El presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla, anunció restricciones que entran en vigor este lunes 11 de enero, que implican que las zonas más afectadas por el covid tendrán menos aforos, y el cierre de la actividad en La Línea de la Concepción, zona cero de esta tercera ola marcada por la variante británica del coronavirus, que estaba presente en Gibraltar desde el pasado mes de noviembre, según se supo poco antes de las fiestas navideñas.
El temor es evidente ante una cepa que tiene una mayor capacidad de contagio, de un virus que se transmite muy rápido si no se toman medidas, como se demostró en la primera ola. Por eso, de las Navidades, casi tres semanas después de las primeras cenas de Nochebuena, puede hablarse de un relativo éxito en todo el país, toda vez que existen repuntes que preocupan en algunas zonas del país, pero que no han sido la tragedia que podría haber sido. La ciudadanía, a pesar de los incumplimientos como fiestas masivas, ha cumplido con las reuniones controladas.
Pero no es menos cierto que se ha notado esa tercera ola y su llegada, aunque no sorprenda, habla de subidas de contagios para situar a Andalucía y a provincias como Cádiz en cifras que van tomando la tendencia de aceleración de los peores días de la enfermedad en noviembre. Se parece, desgraciadamente, a la situación de octubre, previa a que la segunda ola golpeara con fuerza al sistema sanitario y a decenas de miles de contagiados en Andalucía, donde la presión hospitalaria no llegó a sobrepasar la capacidad de atención pero que estuvo muy cerca en lugares como Sevilla y Granada, donde fue necesario reforzar los hospitales con aperturas de instalaciones con las que no se pretendía contar, uno de los hospitales cerrados en la ciudad nazarí en la reorganización hospitalaria de hace unos años y de la recuperación efectiva del hospital militar en la capital.
La cuestión es que el viernes Moreno Bonilla no pareció convencido de las medidas que ponía en marcha. "Es bastante probable que tengamos que cerrar no solo Cádiz sino toda Andalucía. Hay que esperar, dar un margen a las primeras medidas, y ver si se ralentiza el contagio, que es lo deseable", llegó a decir el mandatario andaluz. La apuesta es que el virus, y su nueva variante, se contenga en La Línea, zona más afectada e influida por la presencia de la cepa británica. La movilidad está suspendida en el Campo de Gibraltar.
Pero es que el propio sábado, justo un día después, por la mañana, el consejero de Presidencia, número tres de la Junta y mano derecha de Moreno Bonilla, Elías Bendodo, fue aún menos optimista, y dio prácticamente por seguro el aumento de las limitaciones: "Esta evolución, al ritmo que vamos, llevará a que los próximos días tengamos que tomar más decisiones en ese sentido porque la evolución está siendo negativa". "La situación a día de hoy en Andalucía sigue siendo preocupante y tenemos que extremar más aún la precaución". El ritmo de crecimiento de positivos se acelera aunque no lo hace paralelamente el de ingresos, porque entre un contagio y sus peores complicaciones suelen pasar dos o tres semanas. Lo bueno es que de la Nochebuena hace ya ese tiempo, pero no del resto de fiestas.
Y ese endurecimiento de medidas no se atrasará a más allá del 24. Si la Junta lo ve claro, impondrá restricciones antes de que cumplan las actuales restricciones, el 24 de enero. "Si la incidencia acumulada superara los límites en los que todavía estamos, razonablemente por debajo de la media de España, evidentemente está previsto hacerlo antes de la fecha del cumplimiento del nuevo Boletín Oficial de la Junta de Andalucía", señalaba a SER, recogido por Europa Press, la portavoz del comité de expertos, Inmaculada Salcedo. "Confiamos en que sea suficiente" con las medidas actuales, remachaba.