El Gobierno retira el producto que más se usa para fumigar contra el virus del Nilo por contaminante

El Ministerio de Agricultura, en la revisión de "biocidas" del 27 de septiembre, saca de la lista el diflubenzurón, principio activo del producto más eficaz contra el mosquito que causa la enfermedad

Protesta en Coria de Río, este verano, para pedir soluciones a los contagios por el virus del Nilo.

Es el dilema científico esencial en Farmacia y Medicina, también afecta a Veterinaria y a toda la salud pública ¿qué hacer cuando uno de los productos más eficaces contra una dolencia, enfermedad o plaga resulta demasiado tóxico, cuando sus efectos secundarios -todos los tienen- ya resultan desaconsejables?

La respuesta instintiva es dejar de usarlo cuanto antes, pero ese paso implica otro conflicto: el enemigo biológico no puede dejar de combatirse. Es precisa una alternativa.

Esta diatriba, tan antigua como la biología y la química, llega al virus del Nilo a través del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Esta área del Gobierno publica de forma periódica listas con miles de productos aprobados, en estudio y retirados para el uso en campos, terrenos y espacios públicos.

Los comités técnicos del Ministerio de Agricultura realizan y solicitan a las empresas, de forma periódica, pruebas para corroborar los niveles de toxicidad, los inevitables efectos secundarios, de sus productos. En la lista del 27 de septiembre de 2024, este departamento ha decidido "no renovar" en la lista de productos utilizables el diflubenzurón.

La situación viene de dos años atrás, en la lista oficial de productos del 1 de julio de 2022, ya se anunciaba la salida de este producto y se recomendaba utilizarlo sólo en superficies con vegetación "de uso no comestible".

El nombre diflubenzurón resulta indistinto para cualquier ciudadano pero los expertos advierten de la clave: es el principio activo de los líquidos "biocidas" que mejor funcionan para combatir, mediante fumigación, el mosquito que transmite el virus, o la fiebre, del Nilo.

Entre ellos, el más común es el producto comercializado como Device. La ficha técnica afirma que "la toxicidad del diflubenzurón para los mamíferos es muy baja" y que "estudios a largo plazo han demostrado que no es cancerígeno, no influye en la reproducción y no es mutagénico ni teratogénico".

"No es tóxico para los pájaros, los peces, las lombrices, los anfibios, los reptiles ni para los animales domésticos", continúa la descripción, también disponible en web administrativas oficiales, y recomienda su uso "en áreas de cultivo de arroz, humedales, marismas, charcas, pantanos y núcleos urbanos". 

Lo que aparece como una discrepancia entre laboratorios privados y administración pública tiene una explicación lógica porque los controles son continuos, de carácter reversible y revisable: "Un mismo producto, utilizado en pequeñas áreas y pequeñas cantidades puede ser aceptado por suponer unos riesgos muy bajos durante cierto tiempo".

"Si ese mismo principio activo empieza a usarse en áreas más extensas, en mayores cantidades, por una situación como el Virus del Nilo Occidental, el dictamen técnico sobre su utilización puede cambiar", advierten responsables provinciales del Ministerio de Sanidad.

Al margen del debate científico, la conclusión que se extrae es que a partir del próximo 1 de enero de 2025, según esta resolución administrativa (gob.es/es/agricultura/temas/sanidad-vegetal) no podrá fabricarse esa sustancia en España.

Concentración vecinal en Coria del Río, uno de los municipios más afectados por el virus del Nilo.  MAURI BUHIGAS

Las cantidades ya fabricadas sí podrán venderse y utilizarse, según admite la legislación, durante todo el año próximo. A partir del 1 de enero de 2026, además de no producirse, tampoco podrá ser comercializado ni utilizado.

La teórica inconveniencia de usar este producto, considerado el más efectivo, puede suponer un obstáculo en la lucha contra los contagios en la próxima campaña, 2025, después de vivir el verano más complicado en Andalucía por casos de virus, o fiebre, del Nilo.

Las mismas fuentes oficiales del Ministerio de Sanidad en Cádiz matizan que la desaparición del producto de la lista de biocidas de fabricación permitida puede deberse a varios factores, entre ellos que los fabricantes, tras los reparos administrativos, hayan decidido retirar la solicitud periódica del permiso de producción, que hayan renunciado voluntariamente.

En cualquier caso, la representación de esta área del Gobierno en la provincia incide en que la clave está "en buscar alternativas", un reto en el que están implicados laboratorios y empresas especializadas hace más de tres años.

