Casi 24 millones, según apuntan algunos estudios, de envases de Nolotil (o metamizol en su forma genérica) se dispensan en las farmacias españolas al año. Un dato que convierte a este medicamento en el más vendido del país.
Desde 1969 se viene comercializando en España para tratar el dolor agudo, moderado o intenso postoperatorio o postraumático, de origen tumoral o tipo cólico, así como la fiebre alta que no responda a otras medidas terapéuticas.
Los anestesistas españoles entienden que es el medicamento más fiable para tratar el dolor sin tener que recurrir a los opiáceos. Sin embargo, en países como Estados Unidos, India, Australia, Irlanda o Reino Unido este analgésico está prohibido por un efecto secundario que puede llevar a un trastorno inmunitario de nombre agranulocitosis.
Desde la Asociación de Afectados por Fármacos (ADAF, por sus siglas en inglés) han presentado una demanda contra el Ministerio de Sanidad español y la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) por no proteger de sus reacciones adversas a los ciudadanos británicos. Varios turistas se han visto afectados por el consumo de este medicamento en España. Un fármaco que, como han señalado desde la referida asociación, les podría llevar incluso hasta la muerte.
Esta denuncia y la prohibición en algunos países ha generado un debate sobre si es perjudicial o no tomar Nolotil. En este sentido, en el foco de atención está la agranulocitosis, un efecto secundario considerado "muy raro" en el prospecto y que se daría en uno de cada diez mil pacientes que tomen este fármaco. En el caso de los ciudadanos británicos y de países del norte de Europa parece que los casos se pueden dar con mayor frecuencia por la particularidad genética de dichas personas.
La agranulocitosis implica una caída de las defensas de nuestro sistema inmunológico, que dejaría de protegernos frente a bacterias y virus, dando vía libre a la llegada de infecciones que podrían complicarse hasta ser mortales.
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