"La curva no termina de bajar. Estamos en una meseta con pronóstico de subir la semana que viene". Con estas palabras ha señalado, en resumen, Juan Manuel Moreno Bonilla las medidas que rigen en Andalucía para las próximas semanas. Ha hablado de esa posibilidad de subir, o que la cepa británica, en Almería, supone el 80% de los contagios. Incluso, ha hablado de la presencia de la cepa sudafricana. "Hemos puesto el 93% de las dosis recibidas, pero solo supone el 4% de la población andaluza", señalaba. "Llevo semanas rompiéndome la cabeza para tomar las medidas y es posible que muchos no lo entendáis".
Así, Moreno Bonilla anunciaba el cierre hasta después de Semana Santa de las provincias. "Creemos que es una decisión prudente". El toque de queda, eso sí, pasa a las 23 horas, y los comercios y bares podrán abrir hasta las 22.30 horas. Las medidas entran en vigor el viernes y se mantienen hasta el 4 de abril, pero "se revisarán en cualquier momento" si la siutuación empeora.
Esta apertura, una desescalada muy moderada, tiene como fin "evitar" lo que ocurrió tras la Navidad, la fuerte explosión de casos. Ha pesado más eso que la idea que venía dejándose caer durante semanas de permitir esa movilidad, con declaraciones de altos cargos de la Junta que apuntaban esa dirección, aunque siempre con el condicional: que la situación no empeorase o empeorasen las perspectivas, que no es lo mismo. En este caso, lo que ya ha visto la Junta es que la bajada de contagios se ha detenido, y en paralelo al aumento de movilidad y levantamiento de restricciones de las últimas semanas, según predice el Instituto Carlos III y recogen los expertos del comité andaluz, la tendencia irá al alza.
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