Un análisis científico realizado en muestras de pollo de supermercados Lidl de España, Alemania, Italia, Polonia y Gran Bretaña ha desvelado un dato bastante preocupante: el 71% de las muestras están contaminadas.
Del total de las 142 bandejas que han sido estudiadas desde el punto de vista microbiológico, el 38% presenta listeria, mientras que un 83% contiene agentes patógenos diarreicos. El Observatorio de Bienestar Animal ha denunciado que la carne está contaminada con bacterias resistentes a antibióticos.
Un laboratorio independiente ha sido el encargado de llevar adelante el estudio en productos de 22 establecimientos de Lidl de los países anteriormente citados. "No aconsejaría a mis pacientes comprar estos productos de pollo de Lidl", ha manifestado, tras conocerse el resultado del estudio, Imke Lührs, especialista en medicina interna y exasesora del Parlamento Federal alemán.
Un total de 17 de las 24 muestras españolas, adquiridas en Valencia, Barcelona y Madrid, estaban contaminadas. Los productos eran cuarto trasero de pollo, pechuga de pollo, jamoncitos de pollo, alitas de pollo partidas sin punta y canal de pollo.
Las bacterias que se han localizado tienen un riesgo significativo para la salud, pudiendo ocasionar infecciones del tracto urinario, septicemia o neumonía.
La respuesta de Lidl
"Garantizar la calidad de nuestros productos es una prioridad para Lidl, extendiéndola a los propios procesos para garantizar que los productos conservan las mejores condiciones desde el proveedor hasta el cliente final. Para ello, realizamos exhaustivos controles de calidad a lo largo de toda la cadena de suministro a través de organismos independientes y acreditados", asegura la marca, en un comunicado remitido a este medio.
Lidl asegura que su política de compras "establece límites más estrictos que los propios requisitos legales. Todos nuestros proveedores cuentan además con avales de certificación internacionalmente reconocidos como International Food Standard (IFS) o el British Retail Consortium (BRC) que certifican los más altos estándares de calidad, y en especial la seguridad alimentaria".
"No es la primera vez que esta organización lanza una acusación contra Lidl a través de los medios de comunicación y sin contrastar su información previamente con nosotros. De hecho, sus dos últimas denuncias resultaron ser falsas y en esta ocasión, contamos con certificados de análisis —realizados por Lidl y por nuestros proveedores a través de laboratorios acreditados— que contradicen categóricamente la información de su estudio", señala la empresa.
Lidl asegura que, desde hace tiempo, esta entidad mantiene "una cruzada" contra la empresa "con el único objetivo de presionarnos para formar parte del Compromiso Europeo del Pollo (ECC). Como empresa referente en bienestar animal, tanto en España como en Europa, apoyamos todas las iniciativas en favor de dicha causa, incluidos los objetivos que defiende el ECC -que compartimos y en los que ya estamos trabajando- si bien, solo nos podemos comprometer con aquellas medidas que tengamos la seguridad de poder cumplir de manera realista tanto en la forma como en los plazos en cada uno de los mercados".
"Para poder cumplir plenamente con las exigencias del Compromiso Europeo del Pollo de aquí a 2026, se necesita una amplia alianza de toda la cadena, entre el sector de la distribución, los productores, la industria avícola y las ONGs, entre otros. Así se ha trasladado desde el grupo Lidl a los representantes internacionales del Compromiso Europeo del Pollo (Open Wing Alliance) con los que se han mantenido varias conversaciones a lo largo de estos meses", incide la cadena de supermercados.
Lidl matiza que "las bacterias que una carne fresca de pollo pueda contener no son consecuencia del método de cría de nuestros proveedores en particular, sino que representan un reto general para toda la industria de la carne avícola. Además, en todos nuestros envases siempre especificamos de forma transparente que el producto debe ser cocinado completamente antes de su consumo y que es necesario cumplir con las normas de higiene durante el proceso. De este modo, si se manipula de forma correcta no existe ningún riesgo sanitario para el consumidor".