Toca disfrutar. Son los días grandes de Utrera. Pero este año la mirada está puesta en el mosquito portador del Virus del Nilo, que campa por el término municipal. Actualmente, está en nivel de riesgo 5. Existe presencia considerable entre las muestras que toma semanalmente la Junta de Andalucía. Y peor aún. El último fallecimiento constatado en relación con esta enfermedad que se ha conocido es el de una mujer en Pamplona que estuvo en Utrera, por lo que todo apunto a que contrajo la enfermedad en la localidad.
La infección está haciendo estragos en las localidades por las que pasa el Guadalquivir en la provincia de Sevilla. Situación que preocupa también en Cádiz, especialmente en la zona de la Janda, pero no solamente ahí. Por no hablar de las zonas inundables de la provincia de Huelva, que indirectamente también se bañan, como es sabido, por el Guadalquivir. Los arrozales, de Coria a La Puebla o Isla Mayor.
Y en el entorno de Utrera, Los Palacios, hacia Lebrija o Las Cabezas, no se libran tampoco. En Utrera, con el inicio de las fiestas, las de la peregrinación al santuario de la Virgen de la Consolación, el Ayuntamiento lanzaba esta semana un aviso.
En sus redes sociales, pedía a los vecinos utilizar ropa con manga larga, pantalones largos, calcetines y calzado cerrado, de colores claros, pero no brillantes. Evitar olores intensos de colonias, jabones o aerosoles con una sensación de dulzor. Los abanicos no son mal remedio porque los mosquitos se ahuyentan con corrientes de aire. "Utilizar repelentes siguiendo las recomendaciones del fabricante", pedía el Ayuntamiento.
En esas, había quien se lo tomaba a broma: "Esta noche, los mosquitos irán con corbata", decían en redes. Pero la situación es complicada, porque es una lotería. Otros lamentaban el calor que se iba a pasar con manga larga en estos primeros días de septiembre, aunque por suerte no son especialmente cálidos y se deja entrever ya el final del verano.
Pero, en general, hay seguimiento. No pánico -sí hay respeto en alguna que otra localidad de alrededor, con ventanas cerradas todo el día e instalación masiva de mosquiteras-, pero sí seguimiento de las medidas. Hay casos conocidos de personas, mayores y hasta niños, que han sufrido la enfermedad y arrastran secuelas. A los botellones -que existen, como en todas las ferias- con repelente; a las casetas, igual, con cuidado, con manga larga.
Una feria que vendrá marcada por la presencia del mosquito que no deja a la gente en las casas, pero que sí obliga a tomar precauciones. El año que viene, quizás, si todas las administraciones trabajan con más tiempo, posiblemente sea otra historia. Este año toca tener cuidado.