La clave, apuntan, es obtener y mejorar en pocos meses productos que ataquen "a la larva y no al mosquito, que ya supone un riesgo cuando existe. El siguiente paso, el mejor, sería utilizar productos que lo eliminan antes de nacer, por hablar en términos coloquiales".

Balance de una alerta sanitaria

El doctor Joan Carles March, especialista de la Universidad Autónoma de Barcelona, resumía este mes de agosto los datos conocidos de la enfermedad. La fiebre del virus del Nilo Occidental está causada por un virus familia flaviviridae. "Su principal reservorio son aves silvestres o domésticas y se transmite por mosquitos. Algunos mamíferos, como los caballos y humanos, puedes ser huéspedes accidentales". 

Los seres humanos se infectan principalmente a través de picaduras de mosquitos del género culex. La infección (muy infrecuente) también puede llegar a través de transfusión o trasplante de órganos o exposición accidental (fluidos, tejidos, laboratorio).

La mayoría de las infecciones humanas no provocan ningún efecto, "son asintomáticas o presentan síntomas similares a una gripe leve en un 80%" de los casos. Entre los casos sintomáticos, la mayoría son leves y presentan síntomas similares a la gripe.

Menos del 1% de los contagiados desarrolla cuadros graves de encefalitis, meningoencefalitis o meningitis. Estos últimos casos son "más frecuentes en mayores de 50 años e inmunodeprimidos".

El especialista admite que se considera "una enfermedad emergente", con un incremento en el número de casos desde 2010. En 2004 se registra el primer caso en humanos, pero hasta 2010 no aparecen dos casos más, cerca de la Bahía de Cádiz.

En 2016 hubo tres más en el bajo Guadalquivir. Es en 2020 cuando llega el gran brote en Andalucía y Extremadura (provincias de Sevilla, Cádiz y Badajoz). "En España se ha documentado la presencia de virus del Nilo Occidental desde finales del siglo XX: circula en España desde, al menos, 2003", detalla March. 

Desde 2007 se realiza vigilancia en aves, equinos y mosquitos, por lo que se conoce la presencia del virus en ciertas regiones donde existen humedales en los que cohabitan aves y mosquitos: puntos del Suroeste de Andalucía, Extremadura, Cataluña, Ciudad Real, Ávila y Castellón.

Labores de fumigación en Mairena del Aljarafe, este mes de agosto, para hacer frente al virus del Nilo.

En 2020 "tuvo lugar un aumento inusual en el número de casos humanos". El brote de 2020 tiene su origen en una variante del virus que ya se detectó en 2013 y que probablemente ya estaba circulando años antes.

"Se sabe que no existe tratamiento específico ni vacuna y que las principales medidas de prevención son el control de las poblaciones de mosquito y evitar las picaduras". 

El virus del Nilo hizo saltar las alarmas en el verano de 2020, cuando provocó, hasta noviembre, 77 casos de meningoencefalítis y 8 fallecidos (71 casos andaluces con 57 de Sevilla y 14 de Cádiz). El foco principal estuvo en las localidades sevillanas de La Puebla del Río y Coria del Río, con gran proporción de humedales y tierras de cultivo.

En el año 2021 se notificaron a la Red de Alerta seis casos confirmados en Andalucía y en 2022, se notificaron dos casos confirmados (uno en el municipio de Vejer). Ante este escenario y las muertes registradas en 2020, la Junta de Andalucía comenzó a desarrollar e implementar planes de prevención para poner en marcha cada verano.

Para 2023, la Consejería de Salud actualizó el Plan de Vigilancia del Virus del Nilo y publicó el mapa de riesgo. Una de estas medidas es la vigilancia entomológica de mosquitos, llevada a cabo en 110 municipios de Andalucía. Para ello, se establecieron cinco niveles de riesgo, siendo 0 el menos grave y 5 el más grave.

Este año 2024, la vigilancia entomológica (vigilancia de mosquitos) del Servicio de Salud Ambiental abarca ya a 110 municipios andaluces, de los que 39 municipios disponen de nivel de riesgo 1, 35 de NR 2, 21 de NR 3 y 15 de NR 4. El resto de los municipios andaluces se encuentran en cero.

Este año en curso, los primeros mosquitos infectados se detectaron el 4 de junio, cuando lo normal hubiera sido encontrarlos el 16 de julio. La aparición "se adelantó cinco semanas". El número de fallecidos a 23 de septiembre de 2024 era de ocho. La previsión es que con la llegada de lluvias y la bajada de temperaturas del otoño, el virus desaparezca hasta verano.

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