sus observaciones, José Luis se ha centrado en los últimos años en tratar de transmitir qué hacer para mantener una dieta equilibrada, ejercicio, sueño y unas relaciones saludables entre estos factores. “Tenemos que utilizar la alimentación, el ejercicio y el sueño para desarrollar nuestras vidas y no que nuestra vida sea el desarrollo de esas cuatro o cinco curiosidades”, expone.
En la actualidad se percibe un boom en las redes sociales de contenido relacionado con consejos de nutrición o propuestas de platos para estar en la línea. “Estos streamers o youtubers que, sin conocimiento suficiente, se aventuran a hacer dietas raras porque a ellos especialmente les haya ido bien, no creo que pueda ser extrapolable a la población general”, comenta el enfermero, que señala que cada cuerpo es un mundo.
También se ha incrementado el número de casos de personas con trastornos que antes eran desconocidos. Por ejemplo, la ortorexia, que es la obsesión patológica por comer comida sana, o la vigorexia, nombre por el que se conoce la adicción a hacer ejercicio y solo ingerir alimentos que ayuden a ganar masa muscular. José Luis ha oído hablar de ellos y considera que están a la orden del día, sobre todo, desde que saltaron al campo académico los expertos en Educación física.
"Tenemos que ser un poquito más blanditos con nosotros mismos"
“Los extremos nunca son buenos. Sean por comer mucho, comer poco o por comer con demasiado rigor. Creo que tenemos que ser un poquito más blanditos con nosotros mismos. A veces nos imponemos demasiados ajustes en la dieta que son innecesarios y que nos hacen sufrir. Y nos hacen a veces no poder llevar una alimentación más saludable”, explica.
Durante la entrevista, pone el foco en que el culto al cuerpo prevalece y, a su parecer, no necesariamente es indicador de estar sano. “Un estudio reciente habla del obeso metabólicamente saludable. Se puede estar con sobrepeso y estar sano. No para estar sano tenemos que estar en el IMC (Índice de Masa Corporal) que nos marcan los estándares. Por lo tanto, yo huyo un poco de esa perspectiva del culto al cuerpo en ese sentido”, sostiene.
Aquí entran en juego las grasas, esas que históricamente son vistas más como enemigas que como aliadas. José Luis quiere despojarlas de esa mala fama y sensibilizar sobre su importancia en la alimentación. “Desde hace casi más de un siglo ya se empezó a relacionarlas con la obesidad y con la enfermedad cardiovascular y todo eso ha dejado una impronta en la sociedad importante. Nos ha hecho temer de ellas. El médico te dice que tienes que perder peso y a través de ello tienes que retener las grasas. Si tienes un problema cardiovascular y lo primero que haces es atacar a las grasas y reducir el colesterol, pues claro, la gente le tiene miedo”, reflexiona.
Sin embargo, se tiene a meter en el mismo saco a todas las grasas, sin concretar qué tipo eran las buenas y las malas. Según clasifica la Fundación Española del Corazón, se dividen en saturadas, monoinsaturadas, poliinsaturadas y ácidos grasos trans. El enfermero resalta que existe cierta confusión sobre cuáles son las buenas y las malas. Ahí está el quid de la cuestión. “Todas son buenas en su justa medida. Si cumplimos con los ratios que marcan las autoridades sanitarias y la evidencia científica, no deberíamos tener problemas con la salud y la alimentación”, dice José Luis, que añade que, “todo está en discusión”.
En las últimas décadas, la ciencia ha cambiado de parecer en distintas ocasiones con respecto a las grasas. “Hemos pasado porque el aceite de oliva no se debía consumir, ni el pescado azul, porque eran grasas y eran malas. Y hemos pasado por no comer sardinas porque eran malas y por cambiar de aceites y tomar otros aceites de semillas porque decían que el de oliva no era bueno. Luego se ha investigado y se descubren realmente las virtudes que tiene el aceite de oliva, el pescado azul, los omega 3, los omega 9, y ahora sí se pueden prescribir con toda tranquilidad”, explica.
"Los problemas de la sociedad están en el abuso de los hidratos de carbono"
Habla de que las grasas también son esenciales para el organismo, pero que se tiende a eliminarse de la dieta. “Si limitamos las grasas, recurrimos a las proteínas, que es relativamente cara y como no hay que comer demasiada, al final queda el recurso de los hidratos de carbono. Ahí está gran parte de los problemas de la sociedad actual, en el abuso de los hidratos de carbono”, comenta.
Por ello, aconseja aumentar el consumo de grasas a costa de reducir los hidratos de carbono. “Y no cualquiera, hay que poner la cruz a azúcares, harinas blancas refinadas y a alimentos que exclusivamente aportan calorías y pocos nutrientes”, añade.
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