La trágica muerte del niño de cuatro años que fue atendido el pasado viernes tras sufrir un síndrome de inmersión en una piscina en una urbanización de Molina de Segura ha vuelto a poner la alarma en el peligro de lo que comúnmente se llama corte de digestión.
No es la primera víctima de este verano, el pasado mes de junio otro joven de 17 años perdía la vida por el mismo síndrome cuando se bañaba en la playa de Los Taray-Matalentisco, en el municipio de Águilas.
Según explica Quirosalud en su blog, el síndrome de inmersión o corte de digestión se refiere más bien a "los síntomas digestivos que tienen lugar al producirse un choque térmico. Cuando una persona se introduce en agua fría, muy rápidamente, en especial después de una comida copiosa, puede sufrir un mareo, náuseas o malestar”.
Este choque de temperatura produce cambios en la presión arterial y en la frecuencia cardíaca que pueden ser mortales. Para poder actuar rápido es muy importante tener en cuenta los síntomas.
Entre ello está, según las mismas fuentes, el sentimiento de malestar general, náuseas o debilidad. Asimismo, desde Quirosalud afirman que la disminución de la presión arterial puede producir incluso pérdida de conocimiento o un infarto.
Las personas con más riesgos de sufrirla son las personas mayores o aquellas que padecen factores de riesgo como hipertensión, diabetes o cardiopatías. Para evitar que esto ocurra hay algunas recomendaciones que seguir que seguramente habrás oído de tus familiares con anterioridad, pero que no son ningún mito.
El primero de ellos es evitar bañarse en agua fría después de comer y esperar al menos dos horas, sobre todo tras ingerir comidas pesadas. Asimismo, reconocer los síntomas citados al entrar en el agua. Si comienza a sentirse mal debes salir y permanecer en reposo con las piernas en alto. Por último, ante cualquier duda, siempre pedir ayuda a los socorristas o profesionales cercanos.