La situación sanitaria en Andalucía sigue siendo complicada. Cada poco tiempo, uno de los colectivos de trabajadores que compone el Servicio Andaluz de Salud alza la voz para protestar por las condiciones laborales en la administración pública. En esta ocasión han sido los monitores de salud mental los que se están movilizando y protestando por diversas cuestiones.
Este colectivo ha recibido el apoyo de la Unión General de Trabajadores. Una de las protestas que realizan es que la nota de corte de la categoría en la Bolsa es excesivamente alta y se sitúa en 42 puntos. La situación tiene un doble efecto. En primer lugar obliga a realizar nuevas contrataciones al no haber profesionales que superen esta puntuación. La segunda consecuencia es que estas contrataciones están condicionadas a que los contratos no superen los 30 días de duración y estén inmersos en la precariedad.
Desde el sindicato siguen a la espera de una propuesta de reordinación de la Bolsa Única del SAS, mientras tanto, solicitan a la Junta que se rebaje la nota de corte a una "puntuación más acorde" porque estos contratos mensuales "no garantizan la continuidad asistencial de los dispositivos especializados" lo que provoca un "perjuicio para los usuarios que ven cómo cambian los criterios de sus tratamientos comunitarios dependiendo del profesional que toque ese mes".
Otra de las reivindicaciones es que estos contratos mensuales impiden que los profesionales puedan conciliar su vida personal con la profesional ya que al mes siguiente, "pueden estar trabajando en cualquier parte de Andalucía". UGT ha denunciado que, pese a haber 101 plazas presupuestas, sólo se han cubierto 77 y, por lo tnato hay 24 plazas libres a pesar de que hay mayor demanda en la atención de la salud mental. La última crítica es que los profesionales están esperando al reconocimiento profesional que se aprobó en la Mesa Sectorial en 2018.